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La parroquia de Santa María la Coronada de San Roque acogió ayer la tradicional ofrenda floral en la tumba del literato y militar José Cadalso, muerto en el último sitio de Gibraltar el 28 de febrero de 1782.
Así, el alcalde de San Roque, Fernando Palma, junto a los miembros de la Corporación municipal, depositaron flores en la tumba del poeta y autor de sátiras, cuyo cuerpo se encuentra enterrado en la mencionada iglesia.
El autor de Noches lúgubres y Cartas marruecas -sus mejores obras- fue un ejemplo de hombre ilustrado y mostró preocupación por los problemas de su época y criticó a la sociedad a través de sus obras. Murió en 1782 en el asedio de Gibraltar.
Como cada año desde 1996 (año de su constitución), un representante de la Casa de Ceuta en el Campo de Gibraltar fue también uno de los encargados de depositar en la tumba un ramo de flores.
La vida de José Cadalso se conoce no ya únicamente a través de documentos y testimonios de sus contemporáneos, sino, de un modo más valioso, por la visión que él mismo ofrece en su Memoria de los acontecimientos más particulares de mi vida y de las cartas conservadas.
El escritor nació en Cádiz, el 8 de octubre de 1741. La familia procedía por línea paterna del señorío de Vizcaya. Fue, con Jovellanos, una de las figuras literarias más importantes del siglo XVIII, heredero del desengaño de Quevedo y Gracián. La historia amorosa de Cadalso, su activo patriotismo, su atrevimiento crítico frente a las instituciones hipócritas, lo hacen una figura imprescindible del prerromanticismo español. Cartas marruecas (1793) y Noches lúgubres (1798) aparecieron por entregas en el Correo de Madrid.
En 1777 el Cadalso militar progresó a comandante de escuadrón. Dos años más tarde participó en el asedio de Gibraltar (que duraría hasta 1783) y fue ascendido a coronel en 1781. Sin embargo murió tras recibir el impacto en la sien de un casco de metralla o granada. Tenía sólo cuarenta años y apenas hacía un mes que le había sido conferido el grado de coronel.
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