El maestro Juan Martínez que estaba allí
Juan Martínez existió
Música
La soprano linense Elena Mejías Martín (Elena Greandia) se convertirá este viernes en la primera mujer en interpretar en un acto oficial el himno del Valencia Club de Fútbol, justo cuando se cumple un siglo del nacimiento de la entidad. La galardonada artista de La Línea participará junto al tenor Ignacio Giner y el barítono Jacobo Rios-Capape Carpi, ambos valencianos, en un acto organizado por la Tertulia Torino, fundadora del club, que se celebrará en el Paraninfo de la Universidad de Valencia y que se presume multitudinario.
La Tertulia Torino es un colectivo integrado por periodistas, políticos y representantes institucionales que tienen en común su militancia como valencianistas y que han elegido a la soprano linense por su dilatado y brillante palmarés. No será el primer himno que entone, ya que en su día hizo lo propio con el de la ciudad de Ginebra (Suiza).
Elena Greandia no es precisamente una linense cualquiera. Más bien es uno de los nombres ilustres que ha dado a luz la ciudad, porque además ejerce de linense allí donde va. Y va a muchos sitios. Su obra Aflamenclass, una propuesta artística que combina los estilos flamenco y lírico, ya ha sido vista por miles de personas de puntos tan distantes como Alemania, China, Francia, India, Irlanda, Portugal, Suiza, Estados Unidos y por supuesto en España. Sin ir más lejos el próximo día 31 actuará en la Sala Music Art de Barcelona y a mediados de mayo, en La Máquina de Valencia.
Esta obra, le valió para obtener en 2011 el primer premio en la modalidad de interpretación del II Concurso de Talentos Solidarios a beneficio de las Fundaciones Barraquer y SOS. Ya en 2016 el disco Afamenclass obtuvo el premio al mejor álbum latino, otorgado por la prestigiosa institución The Akademia, con sede central en Los Ángeles (Estados Unidos).
“Llevo casi veinte años fuera de La Línea, pero me he encontrado con linenses por todo el planeta”, explica Elena Greandia.
“La Línea, al ser una ciudad tan joven, es como una adolescente que aún tiene que crecer”, reflexiona. “La vida te hacer ver que las circunstancias más duras solo hacen que fortalecer a los seres humanos, por ello creo que los linenses somos como el roble, ya que a pesar del viento, la lluvia y el frío siempre estamos ahí, resistiendo”, agrega con una gran dosis de orgullo.
“El enclave tan singular que tiene La Línea hará que tarde o temprano se acabe convirtiendo en un lugar de interés turístico y cultural”, vaticina la soprano.
Las afirmaciones corresponden a alguien que ha acumula éxitos y reconocimientos que sólo pueden ser fruto del trabajo y la constancia. Con solo seis años la entonces futura artista debutó como bailarina principal de la obra Macama Jonda, de José Heredia Maya. A tan temprana edad, y dentro del modesto marco de una obra de fin de curso del desaparecido colegio Padre Manjón -del que por cierto guarda un inmejorable recuerdo- ya ponía de manifiesto su pasión por el flamenco y la fusión de músicas y culturas.
Con nueve años asistía a las sesiones de canciones espirituales flamencas que se celebraban en La Línea, su primer paso en la formación en el canto, que en el arranque tuvo mucho de autodidacta.
“Busca dónde encajar sus características artísticas, iniciando actividades en el mundo cinematográfico junto al cineasta Antoni Ribas, hasta que descubre a través de Falla, Turina y Granados su pasión por la Lírica, explica su biografía oficial. Perfecciona su voz en diversas escuelas de Canto, entre las que destacan el Conservatorio de Sofía (Bulgaria) y la Casa Verdi de Milán (Italia).
“Inicialmente se especializó en repertorio principalmente de canción lírica española y belcantista, para posteriormente hacerlo en el repertorio verista. Entre sus registros, cabe destacar: Arias de Bellini, Händel, Mozart, Puccini y Verdi”, añade.
La reputada periodista y escritora gallega Aida Soilán escribió sobre ella: “Allí quedé prendada de algo más que una voz, de la humildad que hace abrir el telón más importante para los grandes de verdad, la calidad humana” Después de eso, poco o nada se puede añadir.
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