Acerinox paraliza la inversión y plantea importar material para reducir costes
Advierte a la plantilla durante la negociación del convenio del elevado gasto de personal en Los Barrios sobre otras fábricas
Baraja importar bobinas para rebajar el coste energético; eso supondría recortar el proceso de producción y por tanto el empleo
Acerinox ha advertido en numerosas ocasiones sobre el elevado peso de los costes energéticos y laborales en la cuenta de resultados de su fábrica de acero inoxidable de Los Barrios. Dos factores que le restan competitividad no solo respecto a otras del sector acerero, sino respecto al resto de las filiales de la multinacional. Ahora, tras dos trimestres en pérdidas, la compañía ha decidido paralizar las inversiones en Los Barrios pero también hacer pruebas para introducir material asiático que permitiría reducir notablemente los costes de producción en su fábrica española, aunque a costa de eliminar parte del proceso que ahora se realiza en Los Barrios y, por tanto, empleo.
La compañía ha comunicado estos cambios al comité de empresa en plena negociación del convenio. Según relata el propio comité en una circular, en la última reunión la empresa ha planteado a los representantes de los trabajadores la “delicada” situación por la que atraviesa.
La posición de la factoría de Los Barrios se ha visto debilitada desde que el presidente de EEUU, Donald Trump, abriese su guerra comercial con los aranceles a la importación de acero. A estos siguieron limitaciones similares en otros países y unas medidas de salvaguarda no muy efectivas en la Unión Europea, que lograron el efecto contrario al que perseguían: un aumento del peso del acero importado en Europa hasta un 30% del total.
En un contexto de incertidumbre sobre la situación económica, caída de las bolsas, bajada de las materias primas y altos inventarios, Acerinox optó por reducir la producción en la factoría de Palmones, que cerró un una producción un 5,44% inferior al año anterior en acería, -7,11% de laminación en caliente y -7,30 en laminación en frío. Cayeron también los márgenes en una fábrica que tiene unos elevados costes fijos en comparación con otras. El resultado global del grupo sí fue positivo (237 millones de euros, aunque con un menor Ebitda), pero gracias al tirón de la filial americana.
La situación en el primer trimestre ha seguido en negativo en Acerinox Europa. La incertidumbre sobre la situación económica mundial se mantiene y sigue existiendo una sobrecapacidad de producción en un sector dominado por China. La UE ha mejorado la aplicación de las medidas de control de las importaciones, pero aún hay que restringirlas más a juicio de la compañía.
Ese es el panorama presentado ante unos sindicatos que reclaman una mejoría salarial de un 15%; la empresa alega la imposibilidad de ejecutarla y advierte de que pone en duda la viabilidad de la factoría barreña, ofertando una subida de entre un 2% y un 2,25%. El coste de personal por tonelada fabricada, apunta Acerinox, es de casi el doble en la fábrica de Los Barrios que en North American Stainless (EEUU) y en Columbus (Sudáfrica) –hay una tercera participada en Bahru, Indonesia–. En la fábrica barreña hay 2.298 empleados (782.000 toneladas de producción de acería), para 1.506 en Estados Unidos (1,1 millones de toneladas) y 1.297 en la filial sudafricana (550.000 toneladas producidas).
Además, según los datos aportados por la empresa, el coste laboral de cada empleado (incluidos los seguros sociales) es de 57.532 euros, mientras que la media de la industria siderúrgica está en 42.827 y la de la industria general en 32.970 euros.
A estos costes laborales se suma la eterna batalla de la industria española: los precios de la energía. Las reivindicaciones desde la empresa en ese sentido han sido continuas y ahora, según ha anunciado a los trabajadores durante la negociación del convenio, va a iniciar las pruebas para un cambio de modelo productivo que permitiría reducir notablemente su factura energética. Acerinox probará a utilizar bobinas negras procedentes de su fábrica de Asia en la factoría de Los Barrios; esto le permitiría eliminar el proceso de acería y de laminación en caliente, que son los que consumen la mayor parte de la energía en la factoría, pero tendría también un evidente efecto en el empleo.
Además de esta medida, la empresa ha anunciado la paralización de las inversiones en la fábrica. La compañía ha recordado que se ejecutaron 111 millones en 2017, 88 en 2018 y estaban previstos para 2019 otros 70 millones, pero advierte que estas inversiones no han salido de los beneficios de la factoría. En los últimos meses se ha construido una nueva línea de recocido y decapado (AP5), se ha ejecutado el revamping (modernización) de la AP3 y se aprobaron inversiones por valor de 14,5 millones de euros para la adquisición de un horno cuchara y una bóveda refrigerada para el horno eléctrico número 2. En la planificación estaba la posibilidad de ejecutar otra línea de recocido y decapado, la AP6, pero esta tendrá que esperar.
El comité de empresa ha expresado inmediatamente su negativa a los planes de la empresa. “No vamos a permitir que entre ni una bobina de Asia en nuestras instalaciones”, resaltan en un comunicado, “tomando todas las medidas legales para impedirlo”. Por el momento, la plantilla ha convocado dos jornadas de concentración a las puertas de la factoría para protestar por la situación actual de la negociación del convenio y la información recibida durante esta. Así, martes y miércoles se concentrarán a las 7:00 y las 13:00 en la entrada principal o la de las oficinas, además de solicitar una reunión con el consejero delegado de la empresa, Bernardo Velázquez.
El comité también asegura que se les han recriminado las acciones emprendidas (entre ellas una manifestación en Algeciras) y que los datos aportados en las reuniones de negociación hayan salido a la luz pública. Frente a eso, ha expresado su “indignación” por que “a estas alturas de la negociación no tengamos el interlocutor válido en la propia mesa de negociación”.
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