Brindis al sol
Alberto González Troyano
Razones de las lenguas
andrés ortega. segundo de la 'canarias'.
Cádiz/El capitán de corbeta Andrés Ortega, nacido en Huelva, se siente conileño, de donde es su familia y donde reside. Su padre fue suboficial de la Armada y siempre vivió próximo a la misma gracias a su tío y su hermano, empezando su propia carrera en 1995. En la misma acumula ya operaciones como Romeo Sierra del incidente del islote del Perejil, en la Atalanta de lucha contra la piratería y en la liberación del pesquero español Alakrana. Pese a estar orgulloso de su labor en la Sophia, lamenta que la situación es "trágica".
-¿Cómo resumiría la experiencia?
-Es difícil resumirlo tras más de cinco meses de operación, con participación directa del rescate de 20 embarcaciones, más de 3500 personas recatadas y momentos complicados, pero mirando hacia atrás el sentimiento general es de satisfacción y orgullo por el trabajo desempeñado por toda la dotación. Han sido experiencias únicas que guardaremos en nuestra memoria y que marcan el carácter de la gente. Durante la operación se aprende a valorar especialmente lo que tenemos, a las personas que nos rodean o que nos esperan en casa.
-¿Qué diferencia hay entre la Sophia y otras misiones en la que ha participado?
-La gran diferencia radica en la proximidad y la interacción con las personas, el poder ver y sentir la tragedia humana en las caras de las personas que sufren el tráfico de personas en la mar.
-¿Qué momento le ha marcado?
-Es difícil quedarse con un solo momento, es cierto que el primero es un gran impacto. Pero creo que el momento que más me ha marcado ha sido el tránsito a costas italianas tras un rescate con más de 450 personas a principios de marzo, con muy malas condiciones meteorológicas, fuertes chubascos y estado de la mar fuerte marejada. Durante esa noche tuvimos que alojar gran parte de las personas en los pasillos con síntomas de hipotermia y desalojar parte de la enfermería que teníamos abarrotada porque una mujer se había puesto de parto. Para poder llegar a la misma era necesario sortear los cientos de personas que se encontraban en los pasillos. Esa fue una larga noche con final feliz de la que nos acordaremos siempre.
-¿Qué os cuentan esas personas que suben al barco?
-Una vez que embarcan tenemos un procedimiento bastante complejo. Una vez acogidos y ya en un tránsito hacia las costas italianas, que pueden llegar a durar dos o tres días, se mantiene los trabajos de vigilancia, acogida, entrega de comidas, mantenimiento de las condiciones de habitabilidad, controles y asistencias sanitarias, etc. Es durante esas largas horas donde se mantiene más relación con ellos, cada uno tiene una historia diferente… por lo general todos huyen de algo o buscan una alternativa de vida que creen no tener en sus países de origen.
-¿Es importante la participación de la Armada?
-Aunque la participación de la Armada en este problema global y tan complejo sólo representa una pequeña parte, creo que es de vital importancia y debemos formar parte de la solución del problema. Es un problema que afecta directamente a nuestro país y a Europa en general, que sufrimos de primera mano y del que hemos adquirido una experiencia que junto con nuestras capacidades son de gran utilidad en estos escenarios.
-Tras lo vivido, ¿cómo definiría la situación en el Mediterráneo?
-Aunque nosotros sólo somos testigos de una pequeña parte del problema, la situación es trágica y difícilmente sostenible en el tiempo.
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