Una laguna para el pulmón linense
Proyecto para el parque Princesa Sofía
Los locos del parque proyectan un lago en el Princesa Sofía como foco de atracción para aves y para realzar el recinto como recurso turístico
El Ayuntamiento, receptivo a la idea aunque apunta las dificultades para la financiación con medios propios
La Línea/Los linenses que ya han superado los cuarenta lo recordarán perfectamente. Un gran lago presidía una de las parcelas del parque Princesa Sofía desde su apertura, en 1971, hasta la reforma de mediados de los años 90. Ahora, un cuarto de siglo después de que la laguna fuera sepultada, el colectivo de acción ciudadana Los locos del parque plantea recuperar este símbolo del pulmón verde de La Línea.
El grupo ha presentado un proyecto al Ayuntamiento para construir una laguna aprovechando las masas de agua subterráneas y recrear así un ecosistema que permita atraer a aves migratorias y suponga, a la vez, un atractivo para el visitante.
“Actualmente, el parque se ha convertido en un sitio para aparcar el coche para quienes van a Gibraltar a trabajar o de compras. Debe ser vistoso y ofrecer un aliciente al visitante. Estamos convencidos de que una laguna, además de los efectos ecológicos, atraería a turistas que harían uso de los servicios de la ciudad. Así pasa con una laguna que hemos tomado como modelo, el Parque de la Paloma, en la Costa del Sol. Recibe cada año 330.000 personas que van a dar de comer a los patos y que luego se toman algo en los bares y restaurantes de la zona o hacen compras”, defiende Rafael Cerpa, integrante de Los locos del parque y encargado de la redacción técnica del proyecto.
En esencia, la laguna se plantea como un espacio de 5.000 metros cuadrados con dos vertientes: la lúdica, abierta al público y visitable, y otra parte a modo de reserva natural para recuperar el ecosistema y fomentar la llegada de aves para así potenciar las dos vertientes de uso del parque, la social y la ecológica. Tendría forma de riñón, con un estrechamiento central, en la zona del parque que habitualmente se inunda con fuertes precipitaciones –como las sucedidas a finales de noviembre– dada su baja cota respecto al nivel del mar. Contaría con un observatorio.
El dossier fue entregado a la concejalía de Parques y Jardines de La Línea hace unos tres meses. “Debe ser el Ayuntamiento quien valore el coste de la infraestructura conforme a sus medios técnicos”, apostilla Cerpa, quien considera que la entidad local recibió la idea con receptividad.
“Como idea, nos encanta. Está muy bien planteada. Sin desmerecer un ápice la iniciativa, la idea y el empuje de Los locos del parque, la realidad es que la anterior laguna se tapó por el alto mantenimiento”, reconoce Manuel Abellán, concejal de Parques y Jardines de La Línea y también vinculado a Los locos del parque.
Para Abellán, la prudencia debe marcar cualquier iniciativa en el parque por su alto coste. “Toca también pensar en el día después de su inauguración, pero que no se entienda esto como una oposición”, resalta.
El edil destaca que con el diseño presentado, ahora tocaría redactar un proyecto técnico conforme a los requisitos de cualquier obra pública y un presupuesto. “Ejecutar esa obra a pulmón es imposible para el Ayuntamiento de La Línea, pero con un proyecto técnico y una cuantificación de los costes se puede llamar a muchas puertas públicas y privadas”, apunta el edil, quien garantiza la colaboración del Ayuntamiento en todo lo que sea posible.
El proyecto
El proyecto de la laguna del parque, elaborado por Rafael Cerpa, Jorge Caballero y David Cuenca, establece un lago con dos zonas diferenciadas: una pública y otra a modo de reserva natural, apta para la educación ambiental, estudio y observación de la naturaleza. De ahí el diseño en forma de riñón con un estrechamiento central.
