Gañán, un enérgico astado para la vuelta del Toro Embolao a Los Barrios

La festividad del Toro Embolao ha vuelto con fuerza a Los Barrios tras la pandemia. Y con un astado tan enérgico como imprevisible. Gañán, el primero de los dos morlacos de los encierros del fin de semana, ha dado juego en el recorrido de la víspera del Domingo de Resurrección en la Villa.

Desde un buen rato antes de las 17:00, los alrededores de la plaza de toros barreña y la avenida Carlos Cano han estado repletos de gente, en su mayoría jóvenes, dispuestos a correr los encierros tanto del toro, de la ganadería de El Torero, como del eral posterior, bastante más manejable para los recortes de los mozos.

Muchos vecinos han echado de menos en este año del 40 aniversario de la festividad la arena de la plaza de toros la Montera, bloqueada por la paralización de las obras de cierre de la cubierta hasta que la Diputación Provincial resuelva el contrato por los vicios ocultos que fueron detectados durante la ejecución del proyecto.

En su lugar, el cajón de salida de las reses se ha situado junto a la rotonda de La Montera y la zona de recortes entre los bloques de la calle Padre Dámaso, realizándose por tanto un recorrido inverso al habitual.

El cajón de Gañán se ha abierto exactamente a las 17:15, dando salida a un impresionante toro que ha dado más de un quebradero de cabeza a la organización porque se resistía a avanzar por el itinerario hasta la calle Padre Dámaso. De hecho, nada más salir revolcó (sin mayores consecuencias) a un mozo e incluso perdió la bola del pitón derecho. Algo que ha obligado a extremar las precauciones tanto de los corredores como de la organización de la Peña Taurina Toro Embolao para evitar cogidas.

Gañán ha avanzado y retrocedido varias veces por la avenida, tardando casi quince minutos en recorrer los apenas 400 metros de calzada hasta la improvisada zona de encierro. Tras su entrada, la puerta se ha cerrado dejando al astado en la zona más ancha del recorrido.

Ya con ciertas muestras de agotamiento, dado que en el tramo de la avenida no había sombra, el toro ha vuelto a dar muestras de bravura en varios momentos aunque sin provocar incidentes de ningún tipo. A las 17:45, media hora después de su suelta, los mozos de la peña lo han introducido en el cajón, no sin nuevos intentos de zafarse.

Pasadas las 18:10 ha sido el turno de la suelta del eral, que poco tenía que envidiar en dimensiones y fuerza a su hermano mayor. En este caso, el recorrido por Carlos Cano ha sido mucho más rápido y limpio, sin tropiezos, de manera que el astado ha llegado a la zona de recortes bastante más descansado y, por tanto, enérgico.

Allí, han sido bastantes más los jóvenes que se han atrevido a acercarse y a practicar recortes ante la res durante el rato que ha permanecido en la calle Padre Dámaso antes de su recogida, aproximadamente media hora después. El eral, no obstante, se ha resbalado varias veces por el asfalto, lo que ha vuelto a generar comentarios sobre la ausencia de la plaza de toros y su arena como el medio más adecuado para la celebración.

Tras la recogida del becerro, la fiesta ha continuado con la tradicional berbena en los bajos de la plaza de toros.