La biblioteca abre sus puertas después de tres meses de traslado

La Línea vuelve a contar desde ayer con biblioteca municipal después de más de tres meses, lo que se ha tardado en trasladar la José Riquelme del complejo educativo Ballesteros al edificio Istmo Comandancia. Las nuevas dependencias son mucho más completas y amplias -200 metros cuadrados más- que las anteriores y, además, se ha recuperado el patio trasero del edificio, que llevaba años inutilizado debido a la espesa vegetación que había crecido sin ningún tipo de control.

Tanto la alcaldesa de La Línea, Gemma Araujo, como el concejal de Cultura y Educación, Javier García, mostraron sus disculpas públicas a los usuarios de este espacio, aunque señalaron que la larga espera tendrá su recompensa "por la mejor comodidad y calidad en el servicio" que tendrá la biblioteca en su nuevo enclave, que ya puede ser visitado en la primera planta del emblemático edificio del Istmo.

En su nuevo emplazamiento, los usuarios de la biblioteca pueden disfrutar, además, del archivo documental de La Línea sólo bajando a la planta baja. Las dependencias cuentan con una amplia sala de lectura donde se pueden consultar alguno de los más de 30.000 volúmenes que aloja la José Riquelme. Como novedad, hay una sala infantil que es independiente del resto de estancias, donde los niños pueden disfrutar de la lectura y en la que se harán distintos actos destinados a fomentar la lectura entre los más pequeños. También se ha recuperado el ascensor del edificio, por lo que es totalmente accesible para los minusválidos. El acceso de los discapacitados se hará por el patio trasero, donde el Ayuntamiento pretende organizar actos culturales tras acometer su recuperación.

La alcaldesa anunció que el número de libros que acoge la biblioteca municipal crecerá gracias a la cesión de fondos por parte de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y agradeció a las distintas delegaciones y empleados que han intervenido en la adaptación del edificio, que desde ayer "está más vivo".