Rubén Pérez, secretario de Estado de Juventud: "Los niños no deberían asistir a un espectáculo taurino"

Para el responsable, una de las voces que inauguró en Cádiz las I Jornadas de Menores y Adolescencia, los retos de la época actual han de actuar como nexo entre generaciones

"Sabemos que una app de acceso al porno es poner puertas al campo: pero es que no hay absolutamente nada"

La Abogacía española lamenta el "lamentable debate público" sobre el reparto de menores

El secretario de Estado de Juventud e Infancia, Rubén Pérez, durante el encuentro celebrado en el Hotel Cádiz Bahía.
El secretario de Estado de Juventud e Infancia, Rubén Pérez, durante el encuentro celebrado en el Hotel Cádiz Bahía. / Miguel Gómez

–El primer pensamiento al reflexionar sobre juventud e infancia va hacia las quejas, milenarias, de las viejas generaciones hacia las nuevas. Un asunto que es tema de meme, incluso. ¿Cómo ve ahora esa brecha generacional?

–Es verdad que siempre es así, entre generaciones se establece siempre ese criterio. Yo es que suelo ser bastante crítico al respecto porque sí que creo que hay diálogo generacional en este país. La gran diferencia que quizá vemos –y a ello responde la creación de este ministerio, en un gesto que obviamente tiene una carga política muy importante– es la existencia de grandes retos que nos interpelan, no sólo desde la juventud, sino como sociedad. Temas como las nuevas tecnologías, o el futuro del planeta... Y son unos temas que unen, y ante los cuales los prejuicios entre generaciones se están rompiendo. Frente a la idea del nini, por ejemplo, los datos nos arrojan que los jóvenes que trabajan y estudian triplican y cuadriplican a los que no hacen nada. Una de las cosas que quiere procurar la Ley de Juventud estatal es romper con los tabúes y procurar la continuidad generacional. 

–También, el provocar el enfrentamiento entre generaciones puede ser algo interesado: el eterno divide y vencerás a la hora de atajar los verdaderos problemas...

–Desde luego, yo pienso que provocar el enfrentamiento intergeneracional es algo interesado, cuando precisamente escenarios como el entorno digital deberían fomentar ese diálogo. 

–Pero la asunción de lo digital quizá sea la falla más importante entre generaciones. ¿Qué cree que deberíamos conocer nosotros y qué cree que deberían conocer ellos?

–Son obvias las ventajas que nos han traído las tecnologías, con el ejemplo de los entornos rurales como una de las más inmediatas... Luego, los riesgos asociados con este nuevo espacio en muchas ocasiones atentan directamente, según vemos, con los derechos de la infancia y la juventud:a vivir una sexualidad sana, crecer sin violencia...

–En el tema de la actividad on line, ¿cuáles son las principales dificultades que plantean los delitos informáticos cuando hablamos de menores?

–Hemos desarrollado un Anteproyecto de Ley muy ambicioso sobre menores en el entorno digital, que queremos sea puntero dentro de las legislaciones europeas. Para elaborarlo, hemos contado con un comité de 50 expertos –entre ellos, las madres de las niñas que sufrieron deepfake por parte de sus compañeros en Almendralejo– y, en los próximos días, terminarán sus conclusiones y se presentará el plan. También tenemos en cuenta las advertencias y recomendaciones que ya han elaborado desde el Colegio de Pediatras, psicólogos y plataformas de padres. Todo ello, desde una lectura no criminalizadora y conscientes de que los entornos digitales vienen para quedarse. 

La reflexión sobre la exposición de menores ha influido en la retirada de 'Supernani' de la parrilla de RTVE"

–Uno piensa que ha de haber un término medio entre querer ser ludita y sucumbir al robot, pero lo cierto es que, en unos años, hemos visto un aumento exponencial de víctimas de ciberdelitos (según el último Informe de Criminalidad elaborado por Interior, en un 500% desde 2016). 

–Lo que pretendemos es tratar de evitar el alarmismo, pero que lo digital no sea una selva absoluta, y que los contenidos digitales también tengan en cuenta en su producción que hay un público menor de edad: eso lo queremos regular. Pensamos que es fundamental ampliar el concepto actual de competencias digitales: ir más allá del manejo, y saber qué es lo que se puede esperar referente a contenidos, qué supone compartir en redes, o denunciar determinado material... De hecho, que cada vez registremos un mayor número de delitos digitales quiere decir que se están produciendo muchas más denuncias: hay mayor consciencia. Pero claro:la arquitectura de competencias digitales la tenemos que tener todos. Entre las prioridades que tenemos al respecto, por ejemplo, está la rápida detección del delito como garantía de que la presencia no deseada en redes de ciertos mensajes o manipulaciones, por ejemplo, desaparezca lo antes posible. 

–De hecho, una reflexión común entre generaciones anteriores la suerte que tuvimos de que en nuestra adolescencia no hubiera móviles. Vemos como el acoso escolar escala sus efectos en el tiempo y el espacio.  

