Nueva conexión eléctrica en APM Terminals: energía del siglo XXI para el líder del Mediterráneo
Puerto de Algeciras
La terminal de contenedores del Puerto de Algeciras ahorra un 20% en electricidad con el cambio de tensión a 66 kilovoltios
La Politécnica colabora en el proyecto diseñado por los departamentos de Ingeniería y Compras de la compañía, valorado en 3,2 millones de euros
Algeciras/Un gran salto de calidad para un enclave logístico de primer nivel. La terminal de contenedores de APM Terminals del Puerto de Algeciras recibe desde hace varias semanas suministro eléctrico directamente desde la red nacional de distribución. La compañía ha invertido 3,2 millones de euros para cambiar la tensión de 20 a 66 kilovoltios (KV) para ganar en fiabilidad, reducir los costes de la factura energética y optimizar los consumos durante el constante trasiego de mercancías por la terminal portuaria más activa del Mediterráneo.
El proyecto ha sido planificado y dirigido en tres fases por los departamentos de Ingeniería y Compras de APM Terminals en Algeciras utilizando soluciones imaginativas y un diseño totalmente adaptado e integrado en las necesidades de la terminal, según explican Juan Jesús Lara, coordinador de Ingeniería de APM Terminals Algeciras, y Carlos Luis Luis, coordinador de aprovisionamiento de Compras.
En esencia, la nueva infraestructura se compone de tres elementos interrelacionados: una nueva subestación transformadora de 20 megavatios construida en Isla Verde Exterior, tres líneas de alimentación de 4 kilómetros que llegan hasta la terminal y un nuevo centro de entronque.
Las ventajas de la puesta en marcha de los equipos, que se produjo el pasado 21 de mayo, han sido inmediatas. “El año pasado tuvimos en torno a 700 incidencias que supusieron algunas hasta dos horas de parada total de la terminal. Ahora dependemos directamente de la red nacional. La subestación está alimentada desde Isla Verde que, a su vez, está alimentada de la subestación de El Cañuelo, de reciente promoción de la Autoridad Portuaria y que cuelga ya de la red nacional de distribución de Red Eléctrica”, explica Juan Jesús Lara.
Esta fiabilidad del suministro lograda con el cambio de tensión no sería posible sin una inversión previa ejecutada por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, que destinó 38 millones de euros a la conducción eléctrica del ramal desde El Cañuelo a Isla Verde Exterior. “El ahorro en la factura es ya del orden del 20% dado que el suministro pasa por menos intermediarios”, agrega Luis.
El proyecto
APM Terminals Algeciras recibía hasta ahora la energía de la misma red que abastece a la ciudad, de 20 kilovoltios. Con la inversión recién ejecutada se ha independizado gracias a la superestructura habilitada previamente por la APBA y por Red Eléctrica de España. “Desde el tendido que discurre desde El Cañuelo a Isla Verde Exterior, que puso en marcha la Autoridad Portuaria, parte una línea que llega a nuestro centro de transformación en Isla Verde Exterior. Desde ese equipo se lleva la electricidad por cables al centro de distribución de la terminal. Y de ahí, a las grúas y zona de contenedores refrigerados, entre otros puntos”, resume Lara.
Para desplegar la red desde Isla Verde Exterior al muelle de Juan Carlos I hubo que hacer unas zanjas que supusieron el primero de los retos: cómo tender cables por una terminal de contenedores que trabaja 24 horas sin interrumpir su actividad.
“Cuando llegó el momento de cruzar la terminal para trazar unos cables desde la frontera de la terminal hasta donde está el centro de entronque, y dado que esos centros de entronque están integrados en pilas de contenedores, nos surgía el problema de la afección a la producción por necesitar una obra civil grande, con una zanja para abrir en canal 650 metros de terminal. Buscamos una empresa en tiempo récord. Se nos ocurrió buscar una empresa que hiciera una excavación subterránea a cuatro metros de profundidad para cruzar la carretera de la APBA de cuatro carriles frente a la terminal sin afectar al tráfico. Y el cable salió a donde queríamos por unas arquetas. Fue una hazaña”, rememora Lara. En la obra se han aprovechado multitud de canalizaciones previas construidas por la APBA, reduciendo así el impacto ambiental, las perforaciones y la generación de residuos (escombros).
