Las edades de Tati
Salir al cine
El arte cómico de Tati llega a Caixaforum en un pequeño ciclo que arranca este sábado con la inolvidable 'Las vacaciones del señor Hulot'. Nuevo cine japonés y canadiense en sendos festivales online. 'El padrino' regresa a las salas en su 50 aniversario.
Obra cumbre de la comedia moderna y quintaesencia del universo fílmico de Jacques Tati (1907-1982), Las vacaciones de M. Hulot (1953) regresa felizmente a Caixaforum Caixaforum(sábado 26, 16:30h.) como avanzadilla de un pequeño ciclo sobre el gran cineasta francés que incluye además la fundacional Día de fiesta (1949) (5 de marzo) y el filme de animación El ilusionista (2010, Sylvain Chomet) (26 de marzo), basado en un guion inédito de Tati escrito junto a Henri Marquet.
Decía Bazin que, “como todos los grandes cómicos, Tati, antes de hacernos reír, crea un universo. Todo un mundo se ordena a partir de su personaje, cristaliza como la solución sobresaturada alrededor de un grano de sal”. Como Keaton, Chaplin, los hermanos Marx o Jerry Lewis, Tati construye un universo con sus propias reglas de juego, deudor del lenguaje del cine mudo, del cuerpo como epicentro de la acción y la transformación, pero también un mundo sonoro trabajado en todos sus detalles y densidad expresiva, para someterlo a un pequeño terremoto, base para una poética del gesto que desestabiliza todo ámbito, toda geografía, todo paisaje, toda arquitectura, para convertirlos en un campo de batalla para la catarsis liberadora de las convenciones y el sentido del ridículo.
Nuestro protagonista, un tipo alto y desgarbado, camina de puntillas, echado hacia delante, con gorra y pantalones cortos, por el hotelito y las playas de Saint-Nazaire después de haber viajado por las carreteras con su ruidosa tartana sin emitir palabra, sigiloso y discreto, casi invisible, como si nada fuera con él. Ya desde la secuencia inicial en la estación, sabremos que la palabra no será nunca el dominio de Hulot. Una voz ininteligible anuncia los horarios y andenes de salida, pero nada entendemos. Mientras tanto, en su pequeño coche, Hulot conduce pisando el arcén, haciendo eses, llamando la atención sin que hayamos visto aun su figura.
“Hulot no tiene edad, no viene de ninguna parte, sale del tiempo” (Bazin), sus vacaciones son las de la infancia, las que se disfrutaron y permanecieron en la memoria, porque Hulot, como Tati, es siempre ese niño raro atrapado en un cuerpo adulto, un espíritu cándido y libre que no entiende ni quiere entender el mundo y sus convenciones.
Las palabras son banales e intrascendentes: acentos ridículos, noticias de la radio sobre conflictos lejanos. Tati se distancia de esa “incoherencia burguesa” y cuando compra el periódico no lo hace para leer las noticias, sino para hacerse un gorro de papel. El suyo, como el de los niños, es el mundo del ruido y la música, una música moderna, rítmica y luminosa que sólo parece agradarle a él y a la chica a la que intenta acercarse sin éxito.
Cada escena es una lección de puesta en escena, repetición, tempo y comicidad audio-visual: desde el intento de pintar la barca con un bote mecido por las olas al hilarante partido de tenis, de las entradas y salidas de los camareros y clientes del comedor a los fuegos artificiales que ponen fin a las vacaciones. Y pesar del festín cómico, estas vacaciones y el propio Hulot destilan una cierta melancolía sobre una arcadia perdida entre olas, la arena y las casetas de playa, también de una manera de entender el cine de la que Tati fue tal vez su último gran baluarte.
Cine japonés y canadiense: últimos avisos
El Japanese Film Festival Online está disponible en abierto hasta el próximo domingo 27: 18 películas de la última década de todos los géneros y para todos los públicos, de la comedia al drama, del documental al thriller, pasando por el anime (Paterna inverted, Time of Eve the movie), la edición de 2022 hace un hueco especial a la gastronomía, tema de títulos como The chef of South Polar, Mio’s cookbook, o The god of ramen, sobre Kazuo Yamagishi, fundador de Taishoken, el restaurante de ramen más popular de Tokio.
Ya en Filmin, a las tarifas habituales y hasta el 2 de marzo, pueden disfrutar de una selección del Festival de Cine Canadiense de Madrid, que este año transita entre Ontario, Québec o Beirut a través de títulos como All my punny sorrows, de Michael McGowan, Jeune Juliette, de Anne Émond, Souterrain, de Sophie Dupuis, Circle of Steel, de Gilliam McKercher, y la extraordinaria Memory Box, de los libaneses Joreige y Hadjithomas, que disfrutamos en la pasada edición del SEFF. El festival rinde homenaje al recientemente desaparecido Jean-Marc Vallée, de quien pueden verse CRAZY, Café de Flore y Dallas Buyers Club, y recupera del catálogo de Filmin títulos recientes de importantes autores canadienses como Egoyan (Invitado de honor), Côté (Antología de un pueblo fantasma) o Lesage (Génesis).
El reestreno de la semana: El padrino, 50 aniversario
Poco queda por decir a estas alturas de El Padrino, aupada década a década desde su estreno, hace justo 50 años, a lo más alto de las listas de las mejores películas de la Historia del cine. Para celebrar el cumpleaños, y como ocurriera el año pasado con su tercera parte, el filme de Coppola regresa a las salas en una nueva operación nostálgica de aquel New American Cinema que quiso reescribir las esencias del clasicismo y sus géneros en una nueva forma operística.
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