–El impacto es mucho mayor, ya que desaparece el factor refugio que antes, al menos, tenía el hogar. Esta reflexión acerca de la presencia y exposición de menores en el tiempo ha sido, por ejemplo, una de las que se ha considerado a la hora de retirar de RTVE un formato como Supernani: una vez emitido, sabes que pueden existir cortes de un chaval discutiendo con sus padres, con una imagen de sí poco favorable, durante años. 

–¿Cómo cree que evolucionará el tema de la exposición y el derecho a la imagen de los menores?

–Tenemos claro que es algo que tiene que regularse. En lo que llamamos ‘usuarios de especial influencia’ (influencers), creemos que el derecho del menor tiene que estar por encima de la exposición que puedan considerar los padres. Los menores son sujetos de derecho por sí mismos, y no es legítimo que sean expuestos y, aún menos, si generan contenido monetizable o publicitario. 

-¿La actividad de los niños influencers podría considerarse trabajo infantil?

–La ley permite excepciones muy puntuales al trabajo con menores (hablando de cuestiones como anuncios, series y demás), y queremos pasar una modificación aún más garantista al respecto. En cualquier caso, ahí sí existe un control: pero en el tema influencers se trata de niños que no son contratados, sino expuestos por los padres. Está claro que hay que dibujar pautas de actuación al respecto pero, como todo, lo primero que hay que hacer es recabar información y establecer los marcos. 

A los menores habría que sacarlos fuera del debate migratorio "

–Lo cierto es que, en los últimos años, también hemos visto una tendencia al alza entre los delitos relativos a la libertad e integridad sexual entre menores. El temprano acceso al porno se suele señalar como principal desencadenante. ¿Está de acuerdo? ¿Qué otros factores podrían influir?

–Está claro que es un debate social muy potente. Nosotros, a la hora de actuar, nos queremos apoyar siempre en estudios científicos o sociales. Y grupos de padres, colegios, pediatras y psicólogos nos aseguran que el acceso al porno es cada vez más temprano y, en muchas ocasiones, la única información al respecto que llega a los alumnos. Hay indicadores que hacen que un ministerio como el nuestro tenga ya sobre la mesa regulación de este tipo de contenido. Falta aprobar una ley para controlar la distribución a través de ciertas plataformas, y ya las hay que quieren colaborar, y otras que son un coladero absoluto. Queremos que esta ley se apruebe con el mayor consenso posible, algo que es muy difícil en política, pero creemos que el consenso del grupo parlamentario al respecto será muy grande. 

–Bueno, recuerdo el revuelo social que provocó el anuncio de una app de acceso a páginas porno... ¿hasta qué punto pueden ser efectivas estas medidas en una realidad de IA y morphing? ¿O con las redes sociales llenas de mensajes que hablan de ‘mujeres de valor’? Coloca en una posición muy complicada. 

–Una de las cosas que más hemos escuchado en cuanto se hizo público el tema de la aplicación es que era poner puertas al campo, porque las posibilidades de acceso y modulaciones son infinitas. Lo sabemos: el problema es que no existe absolutamente nada. Es verdad, por ejemplo, que la medida sólo cubriría la distribución o a las plataformas presentes en España, pero ya sirve para abrir una interlocución al respecto en el Parlamento Europeo para cuando otros quieran desarrollar una llave de acceso; o para que ciertos sectores busquen autorregularse, hagan públicos códigos de buenas prácticas, etc. Somos, desde luego, el primer país que legisla de forma tan precisa. 

–Así es, pero la sombra de las tijeras de la censura es alargada.

–Nuestro debate no entra en los contenidos –siempre y cuando se cumpla la legalidad, desde luego–, pero sí tenemos claro que determinados contenidos, como la pornografía, no deben ser accesibles a menores. Igual que la violencia contra los animales:por ejemplo, los niños no deberían asistir a un espectáculo taurino. Después pensamos qué son y demás, pero es ahí donde nos queremos colocar, con herramientas tanto de precaución como de denuncia y legislación.

–El otro lado de la cuestión está en el nivel de responsabilidad de los menores que cometen el delito. La pantalla o el avatar pueden hacerte creer impune.  

–Precisamente, la necesidad de la que hablaba hace meses el presidente Pedro Sánchez de luchar contra los bulos tiene que ver con todo esto:la impunidad que vemos en determinados sistemas se produce por una no identificación. Como vemos, es un debate social que excede la cuestión de los menores. En ese caso, lo que se produce es una vulneración clarísima de los derechos de la infancia y de la adolescencia. Vemos que determinadas plataformas no ponen esfuerzo en identificar si quien accede es o no menor de edad, y por eso luchamos por un mecanismo de validación de edad en redes.