La parte turística estaría protegida por una valla de 1,2 metros de altura para impedir la entrada de perros y otros animales domésticos a la zona de agua y para que la laguna pueda ser observada de forma segura. La zona de reserva, con un vallado más alto, tendría igualmente una pantalla vegetal más tupida para impedir el acceso a zonas no permitidas. Y, en el centro, una cueva hecha con piedras para separar las dos áreas y dar cobijo a especies insectívoras como los murciélagos para regular de manera natural la proliferación de moscas y mosquitos.
Así, tras la apertura del hueco, el fondo de la laguna quedaría cubierto con una capa de caucho de polietileno (EPDM), con una profundidad máxima de 1,7 metros en la zona de la poza y 1,2 en una fosa perimetral de seguridad. El agua sería suministrada por un pozo cercano del acuífero que llega hasta el parque y con un sistema de válvula de nivel para mantenerlo constante.
La laguna estaría circundada por una orilla con una leve pendiente para facilitar la colocación de cantos rodados que permitan arraigar plantas.
El canal perimetral actuaría a modo de barrera de seguridad frente al vandalismo mientras que las pozas, con la profundidad de 1,7 metros, contribuirían a regular las altas temperaturas del agua durante las horas de mayor insolación a lo largo del verano.
En la lámina de agua, el boceto presentado al Ayuntamiento de La Línea pleantea una serie de islas verdes con material flotante para el refugio de aves y animales acuáticos, y también para refugio de los peces en la zona inferior.
El observatorio se contempla en la idea como un proyecto en sí mismo, con una caseta metálica con acabado de madera para permitir su mejor integración en el entorno y reducir el mantenimiento. Tendría una pequeña aula para impartir charlas e incluso pantallas para difundir la importancia de los recursos naturales y la variedad de especies que acoge el parque.
Para aprovechar los áridos extraídos de la excavación de la laguna, Los locos del parque proponen recrear un sistema dunar que además haga de barrera física entre la zona visitable y la de reserva, igualmente apoyado con especies vegetales adecuadas.
Todo iría completado con una cascada para poder suministrar el necesario oxígeno al agua, con un diseño lo más natural posible. La cueva, a su vez, se ubicaría en la trasera del salto de agua y puede ser un proyecto independiente, igualmente abierto a posibles visitas para expertos y seguimiento de especies.
La ejecución estimada de toda la laguna, a expensas de que un proyecto técnico estandarizado los calcule conforme a los criterios de una obra pública, sería de unos seis meses entre la construcción y paisajismo y naturalización.
Cuatro razones
Los locos del parque reseñan cuatro razones principales para la construcción de la laguna. Primero, por la indudable mejora para la calidad del aire que supone el recinto, con 14 hectáreas, que se vería potenciada con más arboleda en torno a la laguna. El colectivo apela igualmente al turismo como un factor para transformar el Princesa Sofía de lugar de paso a un recinto que atraiga visitas a la ciudad.
La migración de aves es otro de los grandes motivos esgrimidos por los redactores del proyecto, quienes subrayan que el Campo de Gibraltar se encuentra en un lugar privilegiado para su avistamiento y también para el descanso y refugio. Principalmente, el parque recibe a aves paseriformes, con más de 104 especies diferentes detectadas en el recinto. “Una cifra que con una laguna adecuada aumentaría sin duda”, subrayan.
Por último, el grupo destaca la acción de la laguna como zona de reserva para especies protegidas como anfibios, reptiles, aves y otras formas de vida acuática.
Otras ideas
Con o sin lago a la vista, Los locos del parque continúan con sus iniciativas para embellecer el Princesa Sofía de manera altruista y siempre en sintonía con el Ayuntamiento linense.
Uno de los proyectos en marcha se basa en la siembra de árboles prunus, de la misma familia que el cerezo, para que aporten color durante la etapa de floración al frente del recinto más cercano a Gibraltar. Junto a esto, también se está habilitando un camino con almendros y una zona para atraer aves.
El artista Jorge Caballero ha donado una escultura de un caracol que será colocada cerca del palenque para convertirlo en un rincón para hacerse selfis. “Nuestra intención es siempre aportar para que el parque esté en las mejores condiciones posibles. Poco a poco, el parque vuelve a ser de los linenses y los linenses lo están cuidando”, resume Cerpa.
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