La huelga de inspectores de pesca pone contra las cuerdas a las almadrabas de Cádiz

El colectivo inició un paro indefinido el 3 de marzo que, prácticamente, toma como rehenes a los almadraberos para ejercer una medida de presión en su negociación con el Gobierno

Almadrabas: La costa del tesoro

Levantá de atunes en Barbate.
Levantá de atunes en Barbate. / Germán Mesa

La campaña del atún rojo, que cada primavera trae riqueza y prosperidad a la comarca de La Janda en particular y a la provincia en general, está seriamente amenazada por la huelga indefinida iniciada el pasado 3 de marzo por los inspectores de pesca, esenciales para certificar y dar legalidad a las capturas. No es la primera vez que este colectivo toma como rehenes a los almadraberos en sus reivindicaciones, aunque nunca hasta ahora habían llegado tan lejos. Este conflicto laboral, respaldado por los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y ELA, ha generado un impacto significativo en la industria pesquera, afectando tanto a la economía como a la seguridad alimentaria de todo el país.

Las cuatro almadrabas gaditanas (Barbate, Conil, Zahara de los Atunes y Tarifa) dan trabajo directo a unas 500 personas e indirecto a 6.000, por lo que perder de un plumazo la posibilidad de capturar la cuota asignada por el Ministerio de Agricultura y Pesca sería un torpedo en la viabilidad de un sector sostenible que empieza a recuperarse tras sufrir años durísimos por los recortes que se sucedieron desde el año 2006. Entonces fueron las propias almadrabas las que alertaron de que el stock de atún rojo salvaje estaba en peligro y reclamaron medidas que llegaron en forma de reducción drástica en el TAC (Total Asumible de Capturas). Hubo años en que se llegaron a poder capturar unas 657 toneladas entre las cuatro almadrabas, pero, aun así, la apuesta por este arte milenario y sostenible, emblema de la provincia de Cádiz y que se exporta para los principales mercados internacionales, se mantuvo. Ahora, cuando la especie está completamente recuperada y hay tanto atún que está acabando con la caballa y la sardina en nuestras costas, una nueva amenaza en forma de secuestro se cierne sobre el horizonte de las almadrabas.

El sindicato CCOO emitió en la noche del miércoles una nota de prensa en la que alertó que la falta de negociación del Gobierno con los inspectores de pesca perjudica a las almadrabas de Cádiz. Criticó, igualmente, la falta de diálogo y negociación entre el Ministerio de Agricultura y Pesca y el personal de la Inspección de Pesca Marítima, motivo por lo que se mantiene abierto el conflicto de huelga indefinida en este colectivo que “agrava y obstaculiza” la actividad del sector pesquero en su conjunto y específicamente al sector de las almadrabas en la provincia de Cádiz.

Motivos de la huelga

Los inspectores de pesca marítima han expresado su descontento debido a la falta de reconocimiento y compensación por las condiciones especiales de su labor. Aseguran de que a pesar de que sus funciones requieren disponibilidad las 24 horas del día, los 7 días de la semana, la Administración General del Estado no ha ajustado sus remuneraciones ni reconocido oficialmente estas exigencias laborales. Además, la equiparación de sus roles con personal administrativo ha sido motivo de controversia, ya que sus jornadas laborales son impredecibles y extensas.

Una de las principales demandas es el reconocimiento de su profesión como de riesgo, lo que les permitiría acceder a una jubilación digna y a condiciones laborales más acordes con la peligrosidad y penosidad de sus tareas. También buscan la implementación de un complemento específico que refleje la disponibilidad horaria que exige su labor, así como medidas de seguridad adecuadas y una formación especializada.

La ausencia de inspectores afecta a campañas pesqueras cruciales, como la de la caballa y el atún rojo. En el caso de este último, la falta de inspectores ha generado pérdidas económicas significativas para las empresas del sector, que dependen de la validación y certificación de sus capturas para operar. La situación es especialmente crítica en las piscinas de engorde, donde la ausencia de inspección puede comprometer la viabilidad de la próxima campaña pesquera.

Desde los almadraberos entienden que el colectivo haga valer sus derechos, pero comprenden menos que cada reivindicación coincida sistemáticamente en el tiempo con el inicio de su campaña y que las condiciones laborales de un centenar de personas acabe afectando a miles.

Los atunes rojos salvajes, a punto de llegar a Cádiz

Y mientras que la huelga de los inspectores de pesca no tiene visos de solucionarse, los atunes rojos salvajes ya han iniciado su migración anual para desovar en el Mediterráneo desde el Atlántico. Cada año se está viendo que adelantan esta llegada al Estrecho, donde los esperan los laberintos de redes que componen las cuatro almadrabas gaditanas. La primera levantá del pasado año tuvo lugar el 18 de abril, es decir, que estamos a poco más de una semana para que los atunes hagan su aparición y si los inspectores de pesca no deciden tomar otras medidas de presión que no afecten a las almadrabas la campaña será un desastre de dimensiones siderales.

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