'Bartleby, el escribiente' y otros seis libros para iniciar el curso
'Bartleby el escribiente' se ha convertido en un clásico universal. Es precursor de los mundos de Kafka, de la literatura del absurdo y del existencialismo como nos lo subraya José Luis Borges
Se publicó en 1853 en dos partes en la revista Putnam's Magazine, en los números de noviembre y diciembre de 1853. En la actualidad es una narración más valorada que cuando se imprimió por primera vez
Algeciras/Tenemos de moda los libros grandes, muy grandes, con más de 500 páginas, libros difíciles de llevar a la playa, y mucho menos a la cama porque te puede caer de golpe sobre tu cabeza en una pequeña cabezada. Me gusta leer, me da igual las 50 páginas de Área 81 de Stephen King, o las 88 de El capote de Nikolai Gogol, también me lancé con las más de 1.500 de Los Miserables de Víctor Hugo, o las casi 1.200 de Guerra y Paz de León Tolstoi. Existen libros para todos los lugares, para todas las circunstancias y que dan respuestas a todas nuestras emociones y necesidades.
En esta primera recomendación del nuevo curso escolar, y poniendo nuevamente en marcha el club de lectura La Estantería, realizamos la sugerencia lectora de sie novelas cortas. Siete como los días de la semana, siete como el número del equilibrio, el que simboliza la totalidad y la perfección.
Son lecturas de casi una tarde, con una lectura rápida, o para leerse tranquilamente, paladeándola durante varios días. Son recomendadas directamente al profesorado de Lengua y Literatura de Secundaria, no para sus alumnos, sino para ellos y después puedan realizar actividades de creación literaria con el alumnado o como ejemplos para su trabajo diario.
Bartleby, el escribiente de Herman Melville. Quien nos cuenta la historia es el dueño de un bufete de Wall Street, hacia 1850. Hombre mayor con más de treinta años de experiencia, es un abogado trabajador, meticuloso, pero poco ambicioso, de los que no desea la fama dirigiéndose a jueces, jurado y público buscando el aplauso por sus exposiciones magistrales. El prefiere un negocio cómodo de prestamos hipotecarios y de títulos de propiedades de gente rica. Es lo que podíamos catalogar con un hombre sensato y prudente. Pero la tranquilidad de su empresa se rompe con la contratación de Bartleby, el nuevo escribiente. La rutina y tranquilidad de esta pequeña sociedad se rompe con el nuevo escribiente. Tiene una cara violentamente serena y una mirada grisácea pero tranquila. Le transmite a su jefe repulsión, pero a la vez lástima, por ello no se atreve a despedirlo. Es un trabajador apático, que como respuesta a las peticiones de tarea siempre lo hace con la siguiente frase: “preferiría no hacerlo” (I would prefer not to, en el original inglés).
Algunos de mis colegas profesionales indicarían que tienen más de un alumno con las mismas características que Bartleby: pasan de todo, están ocupando un espacio, pero en realidad no se nota su presencia. También debe preguntarse por el liderazgo en la oficina ¿y el suyo en la clase con esos alumnos?
Además del jefe y de Bartleby, en la oficina trabaja Turkey, señor mayor, productivo por las mañanas, pero alcohólico refunfuñón y descuidado por las tardes; el joven y ambicioso Nippers, que se complementa magníficamente con Turkey; y Ginger Nut, con solo 12 años, que es el chaval de los recados.
De Bartleby, el escribiente de Herman Melville tenemos en nuestras librerías distintas ediciones, con tapas duras, ediciones de bolsillos, ediciones especiales con bellas ilustraciones y acompañadas por magnificas traducciones, prólogos y estudios sobre el autor y la obra: Editorial Alma con 98 páginas, traducción de Enrique de Hériz e ilustraciones de Iban Barrenetxea; Editorial Navona con 112 páginas y traducción de Enrique de Hériz y prólogo de Juan Gabriel Vázquez, en él nos recuerda: “Melville fue uno de los primeros en explorar las nuevas realidades laborales de un mundo en brutal transformación; uno de los primeros, digo, en percatarse de las delicadas tragedias que vivían debajo de la pátina de respetabilidad de aquel mundo urbano”; Austral Editorial con 80 páginas con traducción y edición de Eulalia Piñero; Ediciones Akal con 104 páginas con prólogo, traducción y estudio preliminar de Eduardo Chamorro, también cuenta con “Un retrato de Herman Melville” escrito por su nieta Eleanor Melville Metcalf; Editorial Verbum con 62 páginas; Editorial Penguin Books con 109 páginas, Edición conmemorativa del bicentenario del nacimiento de Melville con introducción de Enrique Vila-Matas y traducción de María José Chuliá; Ediciones la Isla de los Siltola con 132 páginas, traducción de José Luis Piquero y Correcciones de Rodrigo Verano; Editorial La Marca con 104 páginas y traducción de José Luis Borges, e ilustraciones de Luis Scafati, entre otras.
