Barriadas de La Línea: La Atunara (III)
Enciclopedia de La Línea
La iglesia del Carmen es la segunda más antigua de La Línea
A mediados del siglo XX el edificio que era un saladero de pescado se convirtió en iglesia
La Línea/Aunque no es muy antigua, la iglesia del barrio de La Atunara es la segunda de la ciudad en edad, a mediados del siglo pasado, el edificio que era un saladero de pescado se reconvirtió en iglesia y se inauguró con la imagen de la Virgen del Carmen, que había sido trasladada a la iglesia desde la abandonada capilla que existía en la Estación de Salvamento de Náufragos, más conocida por el sobrenombre de El Salvavidas.
Durante las fiestas en honor de la Virgen del Carmen gente del barrio engalana calles y balcones por donde pasa la procesión, a la cual siguen muchos vecinos y gente de la localidad, lo cual da mucha vistosidad y vivacidad al barrio. El evento también cuenta con banda de música, actuaciones musicales y otras actividades recreativas gracias a la aportación económica que hace el consistorio. La procesión transcurre mitad por tierra y parte del trayecto por el mar, también bastante acompañado por numerosas embarcaciones y seguidas desde la playa por mucho público que suele acampar el día anterior y pernoctar con tal de obtener el mejor lugar para ver la procesión marítima y disfrutar de un buen día de playa comiendo sardinas al espeto.
La parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en la barriada de La Atunara, una vez desmembrada de la iglesia mayor de la Inmaculada, fue erigida por decreto episcopal el 28 de septiembre de 1944, aunque su apertura se produjo el 16 de julio del año siguiente, coincidiendo con la festividad de la Virgen del Carmen. Aquel día, el obispo de entonces se desplazó a la ciudad, en plena Feria, para proceder a la bendición de la parroquia.
En sus comienzos, la parroquia se instaló en una antigua fábrica de salazón comprada por el obispado de Cádiz-Ceuta, llamada La Chanca, propiedad de unos franceses. Más tarde, cuando la fábrica, que era un barracón de madera, fue abandonada, sirvió de taller de calafateado y varadero. El calafate se llamaba Domingo Valle. Luego, este solar lo compró don José Victorio, jefe de Tabacalera, hasta que en 1944 lo adquirió el obispado para la construcción de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Luego se realizaron obras de transformación para dejarla convertida en una sola nave de unos 200 metros cuadrados con el altar en el centro, visible desde el exterior de la iglesia.
La capilla del Santísimo y de la Reconciliación se encuentra a la derecha del altar mayor en una superficie de unos 40 metros cuadrados. Aparte, unas dependencias anexas incluyen el despacho parroquial, de unos 25 metros, tres salas de reuniones y dos servicios. Junto al templo y las dependencias existe un amplio salón y varias habitaciones más en las que tienen su sede la Hermandad del Cristo del Mar, Cáritas y otras actividades parroquiales, aparte de que las instituciones del barrio de La Atunara utilizan los salones para la vida social y cultural del mismo.
En general, se trata de la parroquia más pequeña de la ciudad, aunque cumple perfectamente las necesidades de la barriada. Esta feligresía queda dentro de los límites siguientes: una línea que partiendo del mar de levante pasa por el eje de las calles Jimena, Estepa, Menéndez Pelayo, Antequera, bordeando el grupo escolar que queda fuera de esta parroquia, Almendro, Giralda, María Guerrero, canal de desagüe hasta el mar de Levante. Hace unos años fue mejorado su entorno con la remodelación de la explanada exterior, bautizada con el nombre de la plaza de Guillermo Chaminade Marianistas. Ya más recientemente fue modificado el interior.
El primer libro de Bautismo de la parroquia está fechado el 25 de septiembre de 1944 y su erección fue publicada en el Boletín Oficial del Obispado de Cádiz-Ceuta, en el mes de mayo del mismo año. El libro se formaliza el 1 de mayo de 1945, fecha en que comienza a tener vida propia la parroquia, segregada de la de la Inmaculada de La Línea. Está firmado por don José Rivas Mateos, primer cura ecónomo de la barriada.
La parroquia de la Virgen del Carmen está integrada en la realidad del barrio de La Atunara y viceversa. La condición ancestral de barriada de pescadores le entroncó rápidamente con el fervor a la Virgen del Carmen, que es la reina de La Atunara. El templo es un edificio de construcción sencilla y funcional, con techo de tejas coloradas, soportado sobre arcos de hormigón y con una sola nave, donde se encuentra el altar mayor, presidido por la Virgen del Carmen, patrona de la barriada.
Enfrente se encuentra el Cristo del Mar, una hermosa talla de un crucificado. Todos los años hace su desfile procesional por las calles de la ciudad llevado a hombros por los miembros de la Hermandad de Pescadores. En los laterales de la nave se encuentran otras tres imágenes: una, la del Sagrado Corazón de Jesús; otra, una pequeña imagen de la Inmaculada, y una tercera, otra de la Milagrosa. En septiembre de 1978 se hizo cargo de la parroquia un sacerdote de la compañía de María (Marianista) y se instaló en su demarcación una comunidad religiosa de la citada congregación.
Hay dos días en el año en los que la iglesia se queda pequeña para albergar el fervor de la gente de La Atunara. Primero está el Viernes Santo, cuando se congregan cientos de personas para asistir a la salida de la cofradía del Cristo del Mar, el otro gran referente religioso de este barrio de pescadores. El siguiente es el 16 de julio, cuando la Virgen sale en procesión recorriendo las pequeñas calles de La Atunara.
El primer párroco del Carmen fue José Javier Rivas, que estuvo desde 1944 hasta 1948. Le sustituyó José Brenes, aunque éste sólo se mantuvo unos meses ya que fue rápidamente reemplazado por el inolvidable Justo Martínez de Serdio, el padre Justo, que permaneció durante siete años en la parroquia del Carmen desarrollando una impresionante labor social y reivindicativa que incluso le costó el destierro por una carta mandada a Franco en el año 1954 en la que denunciaba el trato que recibía la ciudad. Tras la marcha del padre Justo, en el año 1955, llegó Salvador González, que estuvo también muy poco tiempo ya que en el mismo año le sustituyó Manuel Galtier. En 1959 llegó el padre José Luis Galindo, que estuvo ocho años, hasta 1967, cuando llegó Francisco Javier Arrieta.
En el 1973 se hizo cargo de la parroquia el padre Torrejón, tras el cual se incorporó el último sacerdote no marianista, Alberto Revuelta. En el año 1978 asumieron los marianistas la iglesia del Carmen y llegó el padre Aventino Andrés, que estuvo tres años hasta ser sustituido en 1981 por José Antonio Barbudo, otro de los sacerdotes que ha dejado huella en la iglesia de La Atunara. Luego llegaron Pachi Canseco y Lucio Bezana, también marianistas. El padre Ignacio Zabala llegó en el año 2009 y posteriormente han pasado por la parroquia los padres Luis José Nolasco, Ruggero Pintón, Pedro Flórez y José Villén Gallego.
Miguel del Manzano falleció el viernes 23 de julio, pero dejó listo para su publicación el capítulo sobre la barriada de La Atunara de su Enciclopedia de La Línea.
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