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El museo Frick expone sus obras maestras

La institución ha sacado del salón del millonario pinturas de Bellini, Tiziano, Holbein y El Greco

'San Jerónimo', de El Greco.
Elena Moreno (Efe) / Nueva York

19 de agosto 2008 - 05:00

Seis pinturas de Bellini, Tiziano, Holbein y El Greco, consideradas entre las obras maestras de esos artistas, se pueden ver actualmente, hasta el próximo día 28, en el museo Frick de Nueva York.

Se trata de seis pinturas que forman parte de los fondos de la prestigiosa institución neoyorquina y que desde 1915 estaban colgadas en las paredes del salón de la mansión de Henry Clay Frick sin que desde entonces se hubieran expuesto al público, a excepción del San Jerónimo, de El Greco. De hecho, la disposición de este salón se ha modificado muy poco desde que Henry Frick se trasladara a la mansión hace noventa y tres años.

Durante sólo dos semanas, y mientras se hacen unas reformas, esas seis obras maestras se colocarán en la sala oval, un lugar privilegiado del museo Frick, para que puedan ser vistas por el público. Se espera que la muestra atraiga a un buen número de visitantes.

Entre las obras que se pueden contemplar temporalmente destaca la enigmática San Francisco en el Desierto, de Giovanni Bellini (1430-1516), situada en la pared central de la sala. Esta pintura se considera la obra renacentista más valiosa que existe en Estados Unidos y una de las más misteriosas, porque los expertos no aciertan a ponerse de acuerdo sobre su interpretación. La obra representa a san Francisco paralizado mientras recibe el estigma, un tema muy habitual en el arte medieval. Sin embargo, la pintura de Bellini ha sido cuestionada por varias razones, entre ellas que carece de algunos elementos tradicionales a la hora de representar este momento de la vida del santo. Otros expertos describen el cuadro como la imagen del éxtasis de san Francisco o como el himno del santo al Sol.

En esta exposición también están seleccionadas dos obras de Tiziano (1477/1490-1576), quien fue discípulo de Bellini, y su sucesor como pintor de la República de Venecia. Estas dos obras son Retrato de hombre con capa roja, pintado hacia 1516, que corresponde a un joven caballero cuya luminosidad contrasta con otro retrato del mismo artista, Pietro Aretino, realizado hacia 1548, una imagen de ojos adormilados del autor de numerosas vidas de santos e inventor de la literatura pornográfica moderna. Retrato de un hombre con capa roja se ha considerado siempre como una de sus primera obras, en la que destaca el aspecto contemplativo del protagonista y el delicado juego de luces que hace que la pintura recuerde a su contemporáneo veneciano Giorgione.

Frente a ellas, el museo Frick ha colocado una obra de El Greco (1541-1614), titulada San Jerónimo, y que de las seis es la única que ha sido vista por los neoyorquinos. Fue hace siete años, cuando la institución organizó una exposición dedicada al artista del Renacimiento español, cuyo verdadero nombre era Doménicos Theotokópoulos.

Se trata de una pintura que forma parte de las varias versiones de ese santo realizadas por El Greco, y la única que lleva su firma, indicó el museo. Esa obra, colgada durante años sobre la chimenea del salón de la mansión Frick en Nueva York, refleja a un san Jerónimo vestido con ropa de color naranja brillante y en la que destaca la mirada penetrante del personaje, que posa su mano sobre una Biblia, probablemente en una versión traducida al griego. Además, los labios entreabiertos parecen indicar que está recitando los versos bíblicos que señala con su mano derecha.

El multimillonario industrial Henry Frick (1849-1919), un gran amante de la obra de El Greco e introductor de ese artista en EEUU, adquirió esa pintura en 1905, reuniendo en su colección privada buena parte de la obra artística del pintor español, en la que también se incluyen la Purificación del templo y el retrato de Vincenzo Anastagi.

Bajo el título de Cara a cara: retratos de dos grandes adversarios, el museo ha colocado los retratos que Hans Holbein el Joven (1497-1543) realizó de dos enemigos irreconciliables como fueron Thomas More, en 1527, y Thomas Cromwell, hacia 1532-1533. Desde 1915, recordó la institución, los retratos de los dos hombres -que se enfrentaron en el surgimiento de la Iglesia Anglicana bajo el reinado de Enrique VIII y que tuvieron finales similares, condenados a muerte por traición- han estado colocados uno frente a otro, cruzándose las miradas. Los tonos fríos y el fondo simple del retrato de Cromwell son típicos del estilo de Holbein en su segunda etapa inglesa. Aunque durante algún tiempo se pensó que esta pintura era una réplica de un original perdido, hoy está aceptada como una obra auténtica del artista.

Los trabajos en el salón de la mansión Frick han sido cuidadosamente estudiados. "Algunas de nuestras mejores obras están en esa habitación y queremos mantener la alta calidad de esta disposición, así que vamos a embarcarnos en unas reformas breves pero muy necesarias en esta galería", señala la directora del museo. El conservador Joseph Godla supervisará el proyecto, que implica el tratamiento de las cubiertas de las paredes de madera, cuyo diseño está inspirado en motivos de comienzos del siglo XVIII, la mejora del suelo y la sustitución de la alfombra actual por una réplica exacta, entre otras intervenciones.

"Mientras tanto, estamos encantados de tener la oportunidad de examinar, volver a fotografiar y alterar temporalmente la ubicación de estos fantásticos tesoros", dice Poulet.

La directora agrega que el museo completará esta muestra con la celebración de charlas informativas para el público, que serán coordinadas por la nueva directora del departamento de educación del museo, Rika Burnham.

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