Juan José Téllez: "La Línea puede unir aún más su recuerdo a Camarón"

El periodista repasa la vinculación del cantaor con la ciudad de La Chispa

Inaugurada la muestra por el 25 aniversario de su muerte

Juan José Téllez, ayer durante el Congreso Flamenco celebrado en La Línea. / Jorge Del Águila
José Manuel Serrano

30 de junio 2017 - 09:31

La línea/Fiel a sí mismo y a su proverbial cabeza periodística, un Juan José Téllez ameno y repleto de datos fue capaz, ayer en La Línea, de ofrecer una conferencia de más de una hora sobre la relación de Camarón de la Isla con esta ciudad sin un solo papel por delante. "No uso ni el PowerPoint, no quiero saber nada con los poderosos. Es parte de la rebelión juvenil que me queda", arrancó el ex director de Europa Sur.

La suya fue la segunda ponencia del I Congreso Antonio El Chaqueta, organizado por la Peña Flamenca Cultural Linense. La boda de Camarón con La Chispa y su ligazón con esta ciudad supuso la salida del cantaor de San Fernando de la estricta órbita de Antonio Sánchez Pecino, padre de Paco de Lucía. "José se hizo sedentario aquí, en esta ciudad fue capaz de formar una familia y dejar de ser andarríos", explicó el escritor algecireño sobre esta etapa. Lo entrevistó por primera vez en 1981.

Téllez demostró que disfrutó hasta límites insospechados su seguimiento informativo del genio de La Isla: "José llegó aquí en 1976, con la ciudad sumida en una fuerte crisis tras el cierre de la Verja en 1969". Poco después ya seguía su evolución.

"José fue un mito para muchos gitanos por esforzarse por salir de las drogas hasta lograrlo. Su ejemplo ayudó a muchos de ellos", subrayó ante un público embobado. El periodista recuerda que las entrevistas que le realizó reflejaban siempre sus ideas básicas: la influencia absolutamente reconocida de Antonio El Chaqueta y que el flamenco era la pureza pero sin inmovilidad y con creatividad.

Y además, el carácter instintivo de su cante aparte de su profundo afán de búsqueda en su parcela de aficionado. Juan José Téllez recordó, entre otros episodios, cómo Camarón inauguró la feria del libro de Algeciras de 1983 en una abarrotada Plaza Alta y de su vínculo religioso con el culto de la Iglesia de Filadelfia.

"Camarón de la Isla debe ser tenido también como Camarón de La Línea. Cuántos pueblos querrían vincularse a un genio así", se preguntó. Tras su palabra, los congresistas se encaminaron al museo municipal Cruz Herrera para la inauguración de la exposición Camarón vive, una iniciativa del Instituto Andaluz de Flamenco. La muestra llega en el 25 aniversario de la muerte del cantaor isleño. Y se quedará en La Línea hasta el 3 de agosto. "La Línea es un lugar de supervivientes y Camarón lo fue", cerró Téllez ante un público que lo despidió entre aplausos.

La segunda jornada de conferencias será hoy en el Palacio de Congresos a las 18:00 horas con Carmen Pinar Aguilar, secretaria general adjunta de Unesco España, que hablará sobre La universalidad del flamenco como patrimonio de la humanidad. A las 19:30 el estudioso del flamenco Juan Rondón Rodríguez, disertará sobre José Ruiz Arroyo, Corruco: voz de llanto y almadraba, con la presentación de José Antonio Zumelaga, directivo de la peña flamenca. A las 21:00 se inaugurará la Plaza José Ruiz-Corruco, antes denominada Plaza del Sol, en la barriada de la Atunara.

Soler: "Chaqueta es uno de los cantaores universales olvidados"

Ramón Soler aseguró en la primera ponencia del I Congreso Flamenco Antonio El Chaqueta que Camarón de la Isla, en los años 70, fue capaz de descubrir la capacidad y el virtuosismo más allá del cante que tenía el artista linense que da nombre a esta cita. El estudioso reivindicó con profusión la figura de Antonio Fernández de los Santos: "No es un cantaor comarcal sino universal, aunque luego fuese de los grandes olvidados". El Chaqueta era hijo de la jerezana Tomasa de los Santos y el malagueño José El Mono, geografías claves del cante grande. Escuchar a Soler es un placer porque, como buen matemático aparte de flamencólogo, mezcla el rigor con la investigación siempre de carácter profundos. Las fotos que mostró, tras ser presentado por Pedro Osuna, son verdaderas joyas. La ponencia siguió a la inauguración oficial conducida por Enrique Morales, presidente de la Peña Flamenca Cultural Linense. El Chaqueta aprendió los misterios de esta música en el seno de su casa cantaora. Luego, en Sevilla y sobre todo Madrid. En la capital de España conoce a Juanito Mojama y vive los ambientes de Villa Rosa, José Cepero, Bernardo de los Lobitos, Pepe el de la Matrona... Una universidad de madurez. A mediados de los 50 conoce a Adela Jiménez Vargas y se enamora. Con ella volverá a Andalucía, a Málaga. El Chaqueta dejó discos marcados por su gitanería, tremendo compás y conocimiento. Su vida fue por y para el flamenco. Y esos círculos vitales hicieron que José Monje Cruz, Camarón, como se ha dicho, llegase a conocerlo y escucharlo pese a que ya no estaba en plena forma dada su avanzada edad. Soler cerró su exposición con una muestra de cantes de un mito que ahora vuelve al recuerdo.

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