Pequeñas historias de mamás no casadas
Población
Con pareja o viviendo la maternidad en solitario, sumaron la mitad de las gaditanas que parieron en 2013.
"Yo soy directa. Si alguien me pregunta por el padre le digo: yo soy el padre y la madre. Y no dicen más nada". Lo cuenta Carmen, mamá gaditana de dos mellizas de diez meses que decidió formar su propia familia sin necesidad de una pareja. Carmen es una de las madres no casadas que hay en la provincia gaditana. Los recientes datos publicados por el Instituto Estadístico de Andalucía señalan que casi la mitad de las mujeres (un 47%) que habían sido madres en 2013 en Cádiz no estaban casadas, el mayor porcentaje de toda Andalucía, que sigue en aumento y sin frenos, corroboran las cifras.
Si bien, dentro del término de 'madres no casadas' es difícil encontrar algún informe que especifique qué modelo familiar predomina. Aquí caben mujeres con pareja sin oficializar heterosexual o de lesbianas, solteras porque la relación con el padre quizás no salió como se esperaba o solas porque así lo decidieron desde un principio y acudieron a la reproducción asistida para cumplir su sueño. Unos modelos de familia que una gran mayoría ya no mira con malos ojos, aunque siempre existan excepciones.
Y es que no es igual el caso de Carmen que el de Manuela (nombre ficticio) que tuvo a su hija en los años ochenta y que por circunstancias de la vida crió a su hijo como soltera. Entonces ese tanto por ciento estadístico no superaba el 5% de las mujeres madres.
Manuela recuerda como tuvo la suerte de que su familia más cercana lo aceptara "pero para la sociedad era feo y muy criticado". "También dependía mucho de la gente con la que te relacionaras pero incluso te ponían al mismo nivel de una persona que era drogadicta por ejemplo", recuerda Manuela. "Creo que había también mucha desinformación y se creía que por ser madre soltera tenías muchas ventajas cuando a mí nunca me benefició serlo. Jamás mi hija tuvo una beca", añade.
"No me arrepiento pero es muy complicado", reflexiona ahora que su hija supera los 30 años. Como ella por supuesto trabajaba, si no sería misión casi imposible, y antes no había colegios hasta los cuatro años "a base de dinero" ha tenido que buscar a chicas que cuidaran a su la niña. "Además por entonces no había aulas matinales ni comedores escolares con los que se cuentan actualmente, si es no empiezan a quitarlo tal como está la situación", opina.
Tres décadas después, Carmen asegura que se siente integrada con total normalidad en el entorno y que no le preocupa demasiado cómo le contará a sus hijas en un futuro que ella es papá y mamá. Sus mellizas nacieron por reproducción asistida en 2014 porque a sus 38 años, sin pareja y con algunos problemas ginecológicos, los médicos le recomendaron que si quería ser madre lo fuera pronto. "Así que un día salí del médico y busqué teléfonos de clínicas. Después del primer tratamiento me quedé embarazada y además me dijeron que de más de uno. A mi madre se le cambió la cara", recuerda entre risas.
Porque su madre para Carmen, que suele trabajar de nueve de la mañana a cinco de la tarde y que ni siquiera puede plantearse un a reducción de jornada por cuestión económica, está siendo fundamental para el cuidado de las pequeñas. "Es duro y sola, sola no hubiese podido", reconoce. "Aunque te dan algunas ayudas el gasto es doble, en pañales, en comida, en ropa. Todo mi sueldo es para ellas", manifiesta. Y a pesar de todo los inconvenientes anima a toda mujer a vivirlo, "Que no se lo piensen tanto y que si quieren ser madre lo sean, no le hace falta un hombre en su vida".
Escondido detrás de estos números está otro hogar que puede ser el más numeroso dentro de la definición madres no casadas: el de parejas con hijos que no piensan en el matrimonio. Uno de ellos lo forman Ana, su compañero de vida y su hija, que viven en Jerez.
Ana echa la vista atrás. "Nuestra relación ha avanzado de forma natural. Ha surgido así y seguirá siendo así, no hay ninguna necesidad de papeles para sentirnos una familia", asegura. "Ni siquiera nos lo planteamos ni tenemos ninguno de los dos esa idea romántica del matrimonio que tienen otras personas", expresa a pesar de que su entorno de amigos están casi todos casados. Si alguna vez dan el paso "será -afirma- porque algo beneficie a nuestra hija, aunque hasta ahora no hemos encontrado ninguna diferencia".
Luego está el otro 53% de las madres gaditanas de 2013, las casadas, la familia tradicional por muy poca diferencia aún mayoritaria. Pero esas son otras historias.
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