Más linenses se rinden a la Peregrina

XIX Romería de la Inmaculada peregrina | la línea celebra esta fiesta en familia

Unas 300 personas acompañan a la Virgen hasta el Princesa Sofía en un gran ambiente y espíritu mariano El párroco Juan Carlos Pérez insta a los romeros a transmitir alegría

Una mujer toca el manto de la Virgen en su carreta, en la puerta del santuario.
Una mujer toca el manto de la Virgen en su carreta, en la puerta del santuario.
Y. G. T. La Línea

06 de junio 2016 - 01:00

La devoción a la Inmaculada Peregrina crece cada año. Más de 300 personas acompañaron a la Virgen en su romería hasta el parque Princesa Sofía, en una convivencia religiosa en la que no faltó la comida, el cante y el baile. Y es que esta tradición cumple ya 29 años, pero está en alza. Con un día espléndido y cuando las campanas del santuario marcaban las once de la mañana, la Virgen estaba ya en su carreta. Un burrito tiraba del carro, en la que la pequeña Virgen hizo el recorrido hasta el parque Princesa Sofía.

La comitiva la encabezó un grupo de caballistas, las reinas y damas de la Velada y Fiestas 2015 y las autoridades. Tras ellos, la Virgen. Este año, iba vestida como antiguamente, con su capa y mantilla. Su mayordomo y miembro del grupo joven, Juan Blas Santos, que lleva cuatro años vistiendo a esta bella talla, explicó que este año se ha querido innovar. Las flores de campo, margaritas y gerberas la hacían más romera.

El grupo de jóvenes de la Inmaculada está muy unido a esta imagen. Así, en los últimos meses ha regalado varios enseres a la hermandad, el último un incensario.

Las medallas de todas las hermandades, como es habitual colgaban de la carreta.

Durante todo el recorrido, que duró tan sólo media hora, se pudo palpar la devoción de los linenses con la Peregrina. Así, en la calle del Sol una lluvia de pétalos de rosas cayó desde una azotea, mientras una vecina la piropeaba. Un grupo de mujeres vestidas de romeras del centro de mayores de la Atunara no dejaron de cantar y animar durante todo el camino. Una vez en el parque, se sumaron más devotos que buscaban la sombra de los árboles para protegerse del sol. La Hermandad de la Flagelación fue la encargada un año más de instalar una barra para recaudar fondos con bebida y comida para los asistentes, si bien un gran número de familias se llevó su propia comida y ataviados con mesas y sillas plegables disfrutaron del día.

La reina de la Velada 2016, Anabel Núñez, junto a su corte de damas mostraron su alegría por acudir a este acto, algunas acompañadas de sus familias. Las jóvenes se mostraron apenadas por ser éste el último acto al que acudirán como representantes del municipio antes de la próxima Coronación de las Reinas de la Velada 2016.

El párroco de la Inmaculada Juan Carlos Pérez, y el diácono Lucio Victorino concelebraron una misa junto al coro rociero de la Inmaculada. El párroco destacó en su homilía la importancia de compartir y apuntó a que la "alegría que nos une nos sirva para transmitirlo a los demás a través de nuestra mirada o nuestras acciones". Por otra parte, instó a los presentes a sentir lástima por el prójimo, pero "lástima bíblica, es decir la compasión, la que sienten las madres cuando alguno de sus hijos tiene algún problema".

Acabada la eucaristía, actuó el grupo rociero Quejío Andaluz.

El alcalde de La Línea, Juan Franco, que acudió junto a casi todo el equipo de gobierno a la romería, indicó que es la primera vez que lo hace como alcalde. El primer edil valoró la importancia de dar más publicidad a una tradición linense tan importante. "A ver si entre la hermandad y el Ayuntamiento se puede hacer algo más para que venga más gente, que ni siquiera se entera", apuntó.

Por su parte, el hermano mayor, Juan Domingo Macías, mostró su satisfacción porque este año fueron más los romeros que acompañaron a la Virgen y agradeció a todas las entidades su colaboración. A la caída de la tarde, se produjo la vuelta de la Peregrina hasta el santuario, tras un gran día de celebración al aire libre.

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