Acerinox respalda las medidas de control a la importación de acero y pide ampliarlas
La compañía espera mejorar resultados a partir del segundo semestre
El pasado año, los fuertes aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones de acero provocaron una invasión en Europa de producto de aquellos países que ya no podían vender a Norteamérica. El material llegó a acumularse en los puertos para eludir las medidas de salvaguarda que se aplicarían posteriormente y, en un contexto de descenso del consumo aparente, esta irrupción de producto externo llevó a casi una paralización de la demanda de acero inoxidable. El pasado 2 de febrero entraban en vigor las medidas definitivas y Acerinox las respalda al considerar que han puesto orden, esperando que el porcentaje de producto importado vaya bajando progresivamente del 30% que alcanzó el año pasado a un 25%.
No obstante, la acerera aspira a alcanzar un porcentaje inferior. Según su consejero delegado, Bernardo Velázquez, aún queda un fleco por solventar: la ausencia de cuota para los países con menos de un 3% de participación y en vías de desarrollo, ante la evidencia de que la estrategia China pasa por producir en otros países como Indonesia: “Ha pasado del 0 al 5% de la producción mundial en 2 años”.
Para Acerinox Europa, la factoría de Los Barrios, el control del acero externo a la Unión Europea es fundamental. La factoría vio caer su producción y márgenes a niveles inesperados a final del año pasado. Columbus (Sudáfrica) y Bahru Stainless (Malasia) también cosecharon malos resultados, mientras que la filial North American Stainless, que sí se beneficia de las medidas arancelarias de EEUU, fue la que compensó los resultados del grupo. La caída brusca en el cuarto trimestre acabó con el grupo Acerinox dando su mejor resultado en una década, 237 millones de euros, y con un aumento de la facturación hasta los 5.011 millones, pero también con un menor Ebitda y menos producción de acería y laminado en caliente.
En el primer trimestre de 2019 ya se está notando una mejoría y se espera un Ebitda mejor que el del cuarto trimestre del año anterior. La previsión es que el año vaya de menos a más, asegura la compañía, gracias a la normalización de los inventarios y la subida del precio del níquel, que permitirán mejorar los resultados sobre todo a partir del segundo semestre.
No obstante, advierte el presidente de Acerinox, Rafael Miranda, hay una incertidumbre sobre el futuro de la economía mundial, una sensación de desaceleración confirmada por el Fondo Monetario Internacional que abre un interrogante respecto al comportamiento del consumo. Frente a ello, “Acerinox tiene una estrategia que nos prepara para cualquier escenario”, asegura. En lontananza por otra parte está el prometido plan de infraestructuras del presidente estadounidense, Donald Trump, que supondría reactivar el consumo.
La multinacional también aplaude la tramitación del estatuto de consumidores electrointensivos, ya que “la subasta de interrumpibilidad no funciona”, recordando la desventaja competitiva de la industria española por el diferencial del precio de la energía, un sobrecoste que en la cuenta de resultados de Acerinox supone 30 millones de euros anuales. A este respecto, y en referencia a la transición energética que se está impulsando, Acerinox se declaró a favor de esta “pero no a costa de la industria”. “Es importante un mix energético inteligente”, señaló Rafael Miranda, “que no cerremos cosas hasta que no penalicen”, en referencia a la energía nuclear.
En materia regulatoria, Miranda destacó la mejora competitiva de la economía española e instó al Gobierno a no castigar a las empresas que la han protagonizado “con medidas fiscales que las penalicen”.
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