Barriadas de La Línea: El Zabal (V)

Enciclopedia de La Línea

El cementerio de San José es uno de los elementos más destacados de esta zona de la ciudad, inaugurado en 1906 como sustituto del antiguo camposanto del núcleo urbano

El cementerio de La Línea.
El cementerio de La Línea. / N. M.
Miguel Del Manzano Pratts

27 de junio 2021 - 03:00

La Línea/Un edificio emblemático en esta barriada es el Cementerio de San José. El cementerio católico de La Línea, en 1866, aún estaba situado en un arenal al final de la antigua Huerta Fava, en la calle Jardines. Fue clausurado por ser insuficiente en vista del creciente aumento de la población y porque ya era incapaz de albergar los cadáveres que se inhumaban diariamente. Otro motivo de su clausura eran las constantes quejas del vecindario, ya que se encontraba en mitad de la población.

El 15 de mayo de 1906 se inaugura y bendice el nuevo cementerio en el Camino Ancho de El Zabal, entonces un gran arenal bordeado de huertos y viñas, lugar apropiado para su instalación, efectuándose el primer enterramiento en ese mismo día del cadáver de la hermana de don Juan Borgoñón, primer nicho a la izquierda conforme se entra.

Una placa colocada en la portada del patio de entrada dice lo siguiente: “Las obras de este Cementerio fueron empezadas en el año 1903, siendo alcalde don Juan Bautista Fariñas y se continuaron hasta su inauguración por el Ayuntamiento que presidió don Luis Ramírez Galuzo”. Lamentablemente, esta placa tiene un gran error. En 1903, estaba de alcalde don Luis Ramírez Galuzo y en 1906 estaba de alcalde don Juan Bautista Fariñas, quien lo inauguró.

Clausurado el cementerio viejo, se procedió al traslado de restos, panteones y lápidas al mismo tiempo que era transferido el mausoleo dedicado a los náufragos italianos del vapor Utopía, ocurrido en 1891, que se instaló en el patio central y cuya inscripción dice lo siguiente: “A los veintiséis italianos que perecieron en el vapor Utopía en la tarde del 17 de marzo de 1891 y que en este cementerio sepultaron los habitantes de La Línea de la Concepción en prueba de fraternidad y simpatía mediante pública suscripción”.

Un error entre los alcaldes de la época, curiosidad de la placa de la entrada principal

Otra nota curiosa sobre este cementerio apareció en el Diario de Cádiz de 1923: “Durante el mandato del Ayuntamiento conservador de La Línea, entre otras obras urbanas realizadas en esta población, también fueron construidas varias crujías en el Cementerio de San José, en cuyas obras se han gastado 100.000 pesetas”.

Nuestra necrópolis consta de tres amplios patios, central, norte y sur. El patio central está bordeado de un cuidado césped y flores de varias especies y esbeltos cipreses y pinos que dan sombra a este jardín, cuyo camino y escalones de mármol están construidos en parte con las lápidas de mármol pertenecientes al cementerio viejo. El patio central es el más cuidado de los tres, y lamentamos mucho no poder decir lo mismo del de la parte norte y sur. Por lo demás no podemos tener muchas quejas. En su parte derecha, todavía sigue contando con árboles, aunque su calzada no está en muy buenas condiciones. Últimamente, se han abierto nuevos patios al final del cementerio. Con respecto al transporte de pasajeros y visitantes a este lugar, un servicio de autobuses cubre toda la ruta hasta el mismo término de El Zabal Bajo.

Indiscutiblemente las zonas que lindan con la carretera, tanto a la izquierda como a la derecha, han sufrido una gran transformación en muy pocos años, pues ya en su margen izquierda, con la falda de la Sierra Carbonera sirviéndole de fondo, se alzan algunas fábricas y el nuevo edificio del Matadero Municipal. En esta parte de la barriada bien poco es el terreno que se cultiva actualmente, apenas un par de huertos que siguen produciendo hortalizas y algunos árboles frutales, pues ya desaparecieron las viñas y los fresales cuyo lugar lo han venido a ocupar los bosquecillos de eucaliptos, destacándose al margen de la carretera algunas viviendas y chalecitos con sus jardines, así como un par de ventas y un taller de carpintería, mientras el arroyo llamado del Cementerio sigue encauzando las aguas que bajan de la sierra en su camino hacia el mar de Levante.

Uno de los accesos al cementerio de La Línea.
Uno de los accesos al cementerio de La Línea. / N. M.

Pero si el margen izquierdo de la carretera del Cementerio ha cambiado su fisonomía, con las estructuras de las tres nuevas fábricas, en cambio su lado derecho aún conserva su original y hermosa panorámica de huertos y fincas rodeados de árboles y chumberas, por donde se cruzan y enlazan todo un complejo de canalillos de hormigón, suspendido sobre pilares que pertenecen al plan de regadío colectivo de la zona de El Zabal Bajo, en espera de que algún día se ponga en funcionamiento, pues aún se encuentra en construcción.

Al fondo del cementerio, y como una larga cinta azul brillante, se destaca la línea del horizonte del mar de levante. Esta gran llanura que llega hasta muy cerca de la playa, es la zona agrícola más rica, no sólo de nuestro término municipal, sino de toda la comarca, pues de los 150 huertos que existían en La Línea en 1870, su totalidad pertenecían a las llanuras de El Zabal Bajo, de los que hoy aún existen un gran número de ellos. Se cultivan en estos huertos y huertas las mejoras hortalizas, sabrosos y carnosos tomates, pimientos, patatas, rábanos, zanahorias, berenjenas, remolachas, coliflores, coles, lechugas, acelgas, apio blanco, maíz, melones, sandías, fresas y otras frutas, como la uva moscatel, aunque de esta última ya casi no se cultiva.

Los primitivos sistemas de riego, como cigüeñales y norias tiradas por animales, así como el transporte del agua por hombres con una lata en cada mano, han mejorado muchísimo cuando los hortelanos instalaron motores con bombas eléctricas, aunque actualmente parece ser que todavía se va a modernizar algo más el sistema de regadío, pues se han instalado toda una red de canales elevados sobre pilares por donde circula el agua procedente de la presa, con la que se espera que este sistema de riego colectivo sea la solución definitiva para incrementar al máximo la producción agrícola de esta rica zona de El Zabal. Hasta aquí nos estamos refiriendo a la zona de El Zabal Bajo, donde además de los huertos y antiguas viñas, también se han construido algunas granjas de gallinas ponedoras y pollos, así como de conejos de engorde.

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