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Acerinox busca rebajar sus costes salariales para asegurar su viabilidad

La empresa plantea un recorte pactado de 300 empleos que compense la subida de sueldo que negocia en el nuevo convenio

Encadena varios trimestres de descenso de la producción

Vista aérea de la factoría de Acerinox en Palmones
J. Chaparro | R. Montenegro

12 de julio 2019 - 01:03

El año se presenta turbulento en la factoría de Acerinox en Los Barrios. Tras varios trimestres de caídas de la producción, con un sector del acero que pasa por momentos complicados, y en el marco de la negociación del convenio, la empresa ha comunicado a los trabajadores que prevé ejecutar un recorte de plantilla de 300 personas, el 13% del total. El objetivo es compensar el coste del alza de los salarios que supondrá el nuevo convenio y ajustar los costes de producción, garantizando así la viabilidad de la fábrica.

La noticia llegaba el miércoles a la mesa de negociación del convenio. Ante la petición de revisión de diversos conceptos salariales, la empresa planteaba una subida anual del 2% pero también ese ajuste de personal “de la forma menos traumática posible”, como reconoce el propio comité. A la plantilla de 2.300 trabajadores se le aplicaría un plan de prejubilaciones, bajas incentivadas y amortizaciones de puestos de trabajo siempre que sea posible, en lugar de los contratos relevo actuales, rebajando unos gastos laborales que Acerinox ya ha calificado como muy altos en varias ocasiones.

El coste de personal por tonelada fabricada, ha apuntado anteriormente la empresa, es de casi el doble en la acería de Los Barrios que en North American Stainless (EEUU) y en Columbus (Sudáfrica) –hay una cuarta participada en Bahru, Indonesia–. En la fábrica barreña hay 2.298 empleados (782.000 toneladas de producción de acería), para 1.506 en Estados Unidos (1,1 millones de toneladas) y 1.297 en la filial sudafricana (550.000 toneladas producidas). Según los datos aportados por la multinacional, el coste laboral de cada empleado (incluidos los seguros sociales) es de 57.532 euros, mientras que la media de la industria siderúrgica está en 42.827 y la de la industria general en 32.970 euros.

Estas cifras han sido barajadas en la negociación del convenio, que vivió un punto de inflexión en marzo, cuando se endurecieron las posturas, llegando a manifestarse los trabajadores en abril. Los sindicatos reclamaban una mejora salarial del 15% y la empresa ofrecía un 2% anual. En paralelo, la situación del mercado del acero seguía inestable, con un descenso de la producción que se había iniciado en el último trimestre de 2018 y al llegar mayo, la compañía anunció la paralización de las inversiones en Los Barrios y su intención de hacer pruebas para introducir material asiático que permitiría reducir notablemente los costes de producción en su fábrica española. Esta última opción supondría un recorte aún mayor de empleo.

Las inversiones aprobadas sí se han seguido ejecutando, pero ha quedado en suspenso un proyecto que desde la fábrica de Los Barrios se considera completamente necesario: la nueva línea de recocido y decapado (AP6). Completaría la mejora efectuada con la puesta en marcha de la AP5, destinada a fabricar un producto de calidad excepcional.

Este recorte de personal llega en un momento delicado para la factoría, como reconocen dentro de la propia empresa. La guerra comercial abierta por el presidente de EEUU, Donald Trump, con los aranceles a la importación de acero ha zarandeado este mercado a nivel mundial, debilitando la posición de la factoría de Los Barrios. Al cerrarse el mercado americano, el peso del acero importado creció en Europa hasta un 30% del total en el último trimestre de 2018.

En un contexto de incertidumbre económica, Acerinox optó por reducir la producción en la factoría de Palmones, que cerró con una producción un 5,44% inferior al año anterior en acería, -7,11% de laminación en caliente y -7,30 en laminación en frío. También registraron malos resultados Columbus y Bahru Stainless, mientras que la filial North American Stainless, que sí se beneficia de las medidas arancelarias de EEUU sobre las compras de acero, tiró de los resultados del grupo.

Aunque las medidas de control de las importaciones en la UE han mejorado, la incertidumbre continúa. El consumo aparente ha caído un 10% y se espera un dato mucho peor en el consumo real. El sector acerero mira con preocupación las perspectivas, enrarecidas con el nuevo anuncio de aranceles de Trump, y el grupo Acerinox no es menos: ha registrado una caída de la producción de un paralela a la del consumo, de un 9%.

En ese contexto la fábrica de Los Barrios tiene una debilidad añadida: sus costes fijos. Más allá del personal, su gran caballo de batalla es el precio de la energía, sobre el que ha alertado en numerosas ocasiones como un factor que lastra su competitividad. Los consumidores electrointensivos esperan el estatuto por el Gobierno como agua de mayo frente a una subasta de interrumpibilidad que “no funciona”.

En ese contexto, empresa y sindicatos negociarán el posible recorte a partir del 24 de julio. Acerinox se ha comprometido a entregar todos los detalles de su propuesta a los representantes de los trabajadores, que advierten que la negociación del convenio “ha pasado a un segundo plano” y que reclaman que la empresa “argumente que esta reducción haría viable la misma”.

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