La jueza de Barbate admite a trámite las conversaciones entre el sargento del GEAS y el coronel de la Guardia Civil

Los agentes de la Guardia Civil que sobrevivieron a la embestida de una narcolancha en el puerto de Barbate, en la que murieron dos de sus compañeros, han relatado que "todo fue improvisación"

Los juzgados de Barbate, este viernes
Los juzgados de Barbate, este viernes / Manuel Aragón Pina

28 de junio 2024 - 18:00

Cádiz/Los agentes de la Guardia Civil que sobrevivieron a la embestida de una narcolancha en el puerto de Barbate, en la que murieron dos de sus compañeros, relataron ante la jueza que "todo fue improvisación" en el dispositivo con el que sus mandos les ordenaron intervenir aquella noche, según sus abogados.

Tres de los cuatro agentes que sobrevivieron, y un capitán del Servicio Marítimo de la Guardia Civil que estuvo con ellos, declararon este viernes como testigos en el Juzgado de Instrucción número 1 de Barbate, que investiga si los mandos de aquel operativo incurrieron en alguna responsabilidad penal al ordenar el 9 de febrero pasado a seis agentes enfrentarse con una pequeña zódiac a las cinco narcolanchas que estaban en el puerto.

Asimismo, durante la toma de declaración de este viernes, la jueza instructora acordó admitir como prueba las conversaciones telefónicas mantenidas a lo largo del 9 de febrero entre el sargento del Grupo Especial de Actividades Subactuáticas (GEAS) Julio Serrano, la máxima autoridad que viajaba a bordo de la lancha de la Benemérita en el puerto esa noche, y el coronel de la Comandancia de Cádiz, Luis Martín Velasco.

Así, para cumplir con las garantías procesales oportunas, esas llamadas serán transcritas por un perito, de manera que las conversaciones se aporten como prueba preconstituida en el procedimento abierto para dirimir las circunstancias laborales del caso Barbate.

Según fuentes judiciales del caso consultadas por este medio, el coronel Velasco le dijo en una de las llamadas al sargento Serrano:"Julio, tú sabes quién está aquí", en alusión al ministro del Interior Grande Marlaska, que ese día visitaba la provincia para presentar el IV Plan Especial de Seguridad en el Campo de Gibraltar.

Tras las declaraciones en el juzgado, Mariano Casado, asesor jurídico de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), una de las asociaciones profesionales que ha denunciado a los mandos de aquel operativo, explicó que aquel dispositivo fue "el paradigma de la operación que nunca tiene que producirse". "Todo fue improvisación, improvisación e improvisación".

Relató que los tres agentes (un cuarto no pudo declarar por problemas técnicos) y el capitán del Servicio Marítimo coincidieron en apuntar que fue un dispositivo "absolutamente improvisado, mal coordinado y mal preparado, sin contar con los medios necesarios para una situación de alto riesgo".

Sus testimonios, señaló el letrado, señalaron que el cúmulo de improvisaciones se debió a que los mandos, el coronel de la Comandancia de Cádiz y el general jefe de la Zona, sintieron que tenían que atender "no se qué cuestiones de carácter pseudopolítico", lo que les llevó a hacer las cosas "de cualquier manera".

Se refería pues a que esa misma mañana el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, había participado en Algeciras en la puesta en marcha del IV Plan Especial de Seguridad para luchar contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar y había ofrecido una rueda de prensa en la que calificaba como "un éxito" este programa que desde su puesta en marcha en 2018 hasta aquel momento había permitido la intervención de 1.700 toneladas de droga y más de 97 millones de euros en metálico procedentes del narcotráfico.

El abogado manifestó que de los testimonios recogidos en el juzgado se deduce que "de alguna forma" esa coincidencia "contribuyó" a que "se activase todo porque tenían que desaparecer esas narcolanchas de Barbate", pues "no casaba lo que estaba pasando en Barbate con lo que se había dicho por la mañana en alguna rueda de prensa".

"Todo eso contribuyó a que se hiciera todo con esa improvisación, con esa falta de coordinación, de previsión de los riesgos, de inteligencia... es el paradigma de la operación que nunca tiene que producirse", insistió.

Sus testimonios dejaron también claro, según el abogado, que el coronel de la Comandancia de Cádiz al mando del operativo no cumplió "con pulcritud" con su "mandato imperativo" de "velar por la vida de las personas" que tenía bajo sus órdenes.

Por ello, insistió en que se hace ahora "absolutamente ineludible" que tanto él como el general de la zona, que ya figuran como investigados en estas pesquisas, sean llamados a declarar "porque tienen que dar muchas explicaciones".

"Lo que ocurrió allí fue una total imprudencia", añadió tras las declaraciones Fernando Castellano, abogado de la acusación popular de la Asociación de Suboficiales de la Guardia Civil y particular de uno de los supervivientes.

Los mandos

La asociación Justicia para la Guardia Civil (Jucil) también se sumó a las acusaciones y denunció por dos delitos de homicidio por imprudencia y dos delitos de lesiones graves al general jefe de la Zona de la Guardia Civil de Andalucía y al coronel jefe de la Comandancia de Cádiz como responsables de aquel operativo, en el que murieron los agentes Miguel Ángel González y David Pérez.

“Valoramos mucho las declaraciones de los supervivientes y destacamos su fuerza de ánimo al tener que recordar de nuevo aquellos difíciles momentos, que aún les tienen muy afectados no sólo físicamente, sino también emocionalmente”, destacó la portavoz de Jucil, Milagros Cívico, en un comunicado.

Las declaraciones, según Jucil, ratificaron de nuevo que los mandos conocían que los miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas sólo contaban con una barca que ni siquiera era rígida. El sargento al frente del equipo, que declaró por espacio de más de una hora, insistió en que comunicó en varias ocasiones a los distintos mandos con los que habló que los medios no eran adecuados para intentar la detención de los narcotraficantes que permanecían en potentes narcolanchas abarloadas a la entrada del puerto de Barbate, donde se protegían del temporal.

Según Jucil, el capitán del Servicio Marítimo que este viernes también testificó confirmó que se comunicó a los superiores la imposibilidad de trasladar hasta el lugar una embarcación más potente que la pequeña barca utilizada, porque el temporal impedía la salida de estas naves de sus puertos habituales. De igual forma, el traslado resultaba imposible por tierra porque la rampa del puerto de Barbate no hubiera permitido llevarla de nuevo hasta el agua. “Jucil busca que todos los responsables sean presentados ante los tribunales y, si en el caso de la muerte de nuestros compañeros en este terrible suceso reclamamos que se investigue con mayor intensidad para dar con los autores materiales del asesinato, en estas otras diligencias esperamos que sean llamados a declarar los mandos responsables de estas órdenes”, resaltó Cívico.

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