Tribuna abierta
Joyas de papel: La colección Antonio Viñas de Roa
La Sociedad del Cante Grande de Algeciras se despierta cada mañana con las mismas ganas del primer día por apoyar y defender sin armadura el flamenco puro, el que va por derecho, con respeto. Nació en 1970, un frío diciembre, y ha ido creciendo a pequeños tientos. A sus 42 años puede sentirse orgullosa de cuanto ha hecho por Algeciras, por la música y por el género. Y justo ahora, pasados los cuarenta, no le tiemblan las piernas y si sufre achaques son los de la edad pero el espíritu sigue intacto, encuentre las ayudas o no, le tiendan la mano o no. El sentido de los pasos los marca el flamenco, y ese es el único ritmo que da cuerda a sus corazones.
En estos años por la peña han pasado varios presidentes, desde Antonio Rubio que fue el primero y el de honor, a Evaristo Heredia, Paco Mena, Andrés Barea, Francisco Martín Hurtado y el actual José Vargas. A éste último le ha tocado capear uno de los peores temporales. El comienzo de la peña fue extraordinario, causó sensación llegando a tener hasta 500 socios. "Ahora estamos viviendo la peor etapa económica de nuestra historia, pero es cuando más valor le estamos echando", asiente Vargas. Llevan tres años autofinanciándose y suman 70 socios, reconoce que si llegaran al centenar podrían estar más tranquilos, pero aún así mantienen su actuación cada mes.
Su presidente subraya con orgullo que la peña es probablemente, dentro del flamenco, la quinta o sexta más antigua de España y cuenta con un prestigio enorme por su entereza a la hora de proteger el cante puro. Por ella han pasado los mejores artistas de la historia: Antonio Mairena, Paquera de Jerez, Terremoto, Manuel Agujetas, Fernando y Bernarda, Paco de Lucía o Camarón. "Lo mejor de lo mejor, y siguen considerándonos gente muy importante del mundo del flamenco", de ahí que cuenten con gente de la peña para ser jurado de concursos a nivel nacional.
Y si hay que destacar y agradecer algo a la Sociedad del Cante Grande sin duda alguna fue la organización e impulso en 2001 del 29 Congreso Internacional de Arte Flamenco, celebrado en Algeciras. Cada año se ubica en una ciudad, desde Jerez a Barcelona pasando incluso por Francia en una ocasión. El trabajo de Luis Soler y el propio Vargas junto a la concejalía de Cultura fue fundamental. "He llegado a escuchar a políticos que después de la Conferencia Internacional de 1906 de Algeciras ha sido el acto más importante que ha tenido la ciudad en su historia", reconoce el presidente.
La figura del propio Paco de Lucía como algecireño y el considerarse esta zona la segunda tierra de Camarón, también ha ayudado a la peña. "Nos han llegado a considerar un poco como un santuario, como que el que no sabía de cante no podía entrar, y eso es una mentira grande. Se puede cantar por bulerías pero con honestidad y respeto porque estamos en una línea seria de que el flamenco sea respetado, como se hace en Japón, París o Nueva York mucho más que aquí".
Que se haya nombrado al flamenco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad no ha traído a las peñas ningún beneficio económico, aunque Vargas matiza que tampoco debe ser así, "la cultura no da dinero, pero lamentablemente el flamenco está a falto porque hay mucha gente que vive de esto". No duda en criticar que la Junta de Andalucía destine un presupuesto anual para este campo y que la mayor parte se la lleven 5 ó 6 artistas y el resto se lo queden un gran número profesionales que lo hacen muy bien y sí necesitan llevar dinero a casa.
Ayuda han encontrado en los últimos años en la subdelegación del Gobierno en la comarca, en la Autoridad Portuaria y en el Ayuntamiento de Algeciras, aunque la situación actual dista mucho de la vivida, "hace falta porque aquí no hay fines de lucro ni nadie tiene sueldo". Vargas destaca que la administración local les ha aportado mucho en los últimos años, sin embargo "ahora por las circunstancias conocidas no pueden, pero seguimos estando muy agradecidos".
Derivada de esta falta de ayuda se ha estancado desde noviembre la celebración de la XX edición de la Palma de Plata. El Ayuntamiento les da 2.500 euros aunque el evento suele suponer casi el triple, de modo que también echándole ingenio porque entienden la situación económica buscan apoyo en el sector privado. Aunque aún no está concretada esta edición es prácticamente un hecho. La Palma se ha concedido a personalidades del flamenco como Antonio Mairena o El Lebrijano. Desde hace 15 años la sede de la peña se sitúa en la avenida La Cañá de La Bajadilla y el mantenimiento y decoración corre a cargo de los socios. Una vez al mes organizan una cita musical, y dada la situación de austeridad cada vez traen a artistas que cuesten menos, pero también sienten que así dan la oportunidad a la gente joven.
Hablar de Antonio Rubio, recientemente fallecido, son palabras mayores. Fundó la peña e hizo mucho por el flamenco en Algeciras, especialmente enseñando. Ese vacío se ha quedado. Y si se pregunta por algecireños que despunten actualmente destaca nombres como Salvi Casas, Eva Nápoles, María Montilla y Fran de Algeciras; con más veteranía Antonio Carrasco, Noelia Sabarea y Mercedes Alcalá; además de José de Canela, bastante conocido.
En la realidad de la Sociedad del Cante Grande, aunque el viento no sople a favor, Vargas lo tiene claro: "no nos van a aburrir, vamos a seguir adelante", además cuentan con gente joven en la directiva con ganas y conocimiento que darán larga vida al flamenco.
1. Acto organizado en la sede de la Sociedad del Cante Grande. 2. La entrega de la Palma de Plata a Antonio Mairena. 3. Imagen del 29 Congreso de Arte Flamenco en Algeciras. 4. Actuación de cante en la sede. Fotos: Europa Sur
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