Una vecina ilustre de La Línea

Angelita Sevilla es dama de la Real Hermandad de Caballeros de San Fernando, de la que forman parte menos de 300 personas y a la que se accede por propuesta de otros integrantes

Angelita Sevilla, a la izquierda, instantes antes de ser nombrada dama de la Real Hermandad de San Fernando.
Angelita Sevilla, a la izquierda, instantes antes de ser nombrada dama de la Real Hermandad de San Fernando.

La Línea cuenta entre sus vecinos con una persona ilustre, aunque si fuera por ella no lo habría dado a conocer. Familiares y amigos son las que la han animado a hacer público que entre los linenses hay una mujer que destaca en muchas facetas. Es Angelita Sevilla Segovia, que es dama de Real Hermandad de Caballeros de San Fernando, una entidad de la que forman parte menos de 300 personas de toda España y la que se accede exclusivamente por recomendación de otros miembros de esta hermandad, que tiene su sede en Madrid.

La Real Hermandad de Caballeros de San Fernando fue fundada por el coronel del cuerpo de ingenieros del Ejército de Tierra don Fernando Puell y Sancho en el año 1942 y su objetivo es el aumento de las devociones a María Santísima y a San Fernando, rey de Castilla y León, ya que consideran a Fernando III de Castilla como el espejo de las más nobles virtudes y ejemplo del más acendrado sentido del deber.

Forman parte de ella personalidades de todos los ámbitos, tales como la iglesia, la nobleza, la milicia, las administraciones públicas, las letras, la política y las profesiones liberales. En 1951, la hermandad adquirió y entronizó una majestuosa estatua sedente del rey San Fernando en una capilla de la cripta de la catedral de la Almudena, en Madrid, propiedad de la hermandad de caballeros. Esta capilla sirve de extraordinario marco para el desarrollo de las ceremonias de ingreso de nuevos caballeros y fue en ella en la que Angelita Segovia fue nombrada dama.

Las exigencias para el ingreso en esta corporación son la presentación del candidato a la junta de gobierno por, al menos, dos caballeros; la entrega de la certificación de bautismo; acreditar, a través de testimonios de otros caballeros, y certificado religioso emitido por sacerdote católico, una conducta vital acorde a las enseñanzas de la Iglesia; y por último, se considera conveniente estar en posesión de título universitario, o equivalente, que asegure un digno sustento.

Angelita Sevilla, que nació en Los Barrios pero que reside en La Línea desde hace más de 40 años, fue presentada por Manuel Ladrón de Guevara Isasa y María del Carmen Pascual de Alonso, y su trayectoria en la comunidad de la parroquia de Santiago Apóstol de La Línea también le sirvió de aval. En esta parroquia fue catequista durante prácticamente toda su vida, hasta que se retiró hace unos años y recibió un homenaje en el que incluso participó el obispo de la diócesis de Cádiz y Ceuta. Además allí fue presidenta de Cáritas parroquial y formó una guardería cuando aún no estaba reglada la educación infantil en España. También organizaba fiestas de cumpleaños y se celebraban todas las fiestas con Angelita como encargada.

Pero su trayectoria no se queda ahí. Angelita Sevilla es miembro numerario del Sindicato Nacional de Escritores Profesionales y cuenta con infinidad de poesías escritas. Algunas de ellas las editó en el libro Poemas de mi atardecer, que contó con un brillante acto de presentación en 2011. Además cursó estudios de Graduado Social y ha tenido tiempo para criar a cinco hijos.

Angelita recuerda el día que fue nombrada dama de la Real Hermandad de Caballeros de San Fernando. "Te hacen un seguimiento y luego los caballeros y las damas votan. A mí me eligieron de forma unánime. Había que ir de negro con guantes blancos y luego me impusieron una capa blanca, que se llama vesta, con la Cruz de Cruces -una cruz recrucetada, símbolo que distingue a la Real Hermandad por su singularidad-. Había que arrodillarse, pero a mi me dijeron que no hacía falta. Un caballero que ese día también era nombrado, de Algeciras, rompió el protocolo para ofrecerme el brazo. El acto es muy solemne y los hombres y las mujeres van en sitios diferentes. Después nos ofrecieron una cena a la que acudimos con nuestros familiares".

El título de dama de esta real hermandad luce en su salón como símbolo de orgullo y reconocimiento a su inmaculada vida.

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