El Estrecho de Gibraltar, clave en la vigilancia de buques rusos por la Armada española

Fragatas y patrulleros españoles siguen de cerca la actividad naval rusa en el Mediterráneo y el Atlántico, destacando el papel estratégico del Estrecho en el control marítimo internacional

Inquietud ante la presencia en aguas del Estrecho de Gibraltar del buque espía ruso 'Yantar'

Buques españoles realizan seguimiento a unidades de la Marina rusa en tránsito por el Estrecho de Gibraltar.
Buques españoles realizan seguimiento a unidades de la Marina rusa en tránsito por el Estrecho de Gibraltar. / Armada Española

Algeciras/El Estrecho de Gibraltar se reafirma como un punto neurálgico para la seguridad marítima y la geopolítica internacional. En las últimas semanas, las fragatas españolas Victoria y Blas de Lezo, junto al Buque de Acción Marítima (BAM) Tornado, han realizado el seguimiento de buques rusos en su tránsito por el mar de Alborán, el golfo de Cádiz y la fachada atlántica, en el marco de las Operaciones de Presencia, Vigilancia y Disuasión (OPVD) bajo el mando del Mando Operativo Marítimo (MOM).

El BAM Tornado inició estas operaciones al localizar al submarino ruso Novorossiysk al sur de las Islas Baleares, durante su tránsito desde el Mediterráneo Oriental hacia el norte de Europa. El buque español mantuvo un seguimiento cercano hasta que el submarino alcanzó la zona de responsabilidad portuguesa, momento en que la vigilancia fue asumida por un buque francés.

Por su parte, la fragata Victoria patrulló el mar de Alborán para monitorizar a la fragata rusa Golovko, que escoltaba al mercante Lady Maria, de pabellón ruso. Durante esta operación, también identificó al petrolero ruso Altay, que transitaba hacia la bahía de Orán, donde habitualmente abastece a unidades navales rusas.

Finalmente, la fragata Blas de Lezo retomó el seguimiento del submarino Novorossiysk frente a la frontera marítima con Portugal. Concluida su misión, transfirió la responsabilidad a la marina francesa, antes de regresar a su base en Ferrol, mientras que la fragata Victoria regresó a Rota.

Un Estrecho vigilado: la ruta clave de Rusia

El Estrecho de Gibraltar no solo es una vía indispensable para el comercio marítimo mundial, sino también un paso estratégico para las operaciones navales rusas. Desde su base en el mar Negro, bloqueada parcialmente por el cierre del paso por los estrechos turcos de los Dardanelos y el Bósforo tras la invasión de Ucrania, Rusia utiliza esta ruta para mover tropas, logística y armamento hacia el Mediterráneo Oriental y el Atlántico.

El aumento del tránsito de buques de inteligencia, submarinos como el Novorossiysk, y petroleros de apoyo como el Altay, evidencian la relevancia del Estrecho en las estrategias de Moscú. España, como principal actor en esta zona, ha intensificado la vigilancia mediante operaciones como las OPVD, que permiten detectar anticipadamente posibles amenazas.

Las tareas de seguimiento se enmarcan en las operaciones permanentes del Mando Operativo Marítimo (MOM), con sede en Cartagena y dirigido por el Almirante de Acción Marítima. Este órgano coordina las actuaciones de vigilancia y seguridad en espacios marítimos de soberanía e interés nacional, con el apoyo diario de unos 3.000 efectivos.

Estas operaciones son esenciales no solo para garantizar la seguridad marítima, sino también para enviar un mensaje disuasorio a otras potencias, subrayando el compromiso de España con el control de sus aguas jurisdiccionales y la estabilidad en la región.

Desde la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 y el inicio de la guerra en Ucrania en 2022, las aguas del Mediterráneo y el Atlántico han sido escenario de un creciente despliegue naval ruso. España, con su ubicación estratégica y su implicación en el contexto de la OTAN, continúa desempeñando un papel crucial en la vigilancia del tránsito de buques rusos, consolidando al Estrecho de Gibraltar como una pieza indispensable en el tablero geopolítico global.

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