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Muere Gabriel de Frutos, único Defensor del Pueblo linense, Hijo Adoptivo y padre del Trofeo Ciudad de La Línea

Fue primer teniente de alcalde del Ayuntamiento en años muy duros, coincidiendo con el cierre de la Verja en 1969

La calma tensa en la Verja de Gibraltar tras el Brexit explota con controles a los trabajadores y largas colas

Gabriel de Frutos. / Paco Guerrero

La Línea/"Defiendo a los linenses porque los servicios sociales no están suficientemente dotados por las administraciones obligadas a hacerlo. Defiendo a los linenses ante el hecho de que no se consiga un estudio epidemiológico serio y científicamente fiable. Defiendo a los trabajadores españoles en Gibraltar ante la falta de atención que soportan”. La Línea llora este martes la muerte del autor de este discurso que, aunque tiene casi 16 años, sigue muy vigente. Descanse en paz Gabriel de Frutos Hernández, quien fuera primer y único Defensor del Ciudadano linense, Hijo Adoptivo de la ciudad y miembro de la comisión que puso en marcha el Trofeo Ciudad de La Línea en 1970.

De Frutos tenía 87 años y era natural de Ávila, aunque vivía en La Línea desde los 21, allá por la década de los 50. A lo largo de su dilatada carrera profesional, De Frutos estuvo muy vinculado con el mundo de los deportes. Su carrera comenzó en el colegio salesiano San Juan Bosco como profesor de Educación Física, actividad que desarrolló luego en otros centros educativos de la ciudad como los institutos Virgen de la Esperanza, Menéndez Tolosa o Mediterráneo.

Tras ocupar el cargo de delegado municipal de Juventud, fue primer teniente de alcalde del Ayuntamiento en años muy duros, coincidiendo con el cierre de la Verja en 1969 y la puesta en marcha de los planes de desarrollo en el Campo de Gibraltar.

Su labor se extendió hasta la promoción y la presidencia de la comisión organizadora del Trofeo Ciudad de La Línea, para la que estuvo trabajando doce años. Fue en 1975 cuando se marchó a Salamanca para desempeñar el cargo de delegado provincial de Juventud, tarea que le alejó de La Línea durante seis años, el único tiempo que pasó fuera de la ciudad.

En el año 1989 fue nombrado director del albergue juvenil de Algeciras, ubicado en Pelayo, para la puesta en marcha de sus instalaciones deportivas. Luego lo nombraron director del centro de menores, donde estuvo dos años. En 1993 pasó a la Gerencia del Plan de Barriada de la Delegación Provincial de Asuntos Sociales en Los Junquillos y poco después se jubiló. También fue director del Hogar de la Concepción.

Gabriel de Frutos. / Paco Guerrero

Fue Defensor del Ciudadano Linense, entre septiembre de 2004 y enero de 2010, con una enorme actividad de atención a los problemas que le presentaban sus vecinos. Ejerció esta función con escasos medios y las dificultades lógicas al ser un cargo de nueva creación y ser poco o nada conocido por los ciudadanos. De hecho, fue uno de los primeros defensores del ciudadano que hubo en Andalucía. De Frutos no percibió ninguna contraprestación económica por ejercer esta labor. Su desempeño fue muy discutido siempre por el PSOE e Izquierda Unida

En julio de 2010, De Frutos fue nombrado Hijo Adoptivo de La Línea. Su semblante fue glosado por Gerónimo Miguel Carrasco. Además de destacar su talla moral y carácter altruista, recordó que fue durante cinco años Defensor del Ciudadano Linense. "Gran parte de esta labor la ha realizado de manera totalmente altruista y desinteresada", dijo. De Frutos aseguró aquel día que era de los más importantes de su vida y reconoció que siempre se ha considerado un linense de hecho. "Desde ahora lo soy también por derecho”, aseguró.

En 2005, fue el encargado de ofrecer el discurso institucional del pleno que celebró la Corporación municipal de La Línea para conmemorar el Día de Andalucía.Durante el mismo defendió la reforma del Estatuto de Autonomía. “Ha sido un instrumento válido para los 25 años que hemos recorrido pero los nuevos tiempos aconsejan su adaptación a las circunstancias que hoy se plantean y a las exigencias que la moderna sociedad andaluza demanda. Se impone perfeccionar el sistema sin miedo a las aconsejables y necesarias reformas. Se hace necesaria una modificación para adaptarlo a las nuevas circunstancias, pero sin que ello suponga renunciar a los principios básicos de unidad y solidaridad nacional que lo inspiraron. Hay que seguir avanzando y profundizando en el modelo autonómico y en el papel que Andalucía debe jugar en el conjunto de España. Si es necesario, volver a ser la comunidad autónoma que impida que la reforma estatutaria signifique crear una España de primera categoría y otra de segunda. Los andaluces no queremos ser más que nadie, pero no debemos aceptar ser menos que nadie”, manifestó.

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