La Casa de los Chinitos
La Línea en blanco y negro
También conocida como Villa Mosaico, es uno de los edificios mas peculiares de La Línea de la Concepción
Estamos seguros de que la mayor parte de los linenses desconoce la existencia de la denominada Casa de los Chinitos, que particularmente preferimos denominar Villa Mosaico, y que los que tienen constancia de ella, tan solo la conocen por su fachada, ignorando su historia y sobre todo lo que guarda en su interior.
Antecedentes
Villa Mosaico se ubica en un solar de la avenida María Guerrero casi colindante con la calle Blanca de los Ríos. El terreno fue adquirido por Ramón Gallego Pérez y su esposa Pilar Ibáñez Soles. Su descendiente Emilio, trabajador de la construcción en Gibraltar, fue el artífice de la construcción de Villa Mosaico tal y como la conocemos hoy día, dado que su hermano Rafael emigró a Argentina.
Pasados algunos años en Villa Mosaico se instaló el restaurante denominado La Media Luna, conocido y frecuentado por linenses y gibraltareños. Tanto en su fachada de mosaico como el cerramiento colindante hoy desaparecido se puede contemplar el dibujo de la media luna.
La instalación del restaurante no fue inconveniente para que Emilio, día a día, recuperara, acopiara y colocara estos restos de lozas en el interior y exterior con un empeño y una perseverancia dignos de admiración. Creemos con toda seguridad que estos trabajos no fueron realizados a capricho sino que tuvo que proceder a realizar una serie de estudios y dibujos para poder proceder a su ejecución.
Características de Villa Mosaico
Se trata de un terreno de forma rectangular con una superficie de 352 metros cuadrados. La edificación ocupa una superficie de 71,25 metros cuadrados, dando sus linderos a la propia finca y presentando la fachada a la avenida María Guerrero. Consta de dos crujías paralelas a su fachada, con un corredor central por el que se tiene acceso a las habitaciones y al patio trasero, al que se accede por un porche cubierto bellamente ornamentado.
Las dos habitaciones que dan a la fachada presentan unas cenefas construidas de mosaicos perfectamente estudiados en cuanto a su simetría y ejecución. Las dos dependencias interiores están destinadas a cocina y comedor. Las características de la vivienda corresponden a las de su época, con muros de mampostería y cerchas de madera con cubrición de teja curva a dos aguas como antes se ha citado. La transición del interior de la vivienda al jardín posterior se realiza bajo un porche constituido por pilares y arcos de estilo árabe totalmente cubiertos y bellamente ornamentados con piezas cerámicas.
Ya en el patio trasero nos encontramos con un pozo, recubierto de mosaicos perfectamente diseñado en cuanto a los elementos decorativos, tal y como podemos apreciarlo en la foto. El patio, hoy día muy deteriorado, hubo de estar muy bien cuidado con jazmines y arbustos muy variados.
Estado actual
Esta obra totalmente intemporal es merecedora de recibir de parte de las autoridades municipales y provinciales una atención especial, tanto en lo que respecta a su rehabilitación como a su destino o uso.
Ha estado muchos años cerrada con el consiguiente deterioro tanto de la cubierta como de los muros portantes. También ha sufrido graves deterioros en su fachada como consecuencia de los cableados instalados (electricidad, teléfonos, etc. ) que han roto y desprendido parte de los mosaicos así como la pérdida de parte del zócalo como consecuencia de la pavimentación y subida de nivel del acerado y calzada de la avenida Mª Guerrero.
El Plan General de Ordenación de la ciudad tiene catalogado este inmueble con muy buen criterio, dejándolo como edificación exenta y ampliando la superficie del terreno con expropiaciones de fincas colindantes. Estas expropiaciones no se han llevado a cabo en detrimento del mantenimiento mínimo de la vivienda y su rehabilitación, en la actualidad está totalmente rehabilitada su fachada
Historia de la Casa de los Chinitos
La Casa de los Chinitos se eleva sobre un terreno propiedad de Ramón Gallego Pérez natural de Velez- Malaga y su esposa Doña Pilar Ibáñez, oriunda de Nerja. Tras contraer matrimonio decidieron adquirir estos terrenos para la construcción de una casita de madera en la que vivir con sus dos hijos Rafael y Emilio. Pasados los años Emilio fue a trabajar a Gibraltar, como tantos y tantos hombres de aquellos años, con Manolo Nusa, un contratista de obras con amplio aval y reconocimiento dentro del Peñón que a su vez estaba casado con Carlota Luz Gracia, fruto de cuyo matrimonio nació Elena. Días y días de trabajo terminaron con la unión de Emilio y Elena quienes, tras contraer matrimonio, instalaron su hogar en el Paseo Fariñas, lugar donde criaron a cuatro bebés, tres de los cuales murieron años más tarde. La cuarta fue doña Clemencia Gallego.
El hermano Rafael se fue a la Argentina para trabajar en el ferrocarril mientras Emilio comenzaba con la construcción de la popular Casa de los Chinitos. Poco a poco sin prisa alguna, la mampostería fue tomando altura y desvelando la imagen de una vivienda que con el tiempo dio mucho que hablar. En un principio, el terreno ocupaba toda la manzana desde María Guerrero hasta Blanca de los Ríos. Una vez edificada Villa Mosaico nombre con el que muchos linenses llegaron a conocer la casa, fue adquiriendo protagonismo por su singular apariencia exterior. Pero aun así Emilio no se conformó con todo lo hecho y decidió la construcción de un pozo y una lira.
Pasaron los años y la Casa de los Chinitos llegó a ser sede del restaurante La Media Luna, muy frecuentado por gibraltareños y linenses de alto postín no impidiendo que una parte del terreno continuara siendo objeto de tranquilas reformas para Emilio. En aquella época Clemencia y Carlota fueron conocidas como las Niñas de la Media Luna.
Emilio Gallego, hombre severo con sus dos hijas, les inculcó el amor por las cosas bellas. Fue un hombre de admirar, aprendiendo él mismo a leer y escribir, un hombre por el cual Clemencia siempre sintió gran admiración a pesar de que su madre tuviera que abandonar su casa con su hija Carlota. Clemencia se casó muy joven con Domingo Danino Baro, un chico bien que pertenecía a todos los clubes de la Línea y era íntimo amigo de Emilio Villar. Fue un buen marido, padre y suegro que mantuvo a Elena Nuza Luz hasta que esta murió.
Pasados tres años Emilio, conoció a una señora y decidió contraer unión con ella, fruto de la cual nacieron varios hijos que con el tiempo pasarían a ser herederos de la simpar Casa de los Chinitos. El restaurante de La Media Luna cerró sus puertas.
El traer a nuestras páginas la historia de Villa Mosaico no es objeto de casualidad, sino que parte de una petición cursada por aquellos parientes que aún conservan la titularidad de aquellos que un día decidieron elevar su edificación, a pesar de que el tiempo les retirara con posterioridad cualquier derecho de propiedad sobre la vivienda.
Hace algunos años un equipo de técnicos municipales, con Antonio Losada al frente, decidió estudiar posibles reformas para mantener intacta la estructura de la Casa de los Chinitos, un tesoro del que muchos linenses podrían presumir sobre todo en unos momentos como los actuales, cuando no se escuchan más que voces contrarias a la personalidad de "ser linense". Es por ello por lo que los parientes de los antiguos moradores de estos terrenos han optado por salir a la luz pública, para solicitar del equipo de gobierno el reconocimiento testimonial como herederos de la casa.
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