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El puerto encarga un nuevo estudio para afinar el diseño del fondeadero

La APBA paraliza el expediente de la zona de espera para barcos prevista frente a San Roque y La Línea

Morón insiste en que se rige por estrictos criterios ambientales y de seguridad

El presidente de la APBA, Manuel Morón, expone los detalles del proceso para crear el nuevo fondeadero, ayer. / Loreto Calvente
Alberto Rodríguez

31 de mayo 2017 - 02:07

Fondeaderos actuales y prupuestas

La Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA) anunció ayer que ha encargado un nuevo estudio de ingeniería y análisis de alternativas para afinar la propuesta con la que la administración del puerto algecireño pretende habilitar un nuevo fondeadero (zona de espera para barcos) en la cara exterior de la Bahía de Algeciras. El presidente de la APBA, Manuel Morón, insistió en que un nuevo fondeadero -el quinto que tendría el puerto- es necesario para gestionar el creciente número de escalas que recibe la dársena.

El estudio, que estará redactado en unos dos meses, aportará una segunda opinión para decidir cuál es el lugar más adecuado y las dimensiones idóneas para habilitar un área de espera controlada para los buques. La propuesta actual que hay sobre la mesa, frente a las costas de los términos municipales de San Roque y La Línea, queda paralizada a expensas de la elaboración y el resultado que arroje este nuevo análisis, según ratificó Morón.

El proyecto había generado una fuerte oposición social en San Roque, liderada por su alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, por estimar que perjudicaría el desarrollo del turismo al plantearse la ubicación barcos mercantes frente a sus playas. "Somos sensibles a la alarma social que ha generado el proyecto del fondeadero, por lo que vamos a estudiar si hay alternativas. Hemos optado por revisar el expediente y darle una vuelta de tuerca. Cuando llegue esta revisión decidiremos si seguimos con el anterior diseño o si lo reiniciamos y sacamos de nuevo a información pública", aclaró Morón.

Optar por retomar el proyecto o empezarlo de nuevo dependerá de lo que determine la nueva consultoría; si el nuevo estudio arroja un diseño similar al actual o si apuesta por una configuración diferente que satisfaga los intereses del puerto y también de los municipios de la zona.

Morón insistió en que el crecimiento de la actividad hace necesario habilitar una nueva zona de fondeo dado que las cuatro existentes en el interior de la Bahía de Algeciras están saturadas. El presidente de la APBA subrayó, no obstante, que entre el diseño original del fondeadero exterior y el proyecto que acaba de paralizarse hay sensibles diferencias de tamaño y distancia a la costa como consecuencia de las alegaciones presentadas en el trámite de exposición pública.

La primera es el tamaño, dado que el boceto inicial tenía 6.049 hectáreas entre la costa de La Línea y Manilva (Málaga) que han quedado reducidas a 2.768, divididas a su vez en dos zonas separadas entre sí por 1,5 kilómetros para permitir el trasiego de barcos desde el puerto de Sotogrande. Estas dos zonas estarían a una distancia media de 3,8 kilómetros de la costa (2,2 kilómetros en la perpendicular mínima) y en cada una de ellas cabrían unos 30 barcos como máximo. Pero no se utilizarían a la vez, sino que en la configuración propuesta se plantea un uso alternativo de las dos pastillas, lo que reduciría a efectos prácticos el fondeadero a unas 1.300 hectáreas.

Las nuevas zonas de fondeo se plantean con una utilización alternativa por periodos superiores al año para compatibilizar el uso portuario con la actividad pesquera y la regeneración de los caladeros. En cualquier caso, para el fondeadero exterior se proponen unas condiciones de utilización aún más estrictas que las que se aplican en las aguas interiores de la Bahía de Algeciras.

En el fondeadero exterior estaría prohibido el bunkering (repostaje de combustible), las reparaciones y las estancias largas. Tampoco se permitiría el venteo de tanques (que ya está vetado en el interior de la Bahía de Algeciras) y habría supervisión telemática con un sistema de cámaras y radares, según la APBA.

Los barcos que utilicen el nuevo fondeadero exterior sí podrían recibir vituallas y cambiar la tripulación, además de la espera de atraque en sí que supone el fondeo. "Actualmente hay barcos que pasan por la zona que se propone para el fondeadero, pero navegan a máquina lenta consumiendo combustible y restando capacidad de maniobra ante imprevistos. Con un fondeadero, la espera estaría regulada y contaría con supervisión de las autoridades del puerto -Capitanía Marítima y la APBA- por lo que sería más seguro", defendió Morón.

El presidente del puerto negó que la propuesta ahora en suspenso pretendiera ubicar los barcos a 400 metros de distancia de la costa de San Roque o en un número elevado. "No es un capricho del puerto. El diseño se ha cuidado al máximo tras las alegaciones y aún así lo vamos a someter a otro estudio para ver si hay opciones diferentes", apuntó. El proyecto original recibió una treintena de alegaciones fruto de las cuales surgen estos cambios.

TRAMITACIÓN

La creación de un nuevo fondeadero portuario está sujeta a un total de ocho etapas administrativas, de las que el proyecto que ahora ha quedado en suspenso había alcanzado sólo las tres primeras.

El proceso arrancó en su día con la propuesta inicial de delimitación de espacios y usos portuarios, sometido a continuación a un trámite de información pública (alegaciones) y al informe de varias administraciones.

El tercer paso abarca la respuesta de las alegaciones, incorporando en esta fase las modificaciones ya expuestas sobre la idea original. Éste es el momento de la tramitación en el que en el que ha quedado en suspenso el proyecto, dado que el punto fue retirado dos veces del orden del día del Consejo de Administración de la APBA.

Una vez que se retome la iniciativa, bien sea desde cero con un nuevo diseño o retomando la propuesta actual incorporando los cambios previstos en las alegaciones, tras estas tres fases el fondeadero deberá someterse al dictamen de Puertos del Estado y posteriormente al Ministerio de Fomento para su aprobación definitiva. En estos cinco trámites restantes el proyecto puede sufrir de nuevo cambios e incluso no ser autorizado.

La Autoridad Portuaria aseguró que acatará el dictamen final que Fomento haga del asunto, como sucedió en su día con el proyecto de ampliación del puerto de Tarifa, que tras años de trámites fue finalmente denegado.

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