La Línea entra en la cuarta revolución industrial con los satélites de WISeKey y Fossa Systems
Revolución virtual
La primera fase del proyecto de ambas empresas está ya en marcha en el espacio y el metaverso
El objetivo es convertir a La Línea en un punto clave en la prestación de servicios de conectividad
La Línea está entrando de lleno en la cuarta revolución industrial, la revolución tecnológica que cambiará el mundo tal y como lo conocemos hasta ahora. En este nuevo paradigma la conectividad es la clave y ahí La Línea puede jugar un papel importante de la mano del proyecto que WISeKey y Fossa Systems han puesto ya en marcha. El primer paso de ese proyecto se materializó en enero, con el lanzamiento de los dos primeros satélites de una constelación que aspira a facilitar la conectividad en cualquier parte del mundo y que están siendo controlados desde La Línea. El siguiente será desarrollar en el metaverso todas las posibilidades que dan esos satélites para continuar con un centro de excelencia en terreno linense.
Ese es el ambicioso plan que Carlos Creus y Julián Fernández, consejeros delegados de WISeKey y Fossa, han presentado este jueves en el Teatro Paseo de La Velada linense. Un plan que integraría a La Línea en un conjunto de centros que se están desarrollando en otras zonas del mundo en esos primeros pasos de la cuarta revolución industrial, que van más allá de centros tecnológicos para ser centros de conocimiento en los que convergen las tecnologías más recientes. Y que también derivaría en instalaciones de producción.
Por ahora se está desarrollando la primera fase. Como recuerda Fernández, se instaló la antena de control en el tejado del Ayuntamiento de La Línea y desde ahí "hemos estado controlando los dos primeros satélites en órbita baja". Estos permiten monitorizar cualquier cosa en aquellos sitios en los que no hay cobertura terrestre, algo clave en un planeta que en un 80% de su superficie carece de ella. Incluso en zonas del mundo desarrollado, como Andalucía, hay un 10% de terreno sin cobertura, destaca. Las aplicaciones de los satélites son innumerables, desde el control agrícola o ganadero a la logística o el control del contrabando en el Estrecho. Como por ejemplo, un sensor en cada olivo que permitiese conocer en tiempo real las condiciones de humedad. Y esa conexión espacial a través de picosatélites es mucho menos costosa, "sirve para democratizar la conectividad".
Pero la puerta al espacio que se abre desde La Línea tendría muchas otras derivadas, destaca Creus. "En la cuarta revolución industrial no necesario tener empleo, no hay empresas con actividad full time. Una persona que está especializada en una cosa puede venderla por el hub que estamos montando a través de esto al mundo", explica. "El futuro es traer especialistas, dar servicios, para permitir a los ciudadanos vender servicios a través de internet. Eso es clave para reducir el desempleo".
Ya hay empresas interesadas, asegura Creus. Entre ellas estarían las que operan en Gibraltar; de hecho, mañana se reunirán con el Gobierno del Peñón y con varias compañías interesadas de los sectores de gaming, blockchain. "Saben que sin La Línea no entran en el mercado de la Unión Europea", remarca Creus para señalar la oportunidad que eso supone, ante lo que llama a "ser pragmáticos, olvidemos políticas y partidos. Miremos a la población desempleada".
Esta reunión se encuadraría en la fase 2, la de incorporación de empresas para que utilicen la red de satélites. "Vamos a pedir a las empresas que usen esa conexión ya establecida en La Línea para enviar otras cosas al espacio, como criptomonedas. Ya estamos trabajando en poner los nodos de blockchain en el espacio. En esa fase entran más de 50 empresas, americanas, inglesas, incluso hay una rusa, pero hoy día ese caso está complicado".
El proyecto permanecerá mientras tanto en el metaverso, donde ya existe. Y cuando ya esté a pleno rendimiento se irá materializando y se reflejará en infraestructuras visibles al ciudadano.
El alcalde, Juan Franco, ha destacado que hoy es "un día más que importante. Llevamos ya un tiempo trabajando en algo fundamental, implantar un centro tecnológico para la cuarta revolución industrial contando con personas de nuestra ciudad. Por mi parte, solo palabras de agradecimiento. También a una persona que ha hecho un trabajo callado, que es David Abad".
Arte y NFT
Durante la presentación del proyecto, Creus también ha presentado el trabajo que está haciendo WISeKey a través de wise.art, un mercado de NFT (non fungible token). Un token no fungible es un tipo especial de token criptográfico que representa algo único, o como traduce Creus, una tecnología que permite a un producto físico poder tener su gemelo digital en el metaverso, con su propio valor. Y esta mañana se ha lanzado unos NFT muy especiales: los primeros dedicados al flamenco en el metaverso, varias obras del bailaor linense David Morales.
En esta materia cuenta con la colaboración de la artista Mayte Spínola, pionera en la adquisición de NFT artísticos y que llega a La Línea con un ofrecimiento en apoyo al proyecto de Carlos Creus: la entrega de 30 obras de arte al Ayuntamiento.
Spínola es fundadora del grupo Pro arte y cultura, que tiene entre sus finalidades ayudar a los artistas, la solidaridad y la puesta en marcha de museos en lugares en los que es más difícil su ejecución. Ya son 22 en todo el mundo; ahora La Línea podrá sumarse a la lista.
La revolución que llegó vía Netflix
Cuenta Carlos Creus que estaba haciendo deporte mientras veía la serie La Línea: la sombra del narco que emitió Netflix cuando pudo escuchar a Juan Franco. Y entonces algo le dijo en su interior "este es el momento".
Nacido en La Línea y de padres linenses, ex alumno de los Salesianos, Creus ha tenido una carrera de reconocimiento internacional. "Pero en mi corazón siempre me preguntaba por qué siendo eficaz internacionalmente no era capaz de ayudar a mi pueblo". Esa idea es la que le impulsó a "coger la bandera de La Línea y empezar a pasearla a nivel internacional". Ya había ayudado a iniciar otros centros de la cuarta revolución industrial y comenzó a mover la posibilidad de crear uno en España, en La Línea, un municipio que por su posición estratégica en el Sur de Europa, Norte de África, "está llamado a tener un papel en esa revolución".
¿Y cuál es ese cambio? "Hoy el problema no es la tecnología, es el hombre. La tecnología es exponencial y el ser humano es lineal, tiene que ir paso por paso. Estamos en un momento histórico en que la tecnología es más poderosa, más rápida que el ser humano". Y hay que aprovechar para posicionarse en ese nuevo mundo virtual.
En ese camino apareció Julián Fernández, linense, impulsor antes de ser mayor de edad de una idea empresarial muy valiosa. Y en la sombra está el trabajo de otro linense, David Abad, que ha hecho de conector, esta vez analógico, entre todas las partes. El resultado es el principio de la que puede ser la gran transformación de La Línea.
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