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La Calle Real (II)

La Línea en blanco y negro

En la emblemática vía se establecieron distintos comercios e industrias artesanas, con especial importancia de los casinos

Gran Bazar de Rafael Corona. / E. S.
D. Ramos / L. J. Traverso

05 de mayo 2021 - 03:00

Entre los comercios e industrias artesanas que existieron en nuestra calle Real durante el último tercio del siglo pasado, y otros ya entrado el presente, existen muchos establecimientos que es casi imposible de rescatar de las memorias, pero comenzaremos por uno de los más antiguos y el más importante.

Gran Bazar de Rafael Corona España

Este establecimiento data del año 1881, pero veamos otros detalles de su historial. En el año 1890, el entonces almacén de Corona estaba situado en el número 3 de esta calle principal, pero en octubre de 1892 se traspasa a un local situado en el núm. 14, entonces propiedad de don Cayetano Ramírez. Tenía enfrente a la pañería de Juan Simón Lozano y donde estuvo el café ABC, esquina calle del Moral (hoy de Ramón y Cajal), donde se encontraba el banco Hispano Americano antes de convertirse en gran bazar. Este modesto establecimiento solo era un almacén de lampistería, y vendía al mismo tiempo pinturas y ferretería y la famosa marca de clavos de El León.

Ferretería de Trujillo

En el año 1902, don José Trujillo Valdivia funda esta ferretería cuyos importantes y completísimos depósitos suministraban de aperos de labranza, alambres, clavos, pinturas y otros productos a los numerosos hortelanos de El Zabal, siendo su importancia tan destacada en el Campo de Gibraltar que su fundador estableció una sucursal en Tarifa.

Anuncio comercial de Ferretería Trujillo. / E. S.

Las pañerías

Una de las pañerías más antiguas de esta calle fue la de Juan Simón Lozano que estuvo situada en el número 17 ya en el año 1890, entonces conocida por almacén de géneros del reino y extranjero y que en 1899 todavía dirigía su viuda. Tres años más tarde, en 1902, se encuentra al frente de la misma Simón Lozano Lozano.

Este último tenía una sucursal en la calle Real de Gibraltar. La pañería de Simón Lozano ocupaba un edificio donde hoy mismo se encuentra la Unión Cultural Deportiva Linense, con comunicación con la calle del Sol. En 1899 se conoce la pañería de Antonio Cabaña de la Flor; en 1895 la exposición de géneros españoles de Pedro Abellán; por el año 1902 la de Manuel Chacón de la Mata, siguiéndole la Ciudad de Londres de Adolfo Pérez Ruiz. Otra antigua pañería fue la de Paco el Pañero situada en la esquina de la calle San Pablo donde más tarde estaba Mi Tienda, establecimiento de mercería de don Manuel Torres Ruiz.

Zapaterías

Este gremio también fue muy importante en la calle Real, con establecimientos como La Elegancia en 1895, Gran fábrica de calzados de todas clases de Antonio Niebla Hermanos, situada en el número 23 y con sucursal en calle Aurora en 1899. Por los años 20 se establece una compañía levantina representada por Guillermo Veneroni Recio. Esta moderna zapatería se estableció a la entrada de la calle Real, esquina con la de Clavel. Era la zapatería Modelo, junto al Banco Español de Crédito.

Empresas de transportes

En el año 1899 aparece un anuncio que dice textualmente: "LA VELOZ. Agencia de Transportes Central del Ferrocarril, carruajes de alquiler y coches en combinación con todos los trenes, Calle Real, número 29. La Línea de la Concepción". Se supone que en este mismo lugar se instaló años más tarde el despacho de la Central de los Ferrocarriles Andaluces, que en el año 1933 ocupaba el número 30. En el año 1899, en el número 4 de la Calle Real había un taller de talabartería, de Diego Rodríguez, un verdadero artesano del ramo en la confección de guarniciones inglesas, caleseras y todas clases de arreos para carros de caminos y faeneros.

Recibo de La Veloz, Servicio de Carruajes. / E. S.

Médicos y farmacias

Entre los médicos que residieron en la calle Real figura don Francisco Escobar Garrido, en 1899. En 1915 un periódico linense, el Pero Grullo, publica el siguiente anuncio: "Dr. García Carrillo. Enfermedades secretas, Calle Real frente al Teatro". Por los años 30, en esta calle se encontraba instalada la Farmacia y Laboratorio de Análisis Clínicos de Máximo Muñoz López, la cual desapareció en esta misma década. Pero ya en 1902 residía en esta calle un licenciado en farmacia que se llamaba Manuel Fernández. En esa fecha no existía ninguna farmacia en la misma, hasta que por los años 40 se establece la Central de Luis Medina.

