La calma tensa en la Verja de Gibraltar tras el Brexit explota con controles a los trabajadores y largas colas
La Policía Nacional comenzó a pedir pasaportes y sellarlos en la noche del jueves y las autoridades gibraltareñas hicieron lo mismo horas después
La medida rompe por primera vez el pacto no escrito para mantener la flexibilidad en el paso fronterizo mientras dure la negociación del tratado
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Gibraltar/La calma tensa en la que vivía el paso fronterizo que separa La Línea y Gibraltar después del Brexit estalló este viernes por los aires. El Gobierno de España y, horas después, el de Gibraltar, suspendieron las medidas transitorias que habían adoptado para mantener el paso ágil por la Verja mientras durara la negociación para determinar la relación con la Roca tras su salida de la Unión Europea (UE). Es decir, primero uno y después otro, comenzaron a pedir pasaportes en la Aduana y a sellarlos, lo que en la práctica provocó el colapso a la hora en la que acceden a sus trabajo en la Roca unos 15.000 residentes en España, la inmensa mayoría de ellos, linenses. El incidente, al margen de generar una oleada de indignación entre los trabajadores transfronterizos, revela la fragilidad de la relación de Gibraltar con el Campo de Gibraltar, especialmente con La Línea, y la necesidad de no demorar más un tratado que ponga orden después de tres años de negociación y más de ocho desde el referéndum que derivó en la salida.
La Policía Nacional comenzó hacia las 23:00 del jueves a exigir los pasaportes a los ciudadanos británicos y gibraltareños que quería entrar en territorio europeo Schengen a través de la Verja que separa la colonia de La Línea. La medida apenas estuvo vigente doce horas. Fue una decisión temporal de los responsables policiales del puesto fronterizo en cumplimiento del Código de Fronteras Schengen, ignorando que está en suspenso desde la activación del Brexit. Aplicando la reciprocidad, las autoridades llanitas comenzaron a las 7:00 a pedir el pasaporte, en lugar del habitual DNI, a los ciudadanos que no fueran británicos para acceder al Peñón. Esta circunstancia se produjo al menos durante unos 45 minutos, hasta las 7:45, pero bastó para que se formara un monumental atasco de personas y vehículos. Finalmente, la Policía Nacional dio marcha atrás y, entonces, las autoridades llanitas hicieron lo mismo.
La sensación de incertidumbre y preocupación entre los trabajadores transfronterizos no se borró. Muchos de ellos se lanzaron a la Comisaría de la POlicía Nacional en La Línea para tramitar sus pasaportes. Lo que ya ha pasado no se sabe cuándo puede volver a pasar.
Estas medidas produjeron después de que el pasado martes la Policía Nacional impidiera entrar a España a un grupo de viajeros para coger un vuelo en Málaga, adonde fue desviado debido al mal tiempo y de que el mismo jueves quedara aplazada la introducción del nuevo sistema europeo de entradas y salidas para viajeros de terceros países (ETIAS), prevista inicialmente el 10 de noviembre, y se iba a traducir en nuevos controles Schengen en la Verja.
Varios sindicatos policiales vienen expresando que la situación que se da en el paso por la Verja de los ciudadanos británicos y de los residentes en Gibraltar supone un incumplimiento del Código de Fronteras Schengen y sitúa a los agentes policiales españoles allí destinados al borde de la prevaricación, ya que ese paso flexible y sin registro genera un problema de seguridad. No en vano Gibraltar es un punto geográfico muy sensible, como frontera exterior de la UE, al que los 27 mantienen en la lista negra de territorios que favorecen el blanqueo y la financiación del terrorismo.
Algunas fuentes consultadas por esta redacción atribuyen que se dejase de pedir el pasaporte a los españoles a las peticiones expresas formuladas por los representantes empresariales gibraltareños a sus autoridades, toda vez que buena parte de la actividad económica en el Peñón depende de la mano de obra de los 10.000 transfronterizos españoles y 5.000 extranjeros que allí trabajan.
Gobierno de Gibraltar
El Gobierno de Gibraltar afirmó en un comunicado que, a primera hora de este viernes, optó por comenzar a pedir en la Verja el pasaporte a los ciudadanos que no fueran de nacionalidad británica o residentes en el Peñón como medida de "reciprocidad" después de España, "sin previo aviso", hiciera lo mismo con los gibraltareños desde la noche del jueves. A partir de las 7 de la mañana se produjo un enorme colapso en el paso fronterizo, afirma, "como consecuencia de las medidas aplicadas por España".
El Ejecutivo de Fabián Picardo afirma que, a las 23:00 del jueves, tuvo conocimiento por parte del CEO de la Agencia de Fronteras y Guardacostas de Gibraltar (BCA) que España había "puesto fin a los actuales acuerdos provisionales en vigor en la frontera de Gibraltar, que no obligan a los titulares de la tarjeta roja de residente que entran en España a sellar su pasaporte". "Esta medida de España se produjo sin ningún tipo de preaviso", continúa.