Mi preferida es la Edición de Nórdica con Ilustraciones de Javier Zabala y traducción de Mª José Chuliá García, tapas en cartoné, tamaño 13x19, papel de gran calidad, con 118 páginas. Tiempo de lectura unas dos horas.
Bartleby, el escribiente se publicó en 1853 en dos partes en la revista Putnam's Magazine, en los números de noviembre y diciembre de 1853. En la actualidad es una narración más valorada que cuando se imprimió por primera vez. Es un relato precursor del existencialismo y de la literatura del absurdo. Es un sencillo mosaico de la vida en Nueva York a mediados del siglo XIX, con personajes entrañables e hilarantes como el fogoso Turkey o el siniestro Nippers. Es una metáfora de la derrota y la soledad, dentro de un mundo enemigo de las personas sencillas. En la oficina tenemos en paralelo dos actitudes muy diferentes: la obediencia y la resistencia pasiva.
Este libro ha tenido gran influencia en la escritura moderna en general y directamente en distintos escritores: para Albert Camus es una de sus principales referencias; Borges lo plantea dentro de los temas kafkianos; y entre nuestros autores Vila-Matas acuñó el término Bartleby como referencia a los escritores que renunciaron a seguir escribiendo. Bartleby el escribiente se ha convertido en un clásico universal. Es precursor de los mundos de Kafka, de la literatura del absurdo y del existencialismo como nos lo subraya José Luis Borges: “Bartleby prefigura a Franz Kafka. Su desconcertante Protagonista es un hombre oscuro que se niega tenazmente a la acción. El autor no lo explica, pero nuestra imaginación lo acepta inmediatamente y no sin mucha lástima. En realidad, son dos los protagonistas; el obstinado Bartleby y el narrador que se resigna a su terquedad y acaba por encariñarse con él”
Es un libro ideal para trabajar la complejidad del ser humano, la responsabilidad, la ética y la integridad, tanto la profesional como la personal. ¿Cómo resolver esta situación caótica? ¿Qué respuesta se debe dar al que rompe los principios, el acuerdo laboral o las normas del aula? ¿Por qué nos puede desarmar Bartleby?
Al inicio indicábamos que está página de La Estantería tendría siete libros cortos recomendados para el profesorado de Lengua. Aquí tenemos los siguientes:
Sumchi de Amos Oz, Ilustraciones de Quint Bucholz, traducción de Miguel Martinez – Lage. 88 páginas. El marco histórico es Jerusalén bajo el mandato británico y tras la segunda guerra mundial. Sumchi es un niño de unos once años, que tiene una gran imaginación y montado en su bicicleta emprende un largo viaje. Pero todo se complica. La lectura de este libro nos enseña que la ilusión es el mejor medio de transporte. Para el profesorado que desea que su alumnado emprenda grandes aventuras. Tiempo de lectura una hora y 35 minutos.
Algún amor que no mate de Dulce Chacón, 140 páginas. El argumento es la mujer maltratada. La protagonista, Prudencia, se casó enamorada y feliz pero el tiempo a deteriorado la relación. Para sobrevivir va confinando su identidad convirtiéndose en un ser sometido y obediente. Es un texto conmovedor y terrible a la vez. Para el profesorado que detesta comportamientos de maltratos o de anulación de uno de los miembros de la pareja. Tiempo de lectura una hora y 45 minutos.
El contrabajo de Patrick Süskind, traducción de Pilar Giralt Gorina, 92 páginas. No es una novela corta, en realidad es un monólogo escrito para interpretarse teatralmente. El protagonista es un músico que vive en una habitación acondicionada para que nada del mundo exterior lo distraiga de su gran pasión que es la música, el contrabajo. ¿Pero en realidad él quiso ser músico? ¿tocar el contrabajo? “El contrabajo es el instrumento más monstruoso y rechoncho y menos elegante que se ha inventado jamás. Un sátiro de instrumento.” El instrumento es su vida y su soledad, porque a la vez lo aísla del mundo. En su lectura encontramos humor y drama en paralelo. Para que navegue por la historia de la música y para demostrar que a veces son nuestras aficiones las que nos dominan y nos aíslan, aunque creamos que nos dan vida. Tiempo de lectura una hora y 10 minutos.