Pompas fúnebres

La Agencia de Pompas Fúnebres de Pedro Vázquez, Calle Libertad número 57, "tiene un gran depósito de ataúdes de madera de todas clases; coronas de flores artificiales, de hierro y porcelana en todo género de cera y otros efectos comprendidos en esta industria, y además todo lo necesario para decorar una sala mortuoria. También se encarga de todas las diligencias oficiales y no oficiales, coche fúnebre y todo lo concerniente a un funeral con mucha economía, esmero y prontitud", según reza un anuncio de la época.

Casinos

Entre los casinos y entidades políticas y recreativas que han existido en esta calle podemos contar por orden de antigüedad: el Casino Linense (o Casino de La Línea), de 1887; el de Artesanos, de 1891; y el Casino Liberal, que en el año 1893 tenía su sede en el número 35. Estos casinos en aquellos años eran los centros de reunión de las familias más acomodadas y políticos de finales de siglo pasado. El Casino de La Línea creemos que sobrevivió hasta los años 20, precisamente en el lugar en que el año 1925 se constituía el Círculo Mercantil. El edificio lo proyectó el entonces joven arquitecto municipal de La Línea, don Gaspar Blel Zarazaga.

El Casino de La Línea también estuvo en una época en el edificio de planta baja donde hoy se encuentra el Banco Español de Crédito. Igualmente, el Círculo Mercantil por el año 1924 ocupaba el edificio contiguo que luego fuera el casino recreativo Aurora, hasta el año 1936, local que luego ocupó Radio Juventud y Educación y Descanso. Este centro de recreo era el lugar de reunión de todos los comerciantes e industriales de la población, así como de cuantos forasteros concurrían a la misma, que encontraban en dicho Casino una hospitalidad franca y cariñosa, una serie de comodidades que nada tenía que envidiar a las de las Sociedades similares de las más importantes capitales.

El Casino de La Línea figuraba siempre a la cabeza del comercio y las fuerzas vivas de la ciudad

La fundación del Casino de La Línea data del año 1911 y puede decirse que, desde esa fecha, representó un factor indispensable en la vida de la población, figurando siempre a la cabeza de todos los movimientos del comercio y de las fuerzas vivas de la ciudad cuando hubo que acudir a los poderes públicos en demanda de algo beneficioso para la misma. Fue presidente de honor del Casino el diputado a Cortes por el distrito D. José Luis de Torres, cuyas campañas en beneficio de la población fueron siempre constantes y la mayor parte de las veces acompañadas del más completo éxito. Por ello gozaba de una justa popularidad siendo esta distinción honorífica que le concedió la mencionada Sociedad un premio a su laboriosidad.

Una de las causas que más contribuyó a fomentar la simpatía y popularidad de que gozaba el Casino de La Línea fue su generoso desprendimiento al acudir en auxilio de las clases menesterosas. Siempre que por cualquier causa se ha exacerbado la miseria en la población ha invertido importantes cantidades para facilitar a los pobres abundantes y buenos alimentos. En cuanto a fiestas organizadas para el esparcimiento de los socios y sus familias, este Casino celebraba bastantes de ellas durante el año, revistiendo las mismas un carácter sumamente simpático y reinando en ellas una gran cordialidad y armonía. Constituían un gran triunfo para los directivos del Casino, que en estos actos se desvivían por atender a cuantos concurrían a los salones.

Colas delante de la Unión Deportiva Linense, en la Calle Real. / E. S.

Cuando celebraba La Línea de la Concepción su feria, el Casino podía decirse que era el punto de reunión a donde acudía el forastero, que en aquellos amplios salones encontraba por parte de todos los socios esa afectuosa acogida que el andaluz dispensa siempre al que le visita. En esta misma acera donde se encontraba el Casino y Junto a la librería de Tabera, estaba el club taurino Joselito y en frente otro club también taurino llamado Chicuelo. En ambos locales habían cabezas de toros disecadas y grandes retratos de los diestros.

También por los años 30 y en el edificio de dos plantas que ocupaban las oficinas y despachos de billetes de la Renfe. Entre Pérez Ponce y El precio Fijo se encontraba el Casino de la Unión Republicana. Y con respecto a la ya también veterana Unión Cultural Deportiva Linense, la más joven residente en la calle Real, esta entidad se fundó el día 24 de diciembre de 1922 y, después de recorrer varios locales de La Línea, fijó su residencia en esta el día 3 de junio de 1942.

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