La egiptóloga Myriam Seco descubre los secretos de Tutmosis III en Luxor
Myriam Seco. Arqueóloga y egiptóloga
Desde el año 2008 la arqueóloga dirige el proyecto de escavación y restauración del templo funerario de Tutmosis III, además, trabaja en un proyecto subacuático en la ciudad de Tiro, Líbano
Myriam Seco es una arqueóloga sevillana y doctora en egiptología dirige un proyecto de excavación y restauración del templo funerario Tutmosis III en Luxor. El pasado miércoles expuso su trabajo en el acto de apertura de los Cursos de Verano de la UCA en San Roque.
-¿Qué despertó en usted el interés por la arqueología?
-Desde pequeña he querido ser arqueóloga, me encantaba la historia y me atraía el próximo oriente. Cuando entré en la universidad no sabía por qué especialidad me iba a decantar, pero lo que sí tenía claro era mi pasión por la arqueología y oriente medio.
-¿Por qué Egipto?
-En primero de carrera tuve como profesor de Egiptología a Francisco Presedo, que me inoculó el interés por la tierra de los faraones. Hice la carrera en la Universidad de Sevilla y decidí especializarme en Egiptología. Para formarme, durante tres años estuve investigando en Alemania como parte de la tesis doctoral. Volví a Sevilla y la presenté.
-¿Cuándo visitó por primera vez la tierra de los faraones?
-En 1995 cuando terminé los estudios. Para mí fue muy interesante porque después de tantos años encerrada en una biblioteca, leyendo sobre Egipto, te haces una idea en tu mente. Para mí fue muy interesante esa primera visita al Cairo porque rompió con todos mis esquemas. Mi idea era muy diferente de realidad actual en el país.
-¿Cómo logra que le abran las puertas a su propio proyecto ?
-Surge en el año 2008 que es cuando me dan la concesión del templo funerario de Tutmosis III, una colaboración entre el Servicio de Antigüedades de Egipto y la Academia de Bellas Artes de Sevilla. Cepsa fue la empresa que apoyó al proyecto y apostó por él.
-¿Quién financia las labores de exploración?
-Las campañas de 2008 y 2009 contaron con la financiación exclusiva de Cepsa y en 2010 sumamos la remuneración de la Fundación Botín que ha permitido alargar los meses de estudio. Si la campaña antes duraba un mes y medio, ahora podemos investigar durante tres meses.
-¿Qué beneficios suponen estas excavaciones a la arqueología española?
-Hemos empezado una colaboración con la Universidad de Granada y creado un Field School para hacer un intercambio entre alumnos de la UGR y trabajadores del proyecto de Tutmosis III. También colaboran profesores de la Universidad. Es una novedad porque ningún yacimiento arqueológico español había hecho esta cooperación educativa. Los estudiantes de Arqueología y Bellas Artes de Granada vienen al yacimiento a hacer las prácticas de los masters y, a la misma vez, profesores de la UGR van al yacimiento a dar clases a los inspectores de arqueología egipcios que luego pueden solicitar una beca para visitar Granada, financiado por Santander Universidades.
-¿Qué sorpresas encontró en el Templo tras 70 años en el olvido?
-Toda la información del templo estaba enterrada en la arena, cuando empezamos la campaña, nos encontramos una gran sorpresa, un almacén construido por los arqueólogos predecesores para guardar todas las piezas que hallaban, sumaban un total de 2.000 fragmentos que no habían sido estudiados.
-¿Qué trabajos ha dirigido desde su llegada al Templo?
En 2009 tratamos el material, el equipo se fue haciendo más grande poco a poco y empezamos con las excavaciones. Está rodeado de un muro de adobe que rodea todo el templo, una vez excavado se ha empezado su restauración y la del pilono. En el 2010 descubrimos que el templo estaba construido sobre una necrópolis. Hemos encontrado tumbas y el año pasado en la última campaña abrimos una que tenía la cámara funeraria sellada. Los sarcófagos pertenecen a una época anterior a la construcción del templo. También dirigimos un estudio epigráfico para poder remontar alguna de las paredes y construir un museo al aire libre donde exponer todo el material que encontremos.
-¿Las revueltas en Egipto de enero afectaron a las excavaciones?
-A mí no me afectó directamente porque trabajamos en otoño y la campaña arqueológica la terminamos en diciembre. Tampoco hubo robos en la zona de Luxor, que ha estado bastante tranquila si lo comparamos con la zona de El Cairo, Alejandría y Sinaí.
-¿En qué otros proyectos está inmersa?
-Tengo un proyecto de arqueología subacuática en Tiro, al sur del Líbano. Es un proyecto que empezó en 2006 financiado al principio por Cajasol, el Ministerio de Cultura y la Junta de Andalucía. Hasta ahora hemos hecho cuatro campañas arqueológicas, otra de documentación y esperamos que el proyecto lo podamos seguir en el futuro. Es un barco hundido a 34 metros de profundidad que llevaba un cargamento de estatuas de terracota del S.V a.C. Hemos recuperado del mar más de 300 estatuas que están en la ciudad de Tiro, algunas de ellas han sido restauradas y esperamos exponerlas en el museo de la ciudad.
-¿Y el futuro?
-Me quiero centrar en Tutmosis, hacer un museo al aire libre, excavar todo el templo, restaurarlo y ponerlo en valor, una labor durará entre 20 o 25 años. Mi objetivo con el proyecto en el Cairo y también, me gustaría planificar una inmersión subacuática en la arqueología de la costa andaluza, además de continuar con mis investigaciones en el Líbano.
-¿Cómo han ayudado las nuevas tecnologías en las excavaciones?
Mucho, ya que ahora todo el equipo es multidisciplinar, los topógrafos tienen unos medios que antes no existían y te dan unos resultados informáticos increíbles, con plantas en 3D, análisis de materiales que antes era imposible. También utilizamos prospecciones con radar, hemos hecho una y esperamos que la Universidad de Granada haga otra este año.
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