El uso de una tuneladora ha sido una de las soluciones imaginativas que ha requerido de flexibilidad por parte de las empresas para adaptarse a toma de decisiones rápidas. “Las innovaciones se sostienen en el trabajo en equipo. Juan Jesús Lara tiene siempre la idea de involucrar a todo el personal que pueda aportar algo al proyecto. La APBA, la Escuela Politécnica Superior de Algeciras y sus profesores y alumnos. Pero también a empresas locales con gran experiencia. No necesitamos salir fuera para contar con esa experiencia”, corrobora Luis.
Lara y Luis resaltan la estrecha relación establecida entre las empresas que han participado en la obra. “La ejecución del proyecto se ha sustentado en unas pocas empresas, prácticamente todas del Campo de Gibraltar. Una de obra civil, dos eléctricas y una contrata eléctrica para supervisar los planos finales de la obra. Hemos utilizado de palanca una empresa local, Eleal, y dos empresas grandes en el sector: Elecnor y Conemar. Una empresa de ingeniería civil que generalmente trabaja con Endesa, que se llama Carlos Moya. El resto ha partido de nosotros”, explican los dos ingenieros, formados en la Escuela Politécnica Superior de Algeciras (de la Universidad de Cádiz).
La Politécnica ha desempeñado un papel fundamental en la iniciativa. Tanto profesorado de la Escuela como alumnos han participado en las distintas fases. En el caso de los estudiantes, durante toda la inversión ha habido universitarios de ingeniería en prácticas que han tenido la oportunidad de aplicar sus conocimientos.
“En APM Terminals, las personas que vienen de prácticas vienen a aprender trabajando. Y se les da la oportunidad. Los estudiantes han hecho planos, bocetos y otras tareas. Se les selecciona igual que si fuera para un puesto de trabajo y trabajan como uno más. Y los profesores y catedráticos aportan su visión teórica, que no se puede dejar de lado y es también muy importante ante los altos niveles de tensión y la fuerte carga legislativa que tiene un proyecto de este tipo”, reconocen.
“Ha sido una vuelta a los orígenes. La ciudad de Algeciras tiene esta escuela de ingenieros bastante buena y conocemos profesores. Al empezar este proyecto les ofrecimos la oportunidad de colaborar con nosotros. Todo ha estado a su disposición para que los profesores aprovechen la experiencia para sus asignaturas”, agrega Luis.
Medio Ambiente y seguridad
El respeto al medio ambiente y la seguridad han sido premisas constantes desde que el proyecto era apenas un boceto. “Son aspectos irrenunciables, que se dan por contemplados”, apostillan los dos ingenieros. Los costes en seguridad han triplicado lo habitual para saldar las obras sin incidencias mientras que los estándares de calidad de materiales han sido elevados para reducir la posibilidad de averías y afecciones al entorno.
Por ejemplo, el centro transformador tiene un foso para contener un hipotético derrame de aceite que, además, ha sido diseñado para que no consuma energía en la evacuación del agua de lluvia. “Le dimos una vuelta al sistema tradicional de bombeo de este tipo de fosos para eliminar el consumo. Se planteó un sistema de vasos comunicantes con un drenaje equivalente al de una urbanización para 80 viviendas como alternativa”, detalla Lara.
Los beneficios ambientales alcanzan igualmente a las situaciones de emergencia. El anterior tendido energético de 20 kilovoltios será habilitado próximamente como línea de respaldo. “De esta manera, se evitará el uso de los grupos electrógenos de emergencia que tienen un consumo de 1.577 litros de gasóleo cada hora”, agregan.
Las grúas de APM Terminals rara vez están quietas. Su tecnología permite que durante el movimiento de descenso de los contenedores la energía cinética generada se transforme en electricidad que, hasta ahora, se devolvía a la red. Ahora, gracias a la planificación integral de la red energética de la terminal, toda la electricidad se puede aprovechar para alimentar los 2.860 enchufes para contenedores refrigerados. Otro ejemplo más de una obra que ha sido planificada al milímetro.
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