Un almuerzo entre amigos, un debate entre profesionales

En 1927, un grupo de representantes del sector marítimo decidió unirse para promover y fortalecer el comercio marítimo mundial con los Estados Unidos después de la recesión causada por la primera guerra mundial. Es casualidad que coincida el momento actual con una acuciante crisis económica, pero en el puerto Bahía de Algeciras un grupo de empresarios tiene las mismas inquietudes y trabaja para crear una asociación con los mismos objetivos, los del Propeller Club de Estados Unidos, aunque localizados en el Estrecho de Gibraltar.

No pretende ser competencia a las asociaciones ya existentes para la promoción de la actividad portuaria. No competirá con otros colectivos como Comport o con la Asociación de Empresas de Servicios de la Bahía de Algeciras (Aesba). Tampoco será sólo una sociedad gastronómica. Sin embargo, hará uso tanto de las personas que forman parte de la comunidad portuaria como de la mesa de un establecimiento hostelero para crear un foro de debate durante la sobremesa con un invitado relevante y, por qué no, llegar a ser un nuevo grupo de presión en el Campo de Gibraltar.

Desde su creación en Nueva York, el Propeller Club de Estados Unidos cuenta con más de 12.000 miembros en todo el mundo, de los que más de un centenar están asociados a los clubes españoles que funcionan desde hace años en Barcelona, Valencia, Madrid y Las Palmas. Sevilla, Bilbao y Algeciras serán las últimas incorporaciones a este club de profesionales que buscan suscitar el debate sobre temas de actualidad del sector para intentar mejorar su entorno.

En el puerto Bahía de Algeciras ya han redactado los estatutos de la asociación y están pendientes de enviarlos tanto a la Junta de Andalucía para su registro como a Estados Unidos para obtener el beneplácito del club matriz. El Propeller de Algeciras tiene una comisión gestora compuesta por Francisco Rivera -de Incargo Andalucía Sur-, Jesús García -de China Shipping-, Sebastián Díaz -de Díaz y Asociados-, Javier Bernardos -de Marítima del Estrecho-, Javier Rueda -de Maersk España- y Juan Ureta -de Star Container-. Una vez se haya presentado, celebrarán su asamblea constituyente, comenzarán a estudiar las solicitudes de admisión de socios y aprobando cada una de las entradas. Los nuevos socios deberán contar con el beneplácito de dos tercios de la junta directiva, no con el objetivo de ser elitistas, sino por mantener la esencia del Propeller Club.

"El objetivo es fijar una reunión mensual entre amigos del sector con las mismas inquietudes e invitar a alguien relevante al que se le hagan preguntas sobre el tema sobre el que verse esa reunión", contó Juan Ureta. En este foro podrían surgir debates sobre temas de actualidad, como el futuro del ferrocarril en el Campo de Gibraltar, por ejemplo, o sobre los tráficos del Estrecho, o sobre cómo mejorar los tráficos de importación y exportación desde el punto de vista del empresario, lejos de políticos.

Al convivir durante un almuerzo y después poder preguntar al invitado sobre cualquier asunto relacionado con la temática de la convocatoria, los miembros del Propeller aseguran que es más fácil que el personaje se marche conociendo los intereses de quienes pueden hacer más fuerte el puerto Bahía de Algeciras, que son las empresas que trabajan en él.

Además, con la creación del Propeller en la zona, Algeciras entraría en la red mundial de este colectivo basado en las relaciones personales, no en las empresas a las que representan. Tampoco es su finalidad, pero pertenecer a este club también implica poseer una carta de presentación que crea corrientes de simpatía entre sus miembros, a la hora de visitar o recibir a sus representantes.

El Propeller Club de Estados Unidos en el puerto Bahía de Algeciras se creará apadrinado por el club de Valencia. Un colectivo muy activo que, en su último almuerzo, invitó al doctor en Economía y catedrático de Historia e Instituciones Económicas en la Universidad de Valencia, Jordi Palafox, quien, según las crónicas, instó al club a seguir desarrollando una actividad cada vez más intensa y pública con el propósito de contribuir a la salida de la crisis. En la ciudad sólo quedan solventar algunos trámites para que el Propeller Club eche a andar. Pronto se presentarán en sociedad.