Un viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda, 155 páginas. Historia ambientada en El Idilio, aldea que se encuentra en la selva amazónica. Realismo mágico donde viajamos con Antonio José Bolívar. Él roto de dolor por la muerte de su mujer ya no es un “civilizado hombre blanco”, pero tampoco se convierte en un indio Shuar (Jíbaro). La naturaleza y los libros de amor llenan estas páginas de dulzura. Con este libro podemos trabajar el respeto a la naturaleza, y que la riqueza son otras cosas distintas a la cuenta bancaria. Tiempo de lectura tres horas y 30 minutos.
Nueva guía del Museo del Prado de José Ovejero, 72 páginas. Poemario. ¿Una imagen vale más que mil palabras? En este poemario de José Ovejero nada contra corriente y por aguas muy bravas. Son 25 poemas dedicados a 25 cuadros del Museo del Prado, entre ellos: “Adán y Eva” de Tiziano, “El juicio de Paris” de Rubens, “Saturno devorando a un hijo” el de Goya y el de Rubens, o “El jardín de las delicias” de El Bosco. Emociones, recuerdos y sentimientos dan forma a sus palabras. Este libro nos puede orientar para poner en uso este modelo en clase, describir una obra de arte a través de un poema. Tiempo de lectura 45 minutos.
El Coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez, 92 páginas. El protagonista es un viejo coronel que está en la total ruina, vive con su esposa, con un gallo de pelea y con el recuerdo de su hijo muerto, asesinado. La crudeza de la vida diaria a la que están condenados nos llega en frases muy directas: “Los hombres no se dan cuenta de los problemas de la casa. Varias veces he puesto a hervir piedras para que los vecinos no sepan que tenemos muchos días de no poner la olla”. El sonido está muy presente con los mensajes de campanas para anunciar la censura de las películas o el toque de queda de todas las noches recordándonos que estamos dentro de un marco dictatorial. El coronel espera la llegada de una carta, pero ya son más de quince años sin recibir respuesta a su jubilación por la participación en la guerra civil. Este relato corto nos viene muy bien para cuando el alumnado dice que no tiene nada que ponerse. Tiempo de lectura dos horas y 15 minutos.
Y ¿por qué estos pequeños libros? Un libro no es grande por el número de páginas:
De Herman Melville podríamos recomendar sin duda Moby Dick, un clásico universal de la literatura; de Amos Oz Una historia de amor y de oscuridad con más de 700 páginas; de Dulce Chacón La voz dormida que sobrepasa las 400 páginas y es una gran obra aclamada por la crítica; de Patrick Süskind su gran éxito El Perfume”con 320 páginas; Luis Sepúlveda tiene una creación literaria grande, pero con volúmenes de pocas páginas como Historia de un perro llamado Leal, de José Ovejero Los ángeles feroces con más de 400 páginas; y de Gabriel García Márquez la espléndida Cien años de Soledad que también está sobre las 400 páginas. Pero para empezar el curso nuestra recomendación es de “pequeños grandes” libros. Lecturas muy distintas: narrativa, teatro y poesía, para todos los paladares literarios.
Los pequeños lectores recomiendan: Alicia Paz Montes, alumna de 2º de bachillerato es quien nos presenta estos libros: “He tenido en mis manos muchos libros para poder elegir estos sietes. Podría haber elegidos a otros, pero no podía descartar ninguno de ellos. El placer de leer también se enseña con el ejemplo. Me gustaría ver a mi profesora de Lengua con alguno de estos libros.”
Actividades con su lectura: Planteamos actividades para cada uno de estos libros junto a su presentación, damos algunas recomendaciones para su alumnado, pero para este inicio de curso deseamos animar al profesorado de Lengua, de Literatura, que lleven a clase un libro en la mano, que su alumnado comprueben que ser profesor de esta asignatura es porque les gusta leer, que cuando lleguen a clase lo primero que hagan es indicar el libro que tienen entre manos. La lectura se contagia con libros en las manos.
Autoría:
Herman Melville, Nueva York, Estados Unidos. Es uno de los grandes narradores en lengua inglesa del siglo XIX. Tuvo diferentes trabajos, incluso en un barco ballenero en el que permaneció más de un año. Desertó del mismo en las Islas Marquesas, donde permaneció con los indígenas. Esta experiencia personal fue en la que se basó para escribir su novela Moby-Dick, en la que ya se aprecia el talento de quien habría de convertirse en uno de los autores más consagrados de la literatura moderna. Otras obras suyas son: Billy Budd, marinero, haqueta Blanca, Taipi y Benito Cereno.
Ficha literaria
Bartleby, el escribiente, de Herrman Melville.
lustraciones de Javier Zabala.
Traducción María José Chuliá García.
Editorial: Nórdica Libros. Madrid.
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