El capitán del 'Costa Concordia' asegura que no quería huir, sino que cayó en una barca

Schettino hace caso omiso al comandante del puerto para que auxiliara a los náufragos

Gregorio de Falco.
Gregorio de Falco.
Carmen Postiho (Efe) / Roma

19 de enero 2012 - 01:00

La discusión furiosa e indignada entre el comandante Gregorio de Falco, de la capitanía de Livorno, con el capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino, que escapó del crucero antes de la evacuación de miles de personas y que sigue en arresto domiciliario, fue escuchada el miércoles por toda Italia, que ha elevado a categoría de héroe al primero. Han muerto al menos once personas y veinte siguen desaparecidias.

El diálogo entre el capitán, de 52 años, que huía del siniestro hacia las 23.30 hora local (22.30 GMT) en una lancha salvavidas y el comandante de Livorno, de 46 años, que, imperiosamente y tajante, le ordenaba regresar a la nave y socorrer a miles hombres, mujeres y niños se produjo a las 1.46 horas (00.46 GMT).

Schettino, quien aseguró en todo momento estar al mando del crucero, aunque testimonios de un cocinero lo situaban en un bar esperando una bebida junto a una mujer, no volvió al crucero, donde hasta las tres de la madrugada hubo pasajeros que rescatar.

"Escuche, Schettino", le dijo De Falco, "hay personas atrapadas a bordo. Diríjase con su barca por debajo de la proa de la nave, por el lado derecho. Suba a bordo por la escalerilla de cuerda y dígame cuántas personas hay allí. ¿Está claro?".

"Suba a b-o-r-d-o, coño", ordenó con voz firme, indignada, apasionada, una frase que resonó en las casas italianas. De Falco pidió a los periodistas que se olviden de él. Su misión es y ha sido la de "socorrer".

El comandante considera que el verdadero héroe es su subcomandante Alessandro Tosi, quien a las 22.07 horas (21.07 GMT) le dijo: "Comandante, aquel crucero va demasiado despacio, seis nudos (menos de dos kilómetros por hora).. ¿Qué hace a seis nudos en una ruta invertida la Concordia?, llamémosles. Allí hay un problema".

Desde Livorno llamaron al puente de mando para interesarse por la lenta navegación del buque: "Es solo un problema técnico", contestó el capitán. Schettino exhibe buena conciencia: "No quería huir, me caí en una barca de salvamento". "He intentado salvar a todos, ni siquiera me puse el chaleco salvavidas porque servía a otras personas".

Más de 4.200 personas, entre pasajeros y tripulantes, viajaban a bordo del Costa Concordia.

El martes fueron encontrados cinco cadáveres en la nave, entre ellos el del turista español Guillermo Gual y el del tripulante peruano Thomas Alberto Costilla Mendoza. El Gobierno italiano admitió ayer que se ha producido un daño ambiental, aunque muy contenido, en el fondo marino de la isla de Giglio por el naufragio.

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