José Juan Yborra
A Alberto Pérez de Vargas, in memoriam
Medio Ambiente
Algeciras/Nueva apuesta empresarial por el Puerto de Algeciras. La compañía Sertego invertirá casi 2 millones de euros en la ampliación de su planta de tratamiento de aguas de lavazas del Muelle de Isla Verde. El proyecto permitirá aumentar la capacidad de depuración de este residuo en sus instalaciones y atender la demanda creciente ante el aumento de actividad y tráficos en el recinto portuario.
Las aguas de lavazas son las aguas mezcladas con hidrocarburos resultantes del proceso de lavado de los tanques de combustible de los buques. Se trata de un residuo cuyo tratamiento (depuración) es obligatorio conforme al Convenio Internacional para la Prevención de la Polución en los Mares (Marpol), en vigor desde los años 70.
Este convenio se aplica a, al menos, el 97% de buques en activo y obliga a gestionar adecuadamente todos residuos de un buque y evitar los vertidos al mar. De hecho, comúnmente a todos los residuos contemplados en el convenio, entre ellos las aguas de lavazas, se les llama residuos marpol.
La iniciativa de Sertego se encuentra actualmente en trámite de exposición pública para obtener el visto bueno a las modificaciones de la Autorización Ambiental Integrada por parte de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. El proyecto salió a exposición pública el 31 de agosto y concluirá este periodo el 3 de noviembre. En paralelo, el Ayuntamiento de Algeciras concedió a principios del mes de octubre la licencia de obra mayor. Sertego presta servicios en 15 puertos de titularidad estatal, entre ellos el de Algeciras, así como en el marroquí de Tánger-Med.
La planta, según consta en el proyecto, efectúa un conjunto de actividades de depuración de aguas de lavazase hidrocarburos y su posterior vertido al mar. Como primer paso, el agua de lavazas llega a la planta por dos vías: mediante descargas de camiones en el cargadero de la planta a través de un sistema de extracción o canalizadas por una tubería desde el muelle de CLH, ubicado en el dique norte.
Una vez en la planta, las aguas son almacenadas en depósitos antes de someterse a una separación física del agua y los residuos (el hidrocarburo). Tras ser separada, el agua es depurada en la planta y devuelta al mar mientras que el hidrocarburo se envía a un gestor autorizado para su reciclaje y valorización.
El agua siempre es sometida a un tratamiento físico-químico y biológico antes de su vertido final para garantizar que cumple con los valores límites de emisión. En caso de no lograrse, existe un bypass que la devuelve al sistema para un nuevo tratamiento.
Las obras previstas tienen una duración estimada de ocho meses y comprenden todas las tareas de obra civil, las instalaciones de sistemas contra incendios, la instalación eléctrica, la instalación y emplazamiento de los equipos de almacenamiento y sistemas de depuración, bombeo y vertido así como los sistemas de evacuación de aguas pluviales y un sistema de desodorización.
La ampliación constará principalmente de la construcción de tres tanques de techo flotante que se destinarán a almacenar las aguas de lavazas y los hidrocarburos ligeros. También se construirá una nueva depuradora con un reactor biológico y un decantador para la depuración de las aguas previa al vertido final.
El tanque de hidrocarburos ligeros proyectado tiene un diámetro de 4,5 metros y 10 metros de altura, con una capacidad prevista de 150 metros cúbicos. Los tanques de aguas de lavazas y el agua de homogenización acogerán cada uno hasta 1.800 metros cúbicos, con un diámetro de 12,5 metros y 16 metros de altura, según consta en el proyecto presentado a las autoridades para los trámites ambientales.
El recinto contará con todas las medidas de seguridad necesarias. Entre ellas, un cubeto de hormigón para la retención de derrames, cerramiento perimetral, sistema de seguridad y bombeo. Su construcción supondrá la primera fase de la obra civil, según el proyecto.
Las nuevas unidades contarán a su vez con un sistema para evitar los malos olores que obedecen al requerimiento de la eliminación de gases contaminantes así como de los malos olores. Para ello se instalarán un sistema de tuberías en las superficies superiores de los depósitos y se conducirán hasta el reactor térmico ya existente en la planta.
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