La estrella es el pingüino, la revelación es un nuevo Jean Reno
Mi amigo el pingüino | Crítica
La ficha
*** 'Mi amigo el pingüino'. Drama. 2024. Estados Unidos. 98 min. Dirección: David Schurmann. Guion: Kristen Lazarian, Paulina Lagudi. Música: Fernando Velázquez. Fotografía: Anthony Dod Mantle. Intérpretes: Jean Reno, Adriana Barraza, Rocío Hernández, Nicolás Francella, Alexia Moyano.
Un caso verdaderamente singular es el del aventurero, documentalista y director brasileño David Schurmann. Los Schurmann se hicieron famosos en 1984 por ser la primera familia brasileña y latinoamericana -al completo: los padres y sus tres hijos de 7, 10 y 15 años- que dio la vuelta al mundo en un pequeño velero. La pasión aventurera no les ha abandonado: en 1997 hicieron durante 30 meses la ruta de Magallanes, grabándola y emitiéndola con el récord de lograr millones de espectadores y en 2021 iniciaron una travesía de dos años bajo el lema La Voz de los Océanos, apoyada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, como parte de la campaña Mares Limpios.
David ha explotado esta vena aventurera y medioambientalista familiar en su documental El mundo en dos vueltas (2007), sobre la expedición magallanesca, para pasarse después a la ficción de terror con Desaparecidos (2011), hecha siguiendo el modelo de El proyecto de la Bruja de Blair, y fundir realidad familiar, aventura marítima y ficción en Pequeño secreto, inspirada en la vida de su hermana adoptiva.
Ahora sigue en la línea de fundir realidad y ficción con la historia de la amistad entre un pescador brasileño y el pingüino que rescató moribundo y cubierto de petróleo, que obtuvo gran difusión a través de las redes. Porque, y esto es lo excepcional, cuando recuperó su libertad el pingüino visitó cada año al pescador alterando su ruta migratoria. Tan singular historia acaparó millones de espectadores, además del interés científico de zoólogos. Y, lógicamente, interesó a Hollywood.
Es la producción más ambiciosa de Schurmann, una coproducción brasileña y estadounidense con Jean Reno al frente del reparto. Y es también su película más lograda. Porque sorteando escollos ternuristas el director ha logrado darle un tono de auténtica emoción y convertirla en un convincente alegato en favor de la naturaleza y contra los daños medioambientales. Rodada con eficacia y sobriedad, con gracia y ternura, halla su punto más fuerte en la interpretación tan excelente como sorprendente de un Jean Reno (aunque la estrella es el pingüino) al que descubrimos una vulnerabilidad y ternura insospechadas. La actriz brasileña Adriana Barraza le da una réplica perfecta por su sentido del humor y delicadeza. Una muy digna, divertida y emocionante comedia familiar de la vida real.
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