El navío 'L'Algesiras', tras la histórica batalla de Trafalgar (I)
El buque francés fue uno de los pocos que se salvó del desastre naval tras perder en el combate a 450 hombres, incluido su contralmirante Charles Renné · Se refugió después de los ingleses cerca de Cádiz
El próximo día 21 de octubre se conmemora el 206 aniversario de la batalla de Trafalgar. Tras la derrota franco-española, el navío L'Algesiras iba a seguir siendo protagonista de importantes hechos históricos. Todo comenzó en 1801. Fuentes francesas expresaban: "Algeciras es un puerto del sur de España, célebre por la brillante victoria conseguida por nuestra escuadra después de la Revolución". La marina francesa se siente orgullosa de la victoria en Algeciras, tomándola injustamente como propia, y por ello: "El nombre de Algeciras no tarda en ser dado a un barco de guerra de su armada", seguían expresando las mismas fuentes galas.
L' Algeciras es uno de los navíos que se unirá posteriormente a la flota del almirante Villeneuve. El día 8 de octubre, el navío se localiza en aguas del puerto gaditano. Dos semanas más tarde, a las 05:45 h. del día 21 de octubre de 1805, da comienzo -con la participación del navío francés L'Algesiras-, la batalla naval de Trafalgar. El célebre navío que porta el nombre de la ciudad, será uno de los que se salvarán del gran desastre naval. El navío francés había perdido en el combate 450 hombres, incluido su contralmirante Charles Renné Magón de la Medine.
Una vez seguro en aguas gaditanas, la tripulación de L'Algesiras, ha de hacer frente a una verdadera situación caótica. La marinería de L'Algesiras, al igual que el resto de sobrevivientes fueron socorridos por la caridad popular: "Desde el muelle hasta el hospital Real, las gentes detenían a los que conducían a los heridos para ofrecer a éstos caldo, vino, cigarros y toda clase de obsequios". Mientras tanto L'Algesiras se encontraba anclado muy cerca de Puntales. Según el diario del navío Príncipe de Asturias, "día 23. Amaneció celajoso [...], L'Algesiras estaba a nuestra inmediación, logrando a las diez quedar en seguridad muy cerca de Puntales".
En definitiva, L'Algesiras se encontraba a resguardo de los ingleses, bajo la protección de las baterías gaditanas, acompañado de los también navíos franceses Héroe, Plutón, Argonauta, Neptuno y Atlas; así como de la fragata Cornelia y el bergantín Venceteur. En otro ámbito, las relaciones políticas entre París y Madrid iban tomando poco a poco otros derroteros. Desde mediados de 1807, Napoleón estaba decidido a estrechar el bloqueo sobre Inglaterra, para ello necesitaba cerrar las costas de Portugal al tráfico comercial con los británicos. Por el tratado de Fontaineblau, firmado por España el 27 de octubre de aquel año, España se comprometía a permitir el paso por nuestro territorio de las tropas francesas, que junto con el ejército español, ocuparían Portugal. Convirtiéndose Cádiz, en un punto estratégico muy importante para llevar a efecto el proyecto. Una vez ubicadas las tropas francesas en España, los sucesos históricos se suceden con una cierta rapidez. La familia real portuguesa, embarcaba en Lisboa rumbo a Brasil. Manuel Godoy -tras observar un cambio de actitud en la política de Napoleón sobre España-, aconsejó a la familia real española, que debía imitar a la casa real lusa y trasladarse a México. Para ello, se puso en contacto en marzo de 1808, con el general Solano, al objeto de que éste dispusiera lo necesario, dado que el puerto de Cádiz, había sido el elegido, para embarcar a la familia real de Carlos IV. Conociendo el directorio francés los planes de Godoy, el ministro Decrés envía (dos meses antes a las instrucciones que Godoy le indica a Solano), una carta al almirante Rosilly, en la cual le ordena: "Impida la salida de la familia real".
