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Todo por la sonrisa de un niño

Por una sonrisa, empresa sin ánimo de lucro, organiza el campamento de verano en la escuela municipal Sánchez-Verdú · Las actividades están destinadas a niños de entre cuatro y doce años

Los niños en el taller de manualidades, elaborando una mariquita con barro y abalorios./Fran Montes
Los niños en el taller de manualidades, elaborando una mariquita con barro y abalorios./Fran Montes
M. G. Sosa

06 de agosto 2012 - 08:06

Un taller de teatro en el que los niños pueden improvisar sus propios guiones, una sala de manualidades para elaborar sus propios juguetes o un castillo hinchable son algunos de los entretenimientos que los niños de Algeciras, de entre 4 y 12 años, pueden disfrutar durante sus mañanas en las instalaciones de la Escuela Municipal de música y teatro Sánchez-Verdú este verano. La iniciativa, organizada por la asociación Por una sonrisa, está destinada a garantizar actividades creativas, lúdicas, didácticas, recreativas y de expresión, así como actividades temáticas en cada turno, a través de monitores especializados que se encargan de supervisar cada taller.

El campamento de verano, o Campus Cultural de Verano 2012 Smile que empezó el 2 de julio, se ha llevado a cabo a través de una empresa privada, Animagic, que gestiona “programas artísticos, proyectos de ocio, tiempo libre, educación y promoción cultural”, como así se promociona el propio negocio. Como afirma Jesús, encargado de la empresa Animagic, “este es el primer campamento que hacemos. Nosotros nos dedicamos a la animación sociocultural, pero conocemos a la asociación. Nos gusta mucho cómo trabajan y que se dediquen a hacer la vida más fácil a niños con problemas”. Por ese motivo, Animagic aceptó el proyecto que la asociación impulsó a principios de año.

La duración del campus será de nueve semanas, divididas en cuatro turnos de quince días cada uno. A día de hoy, el campamento se encuentra