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Yanukovich acepta una reforma de la Constitución que le recortará poderes

El Gobierno ucraniano claudica ante la presión popular de los europeístas y acepta el retorno al modelo de Estado que se acuñó a resultas de la Revolución Naranja de 2004.

Un grupo de ucranianos con máscaras de 'Anonymous' muestra retratos de miembros del oficialista Partido de las Regiones en un funeral simbólico en Kiev.
Efe Kiev

07 de febrero 2014 - 05:03

Los partidos del Gobierno y la oposición en Ucrania acordaron ayer una reforma de la Constitución para que el país retorne a un modelo de Estado mixto, recortando los poderes presidenciales, mientras en las calles de Kiev proseguía la protesta opositora.

La Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania acordó que sean los líderes de los grupos parlamentarios quienes negocien el proyecto de reforma para llevar a la votación de los diputados un texto consensuado, previsiblemente la próxima semana.

El acuerdo fue alcanzado por el gobernante Partido de las Regiones y sus socios comunistas con los tres partidos de la oposición parlamentaria, que pretenden retornar al modelo mixto parlamentario-presidencialista de la Carta Magna de 2004.

Los tres partidos opositores entregaron su proyecto de reforma al resto de los grupos parlamentarios, con la intención de someterlo a votación el día 11.

El presidente de la Rada, Vladimir Ribak, anunció que la próxima sesión de la Cámara se celebrará una vez que el proyecto de reforma constitucional esté preparado para su votación. "Que nadie salga de la ciudad, porque la sesión extraordinaria puede ser convocada en cualquier momento", agregó.

La sesión de la Rada transcurrió en medio de la presión que ejercieron en las calle de Kiev los manifestantes europeístas, que realizaron marchas para exigir la aprobación de la reforma.

También el pleno del Parlamento Europeo aprobó ayer una resolución que sugiere que Ucrania retorne a la Constitución de 2004 -abolida por el presidente, Viktor Yanukovich, en 2010-, como una posible vía para resolver la actual crisis del país.

La vuelta al modelo de Estado que se acuñó durante la Revolución Naranja de 2004 y que reducía las prerrogativas del presidente en favor del Legislativo, se ha convertido en el nuevo caballo de batalla de la oposición, que ya la dimisión del Gobierno, la revocación de un paquete de leyes represivas y una amnistía para los detenidos durante las protestas.

Mientras los diputados debatían la manera de afrontar la reforma, cientos de manifestantes marcharon desde el Euromaidan (plaza de la Independencia de Kiev, bastión donde se levanta el campamento de la oposición) hacia la Rada para exigir la nueva Constitución.

Una larga columna de opositores, muchos armados con palos y pertrechados con grandes escudos metálicos y de madera, avanzó desde el corazón de Kiev en dirección al Parlamento, para poco después volver al campamento.

Horas más tarde, la Policía informó de que un activista opositor resultó herido al estallar un artefacto explosivo en la Casa de los Sindicatos de Kiev, ocupada por los manifestantes europeístas. El hombre ingresó inconsciente en un hospital, con heridas en una mano y ambos ojos.

Según la versión de los activistas, el artefacto explosivo estaba oculto en un paquete donde estaba escrito "medicinas", mientras las primeras investigaciones de la Policía apuntan a que la explosión se debió a un cóctel molotov.

"Fue colocado allí por provocadores", declaró en una rueda de prensa Anatoli Vedmin, miembro del Estado Mayor de la Resistencia Nacional, la organización que mantiene ocupadas el Ayuntamiento y la Casa de los Sindicatos.

Por su parte, desde la capital de Lituania, donde recibe tratamiento médico, el activista opositor Dmitro Bulatov, que fue secuestrado y torturado en Kiev, ofreció detalles de su cautiverio en una conferencia de prensa. Dijo que sus agresores le acusaron de espiar para EEUU y que fue interrogado y golpeado brutalmente a diario.

Según Bulatov, los secuestradores, que le cortaron la mitad de una oreja, le preguntaban sobre sus relaciones con la Embajada de EEUU y los nombres de los patrocinadores del movimiento opositor Automaidan (que traslada la protesta a caravanas por carretera), del que es miembro.

El activista, cuyo secuestro fue denunciado el pasado día 22, apareció ocho días más tarde en la localidad de Vishenski, en las afueras de la capital ucraniana.

Las protestas opositoras estallaron en Kiev hace dos meses y medio después de que Yanukovich aplazara la firma del Acuerdo de Asociación con la UE.

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