Acerinox: ¿Qué supone pasar de cinco a tres turnos en la factoría de Palmones?

La dirección de Acerinox prevé reducir de cinco a tres los turnos de trabajo en la factoría de Palmones (Los Barrios) para implantar un nuevo modelo organizativo y de producción adaptado a las condiciones del mercado. La decisión implicará despidos, en una cifra que aún no ha sido cuantificada, lo que centrará las próximas negociaciones entre la empresa y el comité de huelga.

¿Qué supone pasar de cinco turnos a tres?

En la actualidad, la factoría de Acerinox Europa de Palmones se organiza conforme a un sistema cinco turnos que permite producir los 365 días del año. La fábrica solo para su actividad dos días, en Navidad y Año Nuevo.

De los 1.800 empleados que tiene la planta de Palmones, más de 1.300, la mayoría del personal vinculado a la producción y logística del acero, se encuentra adscrito al sistema del quinto turno.

El personal del quinto turno trabaja todo el año en un ciclo de seis días de trabajo y cuatro de descanso. La cadencia de los seis días en la fábrica se reparte a razón de dos turnos de mañana, dos de tarde y dos de noche hasta alcanzar un total de 1.696 horas de trabajo en cómputo anual, según el artículo 25 del tercer convenio colectivo de Acerinox Europa, el que actualmente se encuentra en vigor.

La implantación de un sistema de producción con tres turnos (mañana, tarde y noche) implicaría dejar de fabricar los fines de semana y algunos de los 14 festivos anuales, ya que la factoría estaría operativa generalmente entre las 6:00 de la mañana de cada lunes (inicio del primer turno) hasta las 6:00 de la mañana del sábado (salida del tercer turno). Entre semana, los turnos abarcarían los clásicos de mañana (de 6:00 a 14:00), tarde (14:00 a 22:00) y noche (22:00 a 6:00).

El trasvase del personal del quinto turno al sistema de tres, una vez ajustados los horarios, daría lugar a menos días de producción al año y, por tanto, a un posible excedente de plantilla.

Las implicaciones del cambio

Fuentes conocedoras del funcionamiento de la empresa explican a Europa Sur que el trasvase del sistema de cinco turnos a tres es factible, pero no fácil. Primero, porque en los periodos de inactividad siempre sería necesario contar con un número de trabajadores por motivos de seguridad, para reparar posibles averías y para mantener en nivel de semiactividad algunas máquinas y hornos. Una situación similar a la que ocurre en la actualidad, en la que la factoría está paralizada por la huelga pero requiere de una supervisión continua de los equipos de la que se encargan los servicios mínimos.

A su vez, estas mismas fuentes apuntan a que al pasar al grueso de la plantilla a tres turnos, con un mes de vacaciones, la cadencia de una jornada semanal de 40 horas implicaría superar las 1.900 horas anuales, 200 más sobre el máximo de 1.700 horas. Para compensar esas 200 horas sería necesario conceder más vacaciones a la plantilla y, por tanto, un personal extra para cubrir dichos relevos.

Para los trabajadores, supondría trabajar regularmente de lunes a viernes, so pena de perder determinados complementos salariales y pluses específicos para el quinto turno o que son de mayor cuantía (como el de absentismo).

De ahí que la cuantificación del número de trabajadores afectados por los posibles despidos no se haya puesto sobre la mesa, puesto que será materia de negociación.

Departamentos como el puerto, donde se descarga la chatarra y se cargan los productos terminados, o las líneas de acabado no tendrían mayores problemas para trabajar de lunes a viernes. Pero otras unidades, explican fuentes de los trabajadores, estarían más expuestas a posibles averías por los parones y arrancadas.

Además del sistema de cinco y tres turnos, el tercer convenio colectivo de Acerinox Europa (artículo 25) también regula las condiciones del personal con jornada continua (1.720 horas anuales) y con jornada partida (1.720 horas anuales) que ejercen en departamentos como las oficinas o laboratorios.

La dirección de Acerinox ya expuso hace justo un mes que barajaba efectuar despidos o aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) como consecuencia de las pérdidas acumuladas por la filial del grupo, agravadas por la huelga iniciada el 5 de febrero. En una nota, la empresa planteaba "medidas organizativas en relación a los cambios en los regímenes de trabajo a turnos ante la prolongada situación de inactividad" junto con medidas "de reducción temporal o permanentes de empleo que serán necesarias cuando se retome la actividad".