Así prepara una fragata de la Armada para desplegar en una misión desde Cádiz

En la fragata Reina Sofía están “a tope”. La dotación y el propio barco de la Armada partirán pronto para una nueva misión y en la Base de Rota se preparan con intensidad para estar a punto. “Hemos tenido 80-90 días de mar y muchas oportunidades de adiestramiento, estamos listos”, comentaba su comandante, el capitán de fragata Salvador Moreno Regil, que cuenta con entusiasmo y vocación cómo afrontarán su próximo despliegue: la operación Atalanta, contra la piratería en el Índico.

El comandante es un veterano en esta misión, será la quinta vez que acuda a la zona. No obstante, estuvo como jefe de operaciones de la fragata Canarias durante el secuestro del pesquero Alakrana, en 2009. También lo es la propia fragata Reina Sofía. En su CIC (Centro de información y combate) tienen expuestos un fusil AK47 recuerdo de intervención del 2012, cuando liberó a tripulantes secuestrados y detuvo a 16 piratas. “Es veterano pero no viejo”, aclaraba el comandante sobre su barco, “plenamente operativo para esta misión”, que bajo bandera de la Unión Europea tiene cuartel general en la Base de Rota y cuenta con España como país anfitrión, que más personal aporta, incluyendo un buque en zona y una patrulla marítima.

Desde el Centro de Información y Combate, desde donde realmente se dirige el barco, Moreno Regil cuenta que el buque ha pasado un examen de cinco semanas donde se han puesto en todo tipo de situaciones aplicadas a la operación Atalanta, “desde cuestiones logísticas, averías a defensa antiterrorista o asaltos a otro barco con los infantes de marina”. “Fallos de gobierno, heridos, impacto de misil a bordo, todo lo que se os ocurra imaginar lo hemos hecho con el mayor realismo que podemos hacer”, explica a los periodistas que han visitado el buque dentro una jornada informativa sobre la operación antipiratería de la Unión Europea. “Utilizaremos nuestras capacidades para un efecto de seguridad marítima y hemos aprobado en todas las áreas para nuestra certificación, estando un año entero disponible para lo que nos encomienden”.

La zona de operaciones de la Atalanta, en el Océano Índico, incluido el Golfo de Adén y el Mar Rojo, es una “zona muy sensible”, con distintas amenazas, sucursales de grupos terroristas, tráficos ilegales y la piratería, y Somalia un “país super complejo”. Por ello han “extremado las precauciones y nuestro adiestramiento”, y también se ha reforzado al buque.

Como ya partió la fragata Santa María, ahora desplegada y a la que relevarán en febrero, en la Reina Sofía se están montando los últimos sistemas, sobre las estaciones de armas Sentinel, contra todo tipo de vehículos no tripulados y misiles que están utilizando diferentes facciones presentes en el escenario. “Tipo soft kill, para que el aparato pierda el control y hard kill, para derribar con la última ametralladora de Escribano”, explicaba el jefe del barco, que partirá para esta misión con 180 miembros de su dotación además de 50 personas más de la unidad área embarcada, con un helicóptero SH60 Bravo, un dron Scan Eagle, un equipo especial sanitario con cirujano y anestesista y equipo de operaciones especiales, de la Fuerza de Guerra naval, “que multiplica nuestras capacidades de intervenir”. Allí también embarcarán uno o dos lingüistas para relacionarse con los pescadores de la zona, con los piratas llegado el caso y que se integran en el buque “formándose buenas amistades”.

Y es que crear un buen ambiente y una cómoda vida a bordo dentro de las posibilidades es algo esencial para el comandante, que recuerda que pasarán el 80% del despliegue en la mar, a tres turnos y durmiendo poco. “Puede sonar pedante pero son esenciales los valores que hay en la Armada de compañerismo y lealtad para el bienestar a bordo en cinco meses”, a los que ayudan, como no , la cocina, y también ahora el deporte y las nuevas tecnologías que permiten estar en contacto con la familia cuando se dan las circunstancias “y poder dar las buenas noches a los niños en casa”. La tripulación, que cuenta con un 25% de mujeres, por encima de la media en la Armada, está “motivada” con todo el trabajo hecho.

Cómo se afronta un caso de piratería

Una alerta de secuestro puede llegar hasta el barco de varias formas, "por una llamada, porque un helicóptero de patrulla nos avise, que lo haga Inteligencia,... ". Desde ese momento se activará el procedimiento, conectados con el OHQ de Rota, con Madrid, con Bruselas, con otras operaciones en la zona, con los países implicados en la bandera del buque, Somalia si está en sus aguas, ... y con varios equipo trabajando y empezando a tomar las distintas decisiones.

Para terminar asaltando un buque, siguiendo la misión, el mandato y el marco legal establecido para la operación; se tendrán que tener en cuenta distintos factores. El comandante de la operación Atalanta, el almirante Ignacio Villanueva Serrano, recuerda que desde la meteorología, el esado de la mar hasta "el riesgo para mis horas, las personas secuestradas y los propios piratas" se valoran, tras haber intentado que los piratas abandonen el barco circulando por la zona, advirtiendo con disparos al aire y haber obtenido todos los permisos en cada caso, con una labor diplomática importante.

Además, desde el OHQ de Rota se comprobarán todos los datos, con un listado de preguntas que se repite, y se intentará hablar con la tripulación para que se protegan en la ciudadela, la habitación protegida con la que cuentan los buques mercantes.

Desde el centro de operaciones del cuartel ubicado en la Base gaditana se sigue a través de un sistema todos los movimientos de los buques que pasan por la zona, y que se han registrado con Atalanta para poder se protegidos, teniendo una motorización del tráfico marítimo en tiempo real y con los barcos en mayor riesgo en color rojo, para tener un mayor control.