La niebla y fallos en el uso del radar, entre las causas del abordaje al 'Rinconcillo'

El ferry 'María Dolores' chocó con el pesquero en julio de 2015 cerca de Tarifa sin provocar heridos

Detalle de los daños en el pesquero 'Rinconcillo' y al fondo el ferry 'María Dolores' tras el accidente, en julio de 2015.
Detalle de los daños en el pesquero 'Rinconcillo' y al fondo el ferry 'María Dolores' tras el accidente, en julio de 2015.

La niebla, un uso incorrecto del radar y varios incumplimientos de la normativa internacional de navegación forman parte de las causas que el Ministerio de Fomento atribuye al accidente entre el ferry María Dolores de la compañía Intershipping y el buque pesquero Rinconcillo ocurrido en julio de 2015 y que se saldó sin heridos. En la mañana de aquella jornada se produjo en aguas del Estrecho un abordaje entre ambos barcos cuando navegaban a 1 milla de Tarifa. El pesquero sufrió daños en el puente de mandos y equipos de comunicaciones al pasar por el túnel entre los dos cascos del catamarán -que sólo registró arañazos- dado que ambos se encontraron de frente.

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM) del Ministerio de Fomento ha emitido recientemente el informe de este caso en el que señala que ambos buques incumplieron el reglamento RIPA de prevención de abordajes, si bien la mayoría de factores se atribuyen al catamarán.

Los técnicos que han evaluado el accidente consideran que ambos buques no tuvieron constancia de su presencia hasta que el abordaje fue inminente, en el caso del pesquero, y una vez que ya se había producido en el caso del catamarán "lo que pone de manifiesto que la vigilancia no se realizó de manera eficaz".

Cabe destacar que en aquella mañana había niebla densa en aguas del Estrecho, por lo que ambos buques navegaban haciendo uso de sus sistemas de radar. El Rinconcillo salía de Tarifa rumbo al Estrecho y el María Dolores volvía de Marruecos hacia Tarifa (cubre una línea regular de viajeros). En el momento del abordaje, el ferry navegaba a 29,4 nudos, una velocidad considerada excesiva dada la escasa visibilidad. Además, según relatan los técnicos, el capitán del ferry cambió la escala del radar de babor para discernir si los ecos que recibía -del Rinconcillo, en este caso- eran correctos. Según Fomento, al variar la escala el eco del Rinconcillo desapareció, sin que el capitán realizara un seguimiento adecuado para comprobar si se trataba de una perturbación o una señal verdadera.

A su vez, el pesquero contaba con un radar de escasa resolución, "aunque un buque del porte del María Dolores debería haberse detectado con mayor antelación" y viró a babor cuando se vio cerca del ferry; justo lo contrario a lo que marca el reglamento RIPA. Su tripulación asegura que no escuchó las señales acústicas del ferry, que éste sostiene haber emitido.

A la vista del resultado del informe, la comisión propone medidas correctoras para ambos implicados en el suceso. Para la compañía armadora del María Dolores, que se imparta formación en BRM (Bridge Resource Management) a sus capitanes y oficiales de puente mientras que en el caso del pesquero se recomienda extremar la vigilancia en la navegación cuando haya malas condiciones de visibilidad y que realicen señales acústicas cuando naveguen en zonas de visibilidad reducida.

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