Estadio de San Bernardo y Ciudad Deportiva
La Línea en Blanco y Negro
El antiguo terreno de juego, construido en la barriada del Castillo España, fue inaugurado en 1927
El actual Estadio Municipal fue levantado por el Gobierno de Franco tras el cierre de la Verja
La Línea/El Estadio de San Bernardo fue construido por el industrial y propietario linense don Pedro Ruiz en la barriada del Castillo España, donde se encontraba el popularísimo cine El Chorro y en los terrenos baldíos del Huerto de las latas, llamado así porque se habían acumulado en el lugar miles de latas y más concretamente en la calle Jardines.
Fue el día 25 de marzo de 1926 siendo presidente don Emilio Sáez cuando por primera vez se tienen contactos con el propietario del estadio, don Pedro Ruiz, para arrendar los terrenos de juego por la cantidad de 400 pesetas mensuales ante la presión de la Federación, que urgía terminar las obras en el mencionado terreno para poder jugar aquel año el campeonato.
Se levantó una cerca de estacas y alambres, y más tarde se construyó la muralla de las taquillas y la presidencia. Las gradas fueron colocadas con las maderas viejas de los barcos desguazados en las playas de la Bahía. El esfuerzo fue enorme y colaboraron infinidad de linenses, socios y directivos del club, se aprovechó la arena, el barro y la grava sobrante de la recién construida carretera de Gibraltar e incluso se sembró alpiste para formar el césped. Estas prisas por terminar las obras las utilizó para sacar provecho propio el firmante del contrato, que incluyó en el mismo una fórmula adicional que obligaba a la Balompédica a entregarle en concepto de garantía la cantidad de 5.000 pesetas, comprometiéndose a hacer entrega del campo en septiembre de este mismo año. Esto no se puede verificar por la morosidad de los trabajos y siete meses después hubo que firmar un nuevo acuerdo con más ventajas para la Balompédica.
Terminado el campo, fue bautizado por el cura párroco Juan Rodríguez Cantizano el 17 de octubre de 1926 y tras el evento religioso se celebró el primer partido Real Balompédica Linense y el FC Malagueño, que finalizó 2 a 1 a favor de la Balompédica. Lo arbitró don José Beltrán García, que luego fue delegado del Colegio de Árbitros durante veinte años. Precisamente esta temporada, la 1926-27, fue cuando la Balompédica conquistó el título de campeón del Grupo Oriental de Primera Categoría Regional.
Don Cristóbal Becerra realizó una petición oficial para la Inauguración del Estadio, transcrita a continuación:
“Cristóbal Becerra García, mayor de edad, vecino de esta y con cédula personal que acompaña a V.S. con el debido respeto y acatamiento expone: Que existiendo un nuevo terreno destinado a deportes situado en la carretera de San Bernardo y previo reconocimiento del perito aparejador D. Eligio Fernández Quiñones, cuyo certificado se acompaña, desea inaugurarlo el próximo día diez y siete a las quince y cuarenta y cinco de su tarde con un partido de futbol, entre la Real balompédica y el FC Malagueño. Por tanto suplica a V.S. Que dando está por recibida, dé las oportunas órdenes para que esta solicitud que respetuosamente deseo surta los efectos apetecidos. Es favor que espero recibir de V.S. cuya vida guarde Dios muchos años. La Línea, 15 de octubre de 1926. Sr. Subdelegado Gubernamental de esta ciudad”.
Por el Campo de San Bernardo desfilaron en los días de las competencias regionales el Sevilla y el Betis, así como los demás equipos andaluces que participaban en aquellas, y en su graderío de madera se entremezclan miles de linenses y algecireños en tardes cargadas de pasión en las que enfrentaban los dos eternos rivales. Los equipos representativos de estas ciudades hermanas, que lo eran de verdad aunque existiesen estas rivalidades circunstanciales.
Pero no solo se produjeron en el San Bernardo acontecimientos deportivos, también fue escenario de un lamentable hecho luctuoso durante la celebración de uno de los partidos en que jugaba la Balompédica, cuando murió repentinamente el director de la sucursal del Banco Español de Crédito en nuestra ciudad, Don Juan Palop Palma, gran aficionado y extraordinario animador del equipo local del que fue un apasionado partidario.