La intervención de Rubén Pérez inauguró las primeras jornadas sobre protección legal de niños y adolescentes.
La intervención de Rubén Pérez inauguró las primeras jornadas sobre protección legal de niños y adolescentes. / Miguel Gómez

–Otro tipo de crímenes que ha aumentado son los relativos a los casos de violencia vicaria en los crímenes machistas. ¿Qué diferencias viviría un caso así al ser tratado como violencia doméstica?

–A este respecto, hemos desarrollado un grupo de trabajo con el Ministerio de Igualdad. Hace unos años, la discusión era simplemente si existía, y es indudable que existe, con unos ataques cada vez más directos. Para contrarrestarlo, la legislación sólo tenía unas recomendaciones que al final quedaban en manos de los jueces. Estamos en un fenómeno análogo a la violencia contra las mujeres. Ahí se da el caso, por ejemplo, de muchas madres que han tenido que dejar a sabiendas quince días con su maltratador a sus hijos durante las vacaciones.

–Este verano, la frontera sur canaria se ha declarado desbordada y sin recursos ante la llegada de menores no acompañados. Podemos llenarnos la boca hablando de integración pero, sin medios, son palabras al viento. 

–Llevamos desde 2022 trabajando en un sistema que ayude a las comunidades a ejercer sus competencias con los menores en situación de vulnerabilidad. Hay que tener en cuenta que, un fenómeno como la infancia que migra era residual o inexistente antes de 2015: desde entonces hasta ahora, se ha ido dando en números infinitamente más altos. Hemos de darnos cuenta de que han cambiado las condiciones migratorias, y que este fenómeno viene a poner el foco en el sistema de protección de menores y puntos de llegada: Canarias, Ceuta y Melilla y, ocasionalmente, puntos de la costa andaluza. Un menor que llega a una comunidad autónoma tiene que ser atendido por esa comunidad independientemente de su origen y condición administrativa. Hemos organizado un sistema de reparto voluntario, pero en julio se acordó que era insuficiente. Así que hemos estado trabajando con el gobierno canario, y hemos hecho una propuesta de modificación de la Ley de Extranjería para realizar un traslado ponderado, con los mismos criterios que teníamos. Y el PP, azuzado por Vox, decidió colocar un tema de acuerdo en la agenda política por la coincidencia con las europeas".

"Tenemos a 6.000 menores en Canarias y 500 en Ceuta, en un país de 47 millones de personas, severa despoblación rural y pirámide demográfica tocada. Yo creo que a los menores habría que sacarlos fuera del debate migratorio, teniendo en cuenta los derechos internacionales del niño. Y, a partir de ahí, volver a la senda del diálogo y realizar una reforma estructural del articulado, a ver si somos capaces de evitar convertirlo en una cuestión de agresión política".

La mejor medida de conciliación es la reducción de jornada laboral que ha propuesto Yolanda Díaz"

–La pobreza infantil suele ser uno de nuestros farolillos rojos en los listados europeos –según UNICEF, tenemos la tasa más alta de la UE–. Pero es un dato que no se puede aislar de circunstancias como que el salario español es un 20% inferior al del resto de la Unión Europea; o de la bestia negra que supone el precio de la vivienda. 

–Hay indicadores que dicen que incluso las mejoras laborales que se están dando quedan fosfatinadas por la cuestión de la vivienda. La pobreza ya no desaparece si alguien trabaja. Los costes de la vivienda hacen que parte de la población roce la pobreza alimentaria o energética. Para solucionarlo, necesitamos desarrollar una estrategia de país con todas las administraciones implicadas, además de la sociedad. Un plan de compromisos que ya tenemos desarrollado.

–Esta semana, los alumnos de Infantil y Primaria han comenzado el curso. La OCDE planteaba ampliar el horario escolar hasta la tarde para paliar, entre otras cosas, el abandono escolar. Pero la percepción es que estamos ante una medida de conciliación mal entendida

–Para nosotros, la mejor conciliación es la reducción de la jornada laboral que ha dibujado Yolanda Díaz. Además, plantear una mayor permanencia en los centros con el actual nivel de destrucción de empleo entre el profesorado no tiene razón de ser. La prioridad es que las mujeres no interrumpan o ralenticen su situación laboral por el cuidado o la escolarización del menor: y para ello, la reducción de jornada de ocho horas manteniendo el mismo salario se ha mostrado fundamental en países que han avanzado en natalidad. La reducción de la jornada laboral bien aplicada la entendemos como un debate conciliador. 

–En los últimos meses, también se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de bajar la edad mínima del voto a los 16 años. ¿No cree que podría tener consecuencias, por ejemplo, a la hora de buscar una traducción en responsabilidad penal?

–El debate sobre cuál es la edad de maduración ya existe en otros países. La lógica te dice que, si ya puedes trabajar a los 16 años, puedes también elegir el régimen político que consideres se adapte más a lo que consideres que es el mercado socioeconómico y laboral. Además, en un momento de duda sobre los valores democráticos y la construcción social, puede hacer partícipes a los más jóvenes. Ese es el marco en el que nos movemos por ahora. 

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