CirCular de Atlantic Copper, el regalo perfecto para un planeta mejor
Contenido ofrecido por Atlantic Copper,
Teléfonos móviles, consolas, pantallas LED… Llega la Navidad y es hora de regalar, recibir o darse un regalo tecnológico.
Sin embargo, la sustitución cada vez más frecuente de dispositivos electrónicos por otros nuevos plantea un enorme desafío ambiental
Llega la época que muchos esperan con ilusión. Las luces brillan en las calles, llenando las ciudades de un ambiente mágico, al tiempo que en los hogares la emoción de la Navidad se va colando poco a poco. Es temporada de encuentros, celebraciones y, por supuesto, regalos. En cada esquina, escaparates decorados con guirnaldas y luces intentan captar nuestra atención con productos que pronto se convertirán en sorpresas bajo el árbol de Navidad. Y entre ellos, hay varios protagonistas que figuran a la cabeza de las preferencias de adolescentes y mayores: los dispositivos electrónicos, como el teléfono móvil o las consolas. Por ejemplo, cambiar de móvil -algo que es muy frecuente- se ha convertido en una tradición más en estas fechas, lo que plantea un dilema: ¿qué hacemos con el que hemos cambiado por el último modelo?
Para dar respuesta a esta pregunta que tiene importantes implicaciones ambientales, entra en juego el proyecto CirCular liderado por la compañía metalúrgica onubense Atlantic Copper y que aporta un valor positivo a la sostenibilidad como es la recuperación de los componentes más valiosos de estos aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) que ya han finalizado su vida útil y que han sido tratados por gestores autorizados.
La urgencia de la obsolescencia
Cada año, los nuevos modelos de consolas o teléfonos nos sorprenden con mejores cámaras, pantallas más nítidas y nuevas funciones que nos atraen como consumidores. Y, por tanto, el viejo móvil o videoconsola que nos han acompañado durante años quedan olvidados en un cajón acumulando polvo o, peor aún, desechados de forma irresponsable. La Comisión Europea, en su recomendación 2023/2585 de 6 de octubre de 2023 sobre la mejora del índice de devolución de teléfonos móviles, tabletas y ordenadores portátiles usados y de desecho, ya insistía en la necesidad de que los Estados miembros mejoren la devolución de este tipo de dispositivos, garantizando los máximos índices de recogida y posterior reutilización, reparación, reacondicionamiento y recuperación de estos pequeños aparatos electrónicos.
El comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, advirtió de que en Europa se calcula la existencia de “más de 700 millones de teléfonos viejos tirados en nuestros cajones, es decir, casi dos por cada habitante de la UE”, sin que la población tenga claro qué hacer con ellos.
Además, a estos aparatos almacenados por desuso se les suma el impacto de los que son desechados incorrectamente. Los componentes de estos dispositivos contienen, entre otros, materiales valiosos. Cuando pensamos en un móvil, no imaginamos que contenga metales como oro, plata, cobre, platino o paladio, esenciales no solo para la fabricación de nuevos dispositivos electrónicos, sino también para industrias como la automoción, la construcción y las energías renovables. Por ejemplo, los 16 gramos de cobre que contiene un solo teléfono podrían reutilizarse para cables eléctricos o incluso para paneles solares, apoyando la transición hacia energías renovables.
Sin embargo, cuando un móvil no es desechado de forma correcta, su impacto ambiental puede ser significativo. Si no damos un destino adecuado al aparato, y los componentes como el plástico o las baterías que contiene terminan llegando al medio ambiente sin haber sido tratados adecuadamente, su impacto puede ser muy negativo.
El reciclaje adecuado de dispositivos móviles es crucial para evitar este impacto sobre el medio natural. Según un estudio realizado por Apogeo Ambiental, por cada millón de móviles reciclados se pueden recuperar 16 toneladas de cobre, 350 kilos de plata, 34 kilos de oro y 15 kilos de paladio. Esto significa que el reciclaje de móviles evita la liberación de todas estas sustancias al medio ambiente. Las baterías de litio, por ejemplo, pueden contaminar hasta 600.000 litros de agua si no se gestionan adecuadamente. Por ello, es fundamental que los consumidores adopten prácticas responsables al desechar sus dispositivos electrónicos.
Asimismo, en 2023, Recyclia gestionó de forma adecuada más de 78.500 toneladas de desechos electrónicos, lo que representa un incremento del 22% en comparación con el año anterior, según información de Infobae. Sin embargo, el mal reciclaje de RAEE sigue causando pérdidas globales de hasta 38.000 millones de euros al año por materiales recuperables que no son reutilizados.
Soluciones ‘circulares’
Conscientes de este desafío, Atlantic Copper ha diseñado el proyecto CirCular, que tiene por objetivo la construcción y puesta en marcha de una planta de alta tecnología para recuperar el contenido metálico no férreo de estos dispositivos, principalmente cobre, oro, plata, platino y paladio, y devolverlos a la industria.
Esta infraestructura pionera en el Sur de Europa se integrará en las instalaciones de la compañía metalúrgica y tendrá capacidad para procesar unas 60.000 toneladas al año de estas fracciones metálicas. Su puesta en marcha está prevista para el tercer trimestre de 2025 y durante su construcción habrá generado aproximadamente 350 empleos, entre directos, indirectos e inducidos, impulsando con ello la economía local.
Por este motivo, este proyecto ha sido reconocido de Interés Estratégico por la Junta de Andalucía.
El cobre, la plata y el oro recuperados por CirCular no solo evitan el agotamiento de materias primas finitas, sino que también contribuyen a reducir las emisiones de CO₂ y, a su vez, el efecto invernadero. Por lo tanto, se trata de un cambio tangible que se traduce en un menor impacto ambiental y una economía más eficiente, donde cada recurso se aprovecha al máximo y se minimizan los desperdicios.
Iniciativas como la liderada por la empresa onubense invitan a considerar el efecto positivo que pueden tener nuestros pequeños gestos. Cada móvil reciclado no solo libera espacio en nuestros cajones, sino que reduce la cantidad de desechos electrónicos y permite que materiales valiosos vuelvan al ciclo productivo.
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