El cierre de la Verja de Gibraltar empujó al Gobierno de España a levantar una enorme mole de cemento llamada entonces Estadio Municipal José Antonio dentro de la Ciudad Deportiva Francisco Franco. Era la segunda mitad de la década de los sesenta y La Línea se resignaba a marchas forzadas a perder el beneficio económico y laboral de su relación con la plaza de Gibraltar. El estadio y el parque forestal fueron la reacción del Gobierno a las consecuencias del cierre de la Verja y un intento de compensar a los linenses.
Los letreros de la empresa Corsán pasaron a resultar familiares. Los linenses, sobre todo los aficionados al fútbol, se estaban quedando con la única ilusión de disponer de un campo de gran envergadura capaz de acoger acontecimientos futbolísticos de alto nivel, como así sucedió.
El 15 de octubre de 1969 fue la inauguración del Estadio. La selección española (con Gento, Gárate, Gaztelu, Pirri, Amancio...) venció por seis a cero a Finlandia en encuentro valedero para la fase previa del Mundial de México, aunque el choque no tenía mucho interés deportivo porque España había perdido todas las opciones de clasificarse para un torneo que luego fue considerado como el mejor Mundial de la historia. Cuatro días después, la Balona saltó al césped en encuentro oficial por primera vez para enfrentarse al Cádiz, al final, 1-1 con un gol de Cáceres, que pasó a la historia como el primero que anotaba la Balona en su nuevo campo.
A principios de 2017, un grupo de seguidores proponen que se le dé al Estadio Municipal de La Línea el de Estadio Municipal Alfredo Gallardo Salvador, al considerarlo mejor presidente de la centenaria entidad linense, cuando lo cierto es que ha habido presidentes que han mantenido al club en categoría superior (caso de D. Antonio Belizón, que mantuvo al club en Segunda división nacional durante las temporadas 1949-55) o del presidente fundador, D. José Morales González. La propuesta de cambio de denominación del Estadio sigue en el aire.
La evolución del nombre del estadio ha tenido el siguiente recorrido: 8 de septiembre de 1969, la corporación en pleno tomó el acuerdo de denominar a la Ciudad Deportiva circundante al Estadio Francisco Franco y al Estadio Polideportivo Municipal José Antonio Elola Olaso, delegado nacional del Frente de Juventudes y delegado Nacional de Educación Física y Deportes por aquella época.
En 1977, otro acuerdo plenario dejó sin nombre a la Ciudad Deportiva y al Estadio, por lo que se le conoce como el Municipal Linense, gentilicio de los vecinos de La Línea de la Concepción. Desde entonces, cuarenta años después, todo sigue igual, pues es difícil nominar al vetusto y semi ruinoso estadio (a los fondos de gol no se puede acceder por seguridad) con un nombre en concreto, pues no ha habido hazaña singular que merezca tal distinción, ya que cuantos por encima de la larguísima relación de personas que han trabajado por la Balona en toda su historia sobresalen tres personas fundamentales para la consolidación de la entidad en sus primeros tiempos: Antonio de la Cámara, Cristóbal Becerra y Emilio Sáez.
Los tres fueron vitales y solventaron serias dificultades con un altruismo y un cariño fuera de toda duda todos. Absolutamente todos los que luego rigieron los destinos del club se merecen el reconocimiento máximo de los aficionados, cada uno con sus posibilidades y su capacidad de gestión, pero siempre con el bien del club como horizonte. A lo largo de la existencia de la Real Balompédica Linense ha sido necesaria la presencia y la labor de personas capaces de poner su tiempo y su dinero para que nada ni nadie pusiera en peligro su continuidad. En algunos instantes en los que pareció inminente la desaparición, apareció alguien dispuesto casi con una venda en los ojos a que el club siguiera navegando, especialmente en la década de los ochenta.
La utilización del campo ha resultado muy anecdótica a lo largo de estos años. Mientras el equipo local no ha pasado de tres ascensos (sólo se celebró el del Hellin Deportivo porque los otros fueron lejos de La Línea), dos salvaciones milagrosas ante Alicante y Toledo y dos hitos coperos (Cádiz y Sevilla).