El mismo mes de febrero, promovido por los partidarios del primogénito de Carlos IV, se produce el motín de Aranjuez. Carlos IV abdica en favor de su hijo Fernando VII. Posteriormente se retracta y su hijo reclama la intervención de Napoleón. En ese momento, el emperador francés ve clara la posibilidad de hacerse con la corona española. Tras la cita de padre e hijo en Bayonna, quedaba libre el trono español; meses después José Bonaparte era proclamado rey de España. Mientras tanto, en Cádiz, se vive una situación muy tensa entre los antes aliados. Decrés, en su misiva anterior a Rosilly, le previno colocar a los navíos bajo su mando -incluido L'Algesiras-, en posición distante de las baterías gaditanas, con objeto de que puedan defenderse de los ataques externos o internos de la bahía: "Procurad no manifestar inquietud; pero preparaos para cualquier evento, sin afectación y tan sólo como obedeciendo órdenes que había recibido para partir. Colocad en medio los navíos españoles, bajo tiro de cañón de los franceses". Tras Recibir Rosilly, está comunicación, además de alejar a los navíos bajo su mando de las baterías, dispuso a estos intercalados entre los barcos españoles; de modo que la distribución quedó como sigue: Neptune (F), Príncipe de Asturias (E), Heros (F), San Justo (E), L'Algesiras (F), Montañés (E), Argonaute (F), Terrible (E), Plutón (F), San Fulgencio y San Leandro (E); en la relación falta el Santa Ana (E), que en aquellos momentos, estaba siendo carenado.
Los sucesos del dos de mayo en Madrid hacen que toda la nación española se subleve contra el invasor. En Cádiz, la situación es muy tensa, ciudadanos franceses residentes en la ciudad son asesinados. Rosilly prohíbe que los tripulantes de su escuadra pisen tierra. Los marinos franceses -incluidos los de L'Algeciras-, viven una tensa espera. El marqués de Solano, Gobernador de Cádiz, dispone algunas embarcaciones en las cercanías de los navíos galos. La tensión entre la ciudadanía gaditana, tiene como momento cumbre, el asesinato de Solano por ser considerado afrancesado. La Junta de Sevilla toma el mando sobre la zona occidental de Andalucía, procediendo a nombrar como sustituto de Solano, a Tomás de Morla. La Junta hispalense ordena a Morla el apresamiento o destrucción de la escuadra de Rosilly. El 30 de mayo, los navíos españoles proceden a separarse de los buques galos, quedando ambas escuadras enfrentadas en el interior de las aguas de la bahía gaditana, mientras que en el exterior de la misma, mantienen los ingleses el bloqueo. Rosilly, temeroso ante la situación, coloca sus navíos -entre ellos L'Algesiras-, en el canal de entrada al arsenal de La Carraca. Se produce un primer contacto entre los responsables de ambas flotas. Como resultado de esta primera entrevista, el General Morla, publica una proclama dirigida al pueblo: "Amados españoles, habiendo efectuado su comisión el encargado del pueblo, y a quién conferí facultades para tratar personalmente con el General Rosilly [...], puesto que aún no hay rompimiento formal (Rosilly opina), no debe hacerse alteración sobre el tratamiento que hasta aquí se ha observado, con los individuos de la Nación francesa [...], exponiéndole (el comisionado de Morla), que a efectuar la entrega de dicho Soberano (Fernando VII se encontraba bajo la "protección" del emperador), se le dará libre salida a las embarcaciones de su Imperio que están surtas en esta Bahía [...], y por otro lado sabed que por saciar vuestra ira contra los individuos que componen la tripulación de dichos navíos, vais a perder irremisiblemente los veinte y cinco mil hombres vuestros compatriotas que están en el Norte, y lo mas de todo a exponer la vida de nuestro Soberano Fernando Séptimo que está en peor situación que dichos cortos navíos [...], Cádiz 30 de Mayo de 1808. Morla". Del texto de la proclama se deduce, que el peligro que corría la tripulación y el propio navío L'Algesiras, -junto al resto de navíos franceses-, era inminente. Morla durante los siguientes días -presionado por la agitación social que imperaba en Cádiz-, pide permiso a la Junta de Sevilla para atacar; al mismo tiempo el almirante británico encargado del bloqueo, se ofrece para entrar en la bahía y hundir o capturar a los buques franceses; pero nuevamente la falta de medios se pone de manifiesto, el general Juan Joaquín Moreno, "se ve obligado a pedir a Morla cuatro mil varas de lienzo, para cartuchos de cañón, careciendo de fondos para su pago".
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