La pintura risueña de Juan Romero

l 'Si me paro no pinto, por eso no me paro'. Juan Romero. Galería Birimbao (Alcázares, 5). Hasta el 11 de enero.El artista sevillano presenta en la galería Birimbao 'Si me paro no pinto, por eso no me paro', una serie de obras basadas en armonías y explosiones cromáticas

Juan Romero, junto a una de sus obras en la galería Birimbao.
Juan Romero, junto a una de sus obras en la galería Birimbao.
Francisco Camero / Sevilla

07 de diciembre 2010 - 05:00

"Lo mío es muy simple. A mí lo que me gusta es pintar", dice Juan Romero, un artista ampliamente reconocido, cuya obra está representada en museos y colecciones de prestigio internacional, lo que no le impide hablar de su trabajo con una modestia fuera de lo común. "A los pintores en general no les gustan las palabras decorativo ni ornamental. Yo no niego que mi pintura sea decorativa. Si a una persona un cuadro mío le sugiere ciertas cosas, vale, muy bien, pero yo no pretendo ir más lejos. Mi sinceridad es que yo no pretendo ir más allá, pinto porque lo necesito, porque tengo la enfermedad de la pintura", dice Romero (Sevilla, 1932), que muestra hasta el 11 de enero en la galería Birimbao (Alcázares, 5) una serie de cuadros agrupados bajo el título Si me paro no pinto, por eso no me paro.

"Lo importante para mí es el color, la relación que se establece entre los diferentes colores, que se pueden llevar bien o mal", explica el artista, que observa una evolución en su pintura, aunque al mismo tiempo siempre tiende a pensar que está haciendo "el mismo cuadro". Motivos recurrentes en sus piezas -flores, pájaros, árboles casi siempre sin hojas, especios arquitectónicos- vuelven a encontrarse en esta exposición, que ofrece al visitante una auténtica explosión cromática en un conjunto de cuadros que en ocasiones, como él mismo admite, se acercan a la abstracción.

"Mi pintura es sensual, sí, completamente. Y tiene también una parte orientalista. Hay gente que dice que yo me lo paso muy bien pintando, que soy un hombre optimista... Yo soy como todo el mundo, pero cuando pinto busco las cosas alegres", afirma este artista con formación clásica (estudió Bellas Artes en Sevilla durante seis años y completó su formación en París) pero sobre todo "intuitivo" y en los últimos tiempos "evidentemente" inspirado en Gustav Klimt y en las manifestaciones del arte popular suramericano.

Juan Romero vive la pintura como un "divertimento" pero también como una "preocupación". "A veces vuelvo durante meses un cuadro contra la pared. Porque no lo veo, porque yo lo que quiero es encontrar una armonía", añade el artista, que en esta ocasión ha filtrado en sus obras experiencias cotidianas y viajeras, desde una fotografía vista en un periódico a unos pájaros copiados de una cerámica japonesa, pasando por uno de esos cálidos y exuberantes tapices que tanto le gustan.

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