Por el Estadio Municipal Linense han desfilado la mayoría de los grandes equipos del mundo, como Real Madrid, Athletic Club, FC Barcelona, Real Betis Balompié, Palmeiras, Lazio, Bayern de Múnich, Liverpool, Sevilla FC, PSV Eindhoven, Valencia, Deportivo de La Coruña, Nottingham Forest, Anderlecht, Hajduk Split, San Lorenzo de Almagro...
El otro gran acontecimiento fue el 7 de junio de 1984, cuando la España de Miguel Muñoz jugó un encuentro amistoso de preparación ante Yugoslavia con vistas a aquella Eurocopa del fallo de Arconada en la final ante Francia.
Con independencia de los espectáculos eminentemente deportivos, el Estadio Municipal ha dado cabida a atracciones como las carreras de motos sobre ceniza o las actuaciones musicales de Julio Iglesias, Alejandro Sanz, Ricky Martin, Chayanne o Isabel Pantoja.
Lo que se dice llenarse, se llenó exclusivamente el día de la inauguración. No obstante, en la mente de todos están impresionantes entradas de públicos como el Balona-Alicante de la promoción para la permanencia en 1975 o aquellos Balona-Algeciras, aparte del entradón del Balona-Hellín que supuso el 30 de junio de 1999 el retorno a la Segunda B. La presencia de grandes equipos también llevó mucha gente al Estadio, que sigue pidiendo a gritos que se le dé el nombre de Juan Vázquez, que nunca llegó a jugar en partido oficial en dicho césped pero que forma parte de la leyenda futbolística de La Línea junto a Ayala o Gallardo.
Con el paso del tiempo, aquella mole sufrió la consecuencia de la aluminosis. En la temporada 90-91 hubo que jugar un partido en el campo anexo A y también fue necesario un trabajo importante para resolver el problema. Hoy día, el Estadio Municipal tiene mucha mayor utilización que antes, es sede de entidades deportivas y asociaciones sociales y sus características permiten incluso albergar la posibilidad de que la Balona disponga de una sede en condiciones y que haya opciones de otro uso de ocio y recreo si se aprovechan sus alrededores.
En el verano del 2016, la empresa Football Impact se encargó de cambiar el césped artificial por uno natural de alta calidad. Esta inversión fue a cambio de que la empresa pueda utilizar el estadio municipal para organizar partidos internacionales de los conjuntos que contratan sus servicios.
Nuevo estadio Ciudad de La Línea
El nuevo estadio en el que jugará sus encuentros la Real Balompédica que está previsto que pase a denominarse Ciudad de La Línea y que se construya en el mismo espacio que el actual. Tendrá visera tanto en Tribuna como en Preferencia [ésta de menor longitud], una capacidad de 9.000 espectadores, ampliables en los fondos hasta 12.000, y una zona dedicada solo a actividad comercial de cara a la playa de Santa Bárbara, que también podrá aumentar su capacidad con una segunda planta.
La mesa de contratación municipal del Ayuntamiento ha adjudicado el proyecto a una UTE (Unión Temporal de Empresas) fruto de la unión de dos acreditados arquitectos de la provincia que se fusionan para poder responder a las exigencias puestas por el municipio para una edificación que está valorada en unos 5,5 millones de euros. Las obras podrán comenzar antes de que finalice el presente 2021. Se ha estudiado una posible ampliación del estadio en cuanto a capacidad por si las circunstancias; es decir, que la Balona diese el salto al fútbol profesional lo requiriese, esta ampliación consiste en añadir un graderío alto volado a los fondos, con lo que se conseguiría una capacidad adicional de tres mil personas más, hasta un total de 12.000.
También se prevé un aumento de la superficie de los locales comerciales con la posible creación de una entreplanta aprovechando la altura que a la planta baja se le otorga inicialmente, gracias a que se ha respetado la cota existente del terreno de juego y se sube la cota de entrada al estadio a la rasante del solar en la que se enclava.
El concejal de Urbanismo, Juan Macías, que ha trabajado de manera ingente para que este proyecto vea la luz cuanto antes se confiesa “muy ilusionado” con la posibilidad no solo de que la Real Balompédica, de la que es confeso seguidor, disponga de una instalación propia del siglo XXI a corto plazo, sino de que “se cree una actividad económica en torno al estadio en una franja tan importante como es la costa de Levante”.
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