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Carmen Pérez
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Nombramientos en la Guardia Civil
Cádiz/Alfonso Rodríguez Castillo ascendió ayer a general de brigada de la Guardia Civil. Quizá otros en su piel lo celebrarían por todo lo alto, pero este gaditano de La Viña, para más señas, casado y con dos hijos, desde la templanza que imprime su carácter, apenas se daba importancia mientras repasaba por la tarde sus memorias, empezando por sus días alegres en el colegio de La Palma. Años más tarde, cuando el tiempo vuela mientras de niño uno a veces piensa que nunca pasa, se matriculó en La Viña, antes de pasar al Instituto Columela. Tal vez ya entonces le llamó la Benemérita, aunque no lo supiera, porque tras aprobar el bachillerato optó por la Escuela de Magisterio.
Su intento fue en vano porque su destino era otro. Sin imaginar siquiera su futuro, se preparó durante dos años para ser guardia civil y esa decisión cambió su vida por completo. Desde 1978 hasta el día de ayer, cuando el Consejo de Ministros ratificó su ascenso, su carrera ha sido vertiginosa. Navarra fue su primer destino hasta 1980, para pasar por Zaragoza durante dos años; y por Aranjuez, otros tres. Dejó esta ciudad como teniente, en 1985, y ocupó el puesto de jefe de línea en Estella hasta el 87. Ese año pudo regresar a Cádiz, adonde se estrenaría al frente de la sección de Rota hasta 1990. Este año vuelve a ascender a capitán, y su carrera da un giro al trasladarse a la academia de la Guardia Civil en Baeza como profesor. Allí sólo permanece otros tres años antes de regresar a Cádiz, en 1993. Esta nueva etapa dará un impulso a su carrera porque en 1998 es ascendido a comandante. Hasta 2007 permanecerá en la Comandancia gaditana en calidad de comandante y jefe de Operaciones, Policía Judicial e Información. Y ya en 2008 es trasladado a Sevilla, donde le nombran teniente coronel jefe de Policía Judicial e Información de la IV Zona de Andalucía.
La siguiente ocasión que regresaría a Cádiz, en 2014, aquel alumno del colegio de La Palma, cuya afición preferida es ahora pasear por la ciudad con su familia y amigos, perdiéndose entre la gente y sus rincones más sabrosos sin que nadie le conozca, lo hizo ya convertido en coronel jefe de la Comandancia de Cádiz.
Durante su toma de posesión, justo en septiembre de hace cinco años, Rodríguez Castillo, desde "la ilusión y la entrega", se propuso, entre otros objetivos, "potenciar el servicio al ciudadano"; "mejorar la coordinación con el resto de cuerpos policiales y otras instituciones"; "reafirmar entre los agentes los valores de sentido del honor, disciplina, disponibilidad, eficacia, espíritu benemérito y amor al servicio"; y "mejorar la atención a las víctimas".
Hoy puede estar satisfecho de haber cumplido la mayoría de estos retos con creces. Los índices de delincuencia se han visto reducidos mejorando las capacidades de los agentes y a la vez los tiempos de respuesta. La imagen de la Guardia Civil es cada vez más moderna y cercana, y en paralelo ha sido clave en importantes operaciones contra el narcotráfico, gracias a la labor de la unidad de investigación de Cádiz. Esto sin dejar de lado otros casos casi olvidados, como el 'crimen del churrero' de Chiclana, que se pudo resolver 13 años después. Rodríguez Castillo, el primer gaditano que se puso al frente de la Comandancia de la capital, queda ahora a la espera de nuevo destino, y su vacante al frente de la Comandancia de Cádiz será asumida de manera provisional por el teniente coronel Luis Martín.
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