¿Por qué en Cádiz no hay minerales críticos como en el resto de Andalucía?

Un pírrico 2,3% de los indicios hallados en Andalucía se encuentran en la provincia, donde las areniscas tienen el monopolio

La geología gaditana está protagonizada por rocas sedimentarias que tienen usos industriales, pero nada que ver con los sectores estratégicos

Una veintena de minerales en 2.000 puntos de exploración: así es el arsenal de Andalucía en materiales esenciales para la UE

Indicios minerales encontrados
Indicios minerales encontrados / Dpto. Infografía

Los minerales críticos y las tierras raras eran conceptos desconocidos hasta hace poco para los no versados en materias geológicas. Entonces llegó Trump y los pone sobre la mesa de negociación con Ucrania para seguir apoyándoles, la Unión Europea los convierte en estrategia industrial y la Junta de Andalucía saca pecho con un mapa realizado por el Instituto Geológico Minero en el que aparecen unos 2.000 indicios de estos materiales en nuestra comunidad. Estos minerales se convierten en objeto de deseo, pero en la provincia de Cádiz somos pobres en ellos.

El geólogo del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Cádiz (UCA), Salvador Domínguez, nos ayuda a entender por qué el subsuelo de esta provincia solo cuenta con escasos puntitos dentro de un mapa plagado de ellos en el resto de la región. Si en Andalucía hay 1.993 indicios, Cádiz cuantifica 46, un raquítico 2,3%. "Si revisamos la geología de todo el subsuelo de la provincia, lo que se ve es que estamos en el extremo occidental de la cordillera bética y que la mayoría de las rocas, de todas las litologías que tenemos, son rocas sedimentarias".

Eso hace que tengamos muy pocas opciones de encontrar esas sustancias que ahora se están demandando, con tantas aplicaciones tecnológicas e industriales. "Estos metales raros desde el punto de vista geoquímico están asociados a yacimientos minerales relacionados con rocas ígneas, sobre todo metamórficas", mientras que nuestros sustratos son sedimentarios, no tenemos joyas escondidas. "Salvo alguna pequeña excepción que serían las doleritas, rocas subvolcánicas de tipo filoniano que están en algunos pequeños afloramientos y repartidas a lo largo de toda la provincia", matiza Domínguez.

José María González, investigador del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra perteneciente al CSIC, añade que en el mapa publicado por la Junta solo aparecen los recursos emergidos, sin embargo la provincia de Cádiz cuenta con otro tipo de potenciales que no salen ahí y que son los submarinos. Aunque aún ese apartado estaría por estudiar y falta investigación, el suelo sumergido de Cádiz cuenta con costras y nodulos de hierro y manganeso, parecidos a los que se hallan en Canarias. Por ahí sí que los recursos de la provincia se ponen interesantes.

Pero volviendo a la superficie, el origen de nuestras rocas viene del fondo marino, de las plataformas continentales o de taludes oceánicos, "aunque habría que revisar toda la historia geológica de la provincia para analizar cómo hemos llegado hasta aquí", avisa Santiago Domínguez. Nuestras piedras han visto la vida pasar bajo el agua, en una provincia que antes casi era un humedal como nos han recordado las tempestades de marzo. Esto ayuda a entender por qué nuestro subsuelo se basa en rocas sedimentarias que, si bien no son la piedra preciosa que ahora está de moda, se ha explotado durante años para diferentes usos principalmente industriales.

González, que es también coordinador de la Comisión de recursos geológicos e hídricos de la Conexion geociencia para un planeta sostenible, argumenta que los recursos silíceos cuyos indicios se encuentran en la provincia tienen un fin industrial muy potente para la fabricación de superconectores, chips y tecnologías para la placa base, sin embargo para eso hace falta que el material tenga mucha pureza. Estas rocas de arena que provienen de la erosión se usan actualmente para las depuradoras de piscinas, por ejemplo, y de hecho se explotan los yacimientos en el entorno del Guadalete y el Campo de Gibraltar, pero para usarlo como esos materiales críticos ansiados habría que investigar su grado de pureza. Comenta el experto que ya existen incluso investigaciones con procesos de repurificación en la Comunidad Valenciana.

Minerales y rocas con otras aplicaciones en campos industriales como la cerámica, la fabricación de cementos o de elementos de filtros sí que están presentes en tierras gaditanas. "Ahí sí que tenemos una provincia con muchas posibilidades porque sí hay yacimientos de arcillas, de calizas, de margas, de moronitas...", argumenta el profesor de la UCA, y las arenas silíceas, que son esos escasos puntitos que aparecen en el mapa de minerales críticos elaborado por la Junta de Andalucía y en los que González ve ese potencial. "Son críticos porque tienen mucho valor económico pero son recursos limitados", sobre todo en esta carrera actual por conseguir las materias primas con las que fabricar tecnología.

Hablamos de la existencia de esas arenas silíceas en el entorno de Arcos y San José del Valle, las calizas y dolomías en la Sierra de Cádiz y el Campo de Gibraltar, las margas explotadas en la cementera de Jerez o las moronitas, eso que aquí llamamos albariza y que constituyen buena parte del subsuelo de viñedo que supone el Marco de Jerez. Como explica el geólogo, "son rocas que tienen su importancia, pero que no tienen nada que ver con lo que ahora llamamos minerales estratégicos". Hemos tenido esa mala suerte geológica, sentencia Domínguez, aunque si por tener wolframio nos hubiéramos quedado sin la albariza quizás más de uno piense que estamos en el lado afortunado. Las areniscas del aljibe, de origen marino de talud del mar de Alborán que las tectónicas han llevado hasta la mitad de la provincia, llegan desde Los Alcornocales hasta Medina Sidonia, explica Santiago Domínguez.

Corte de la provincia de Cádiz del mapa realizado por la Junta de Andalucía
Corte de la provincia de Cádiz del mapa realizado por la Junta de Andalucía

Rocas de construcción, áridos naturales, áridos para machaqueo, áridos ligeros, cementos, cales, yeso, cerámica estructural, cerámica fina, refractarios, vidrio, pigmentos, industria química, arenas de moldeo y agrícolas son los usos principales de las explotaciones de la provincia gaditana. Estas aplicaciones industriales están lejos en la actualidad de suministrar a sectores clave de la economía como la transición energética, la digitalización, la industria aeroespacial, la defensa o la automoción eléctrica para la que buscan los minerales críticos. La lista de lo que carecemos y que todo el mundo busca la protagoniza en Andalucía el cobre (el 86% de los indicios encontrados en la comunidad), seguido por el bario, flúor, manganeso, silicio, antimonio, bismuto, cobalto, estroncio, feldespato, fosfatos, grafito, magnesio, níquel, platinoides, titanio, vanadio, wolframio y litio. Huelva y Córdoba son las provincias con mayores filones de explotación.

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