"Tras una investigación posterior, quedó de manifiesto que la decisión de suspender las medidas provisionales no había sido adoptada por los ministros españoles de Interior o Exteriores ni se les había notificado. Al parecer, la orden la dio por escrito un Inspector de la Policía Nacional española en La Línea de La Concepción, que no estaba autorizado por su superior a dar esa instrucción", subraya.
Picardo dio entonces instrucciones de que, a menos que se restablecieran los acuerdos provisionales antes de las 07:00 de este viernes, "Gibraltar optaría, aunque a regañadientes, por la reciprocidad inmediata de trato en el acceso a Gibraltar". Esto quiere decir que "cualquier nacional de un tercer país que no sea ciudadano británico o residente en Gibraltar deberá presentar un pasaporte para entrar en Gibraltar, que le será sellado".
"Incapaz de hacer frente a la gran cola que se había formado, la Policía Nacional española volvió entonces al régimen provisional y dejó de exigir a los gibraltareños con tarjeta roja que sellaran su pasaporte. Sobre esta base, el Gobierno de Gibraltar ha suprimido el requisito de que los nacionales de terceros países que entren en Gibraltar presenten un pasaporte para su sellado", se lee en el comunicado.
"Más tarde durante la mañana, parece que la policía española volvió a sellar los pasaportes de los titulares de tarjetas de identidad gibraltareñas, a pesar de que se les había ordenado verbalmente que no lo hicieran. Ahora se alega que es necesario que la nueva orden se entregue por escrito, ya que la anterior del inspector pertinente se había dado por escrito y debía ser revocada por también por escrito", argumenta el Gobierno de Gibraltar, que "sobre esta base, ha acordado dejar pasar unas horas antes de volver a la reciprocidad en caso de que las medidas provisionales no vuelvan a aplicarse". "De hecho, se ha restablecido el régimen provisional en la frontera a partir de las 11:30 horas sin necesidad de que Gibraltar volviera a la reciprocidad. De hecho, la BCA y la Policía Real de Gibraltar (RGP) nos han informado de que España ha revocado la orden anterior y que el sellado de pasaportes ha cesado. Por consiguiente, Gibraltar no volverá a imponer las medidas recíprocas", tranquiliza.
"La postura del Gobierno de Gibraltar es que, a falta de acuerdo, impondrá medidas recíprocas de acceso a Gibraltar en la fecha en que España retire las medidas provisionales actualmente acordadas. Por ello, el Gobierno de Gibraltar aconseja a todos aquellos que deseen cruzar a Gibraltar que se aseguren de llevar siempre consigo su pasaporte", finaliza.
Picardo
"Dada la naturaleza esporádica de la forma en que España, bien a través de instrucciones directas o por capricho de los agentes de la Policía española, ha decidido que puede retirar las medidas cautelares en cualquier momento, lo mejor es que quienes necesiten cruzar la frontera hacia Gibraltar lleven siempre consigo su pasaporte por si nos vemos obligados a pedírselo, como ha ocurrido hoy (por este viernes)", afirma el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, que asegura que la decisión de España es una "medida táctica de presión". "Si se suprimen los beneficios que actualmente se conceden a los gibraltareños, el Gobierno de Gibraltar responderá inmediatamente con reciprocidad y sé que todos los trabajadores españoles y todos los visitantes entenderán que tenemos que actuar sobre esta base de reciprocidad. Es lo último que queremos hacer y, como socialista, me deprime enormemente que, como de costumbre, se utilice la política para perjudicar los intereses de los trabajadores y no para ayudarles", apostilla.
"Seguiré apostando por la consecución de un tratado entre el Reino Unido y la UE, trabajando para conseguirlo, poniendo sobre la mesa propuestas neutrales desde el punto de vista de la soberanía para resolver las últimas cuestiones y dándolo todo para que este proceso sea un éxito. La pelota está en el tejado de España para aceptar aquellas propuestas razonables, equilibradas e imaginativas que garanticen la seguridad del Espacio Schengen y la integridad del Mercado Único", añade.
"La mejor forma de conseguirlo es mediante las negociaciones en curso y Gibraltar no se verá obligado a someterse mediante tácticas de presión como las medidas aplicadas en las últimas 12 horas. Además, tenemos la oportunidad de continuar con los acuerdos provisionales mutuamente beneficiosos que tenemos ahora que el SES se ha retrasado, y espero que lo hagamos, sin dejar que el acuerdo se dilate más de lo necesario. Estoy del lado de los gibraltareños de a pie y de los trabajadores de Gibraltar y transfronterizos. Quiero que esto funcione para todos. Espero sinceramente que incidentes como éste sean la tormenta que precede a la calma y que podamos resolver los asuntos en la mesa de negociaciones de una manera que funcione para todos y que pueda aplicarse con el apoyo de los ciudadanos”, concluye.
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