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La línea/Un detalle que ha llamado la atención de los agentes es el coche que aparece al comienzo del vídeo musical donde Isco Tejón sonríe junto al rapero Clase A. Se trata de un Bentley Continental valorado en más de 200.000 euros y matriculado en Gibraltar, según ha constatado la Policía, lo cual ha venido a alimentar la sospecha, muy próxima a la certeza, de que los narcos mantienen vínculos con la Colonia para ocultar en ella su dinero, situación de la que también se estarían beneficiando los contrabandistas, quienes además llevan toda la vida haciendo del Peñón un supermercado donde abastecerse del tabaco que luego introducen ilegalmente en España. Un dato da fe de la importancia del problema y de su repercusión económica: la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) calcula que nada menos que 180 millones de euros del presupuesto de Gibraltar, una cuarta parte del total, depende directamente del tabaco, que en su mayoría acaba en el mercado negro.
Isco llevaba tiempo centrándose en el contrabando de tabaco. La última cosecha de cannabis en Marruecos está en el proceso final de elaboración para transformarla en hachís, por lo que el stock existente es ya de baja calidad. El contrabando de tabaco supone para las mafias una forma de barbecho empresarial, de diversificación y de aprovechamiento de sus infraestructuras delictivas que se extiende ya a lo largo de todo el año como alternativa al hachís. La playa de levante del Peñón es la misma que a un tiro de piedra se extiende en España, en La Línea, aunque los jóvenes gayumberos se apostan también con sus ciclomotores en la de poniente. Sus carreras a escape libre son todo un clásico en las madrugadas linenses.
"Gibraltar hace la vista gorda porque siempre gana, ya sea por lo que entra en su territorio", dinero en efectivo para ser blanqueado, "como por lo que sale", el tabaco de contrabando, apunta de forma gráfica un funcionario español, quien subraya que el rendimiento que las mafias sacan del contrabando mueve "mucho, mucho dinero".
Alijar tabaco ilegalmente también tiene sus ventajas en el plano penal. Cada marca de cigarrillo tiene un precio de mercado, pero cuando la cantidad aprehendida por las autoridades está por debajo de los 15.000 euros, no hay delito, sino una mera falta administrativa que conlleva el pago de una sanción, jamás una pena de prisión.
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