‘El monstruo y la bibliotecaria’: ¿Quedarse en la biblioteca o irse a la Antártida?

La Estantería

Un monstruo tranquilo y caluroso enseña en este volumen a los más pequeños las bondades de las bibliotecas

Ilustración de ‘El monstruo y la bibliotecaria’
Ilustración de ‘El monstruo y la bibliotecaria’
José Ramón Mata

19 de junio 2021 - 05:21

El mundo está lleno de monstruos: de ciudad, de montaña, de campo, de mar, sociales o solitarios. Nuestro protagonista es un monstruo de ciudad pequeña, de Albacete. Es un monstruo tranquilo, como Albacete. Es un monstruo sin nombre, inofensivo y muy caluroso, por eso le gusta tanto Albacete, por las bajas temperaturas de invierno. Le encanta pasear desnudo los inviernos y sentarse en un banco helado como un témpano de hielo. Pero en verano Albacete es insoportable, tendrá que mudarse a la Antártida.

Sin embargo, nuestro monstruo termina en una biblioteca regida por una bibliotecaria joven, simpática, inteligente, guapa, amable y cariñosa, “como todas las bibliotecarias”. Ella tiene una paciencia infinita, le encantan los niños, y con su voz suave capta la atención de toda la chiquillería para leerle multitud de cuentos. La inocencia está en primer plano durante toda la trama.

En esta biblioteca nuestro monstruo tiene el escondite perfecto, dentro del aparato de aire acondicionado. La biblioteca es un lugar maravilloso donde las horas pasan volando con la lectura de tantas historias.

Este libro nos descubre las bibliotecas como lugares mágicos, el placer por contar historias y por supuesto por escucharlas. La tristeza e inseguridad de nuestro protagonista desaparecen con la lectura.

Es una divertida historia de atracones de lecturas por parte de un buen monstruo que al final decide que es preferible quedarse en Albacete y no marcharse en busca de un Iceberg. Aunque la solapa del libro lo recomienda a partir de 8 años, lo recomiendo a partir de los 6 años. Lectura bien encadenada, amena, fácil de seguir y del gusto de los pequeños lectores.

El madrileño Alfredo Gómez Cerdá escribe desde su infancia. Sus dos primeros libros fueron El árbol solitario y Las palabras mágicas, con el que quedó como finalista del premio el Barco de Vapor. Es un magnífico inicio desde el que no ha parado. En la actualidad tiene publicados más de ciento cincuenta libros, en su mayoría para el público infantil y juvenil. Ha obtenido múltiples premios: Altea, accésit premio Lazarillo, premio El Barco de Vapor, premio Assitej-España (Teatro), premio Gran Angular, premio White Raven (en cuatro ocasiones), premio Ala Delta, premio Cervantes Chico, premio Hache y premio Anaya, entre otros.

Tan divertido como el texto son las ilustraciones de Carmen Queralt, que ha trabajado como ilustradora freelance para diferentes editoriales. Entre sus trabajos destacan El mundo al que vienes, Mari Paz, sus amigos y una fábrica de higos, De boca en boca y río porque me toca o La niebla del escondite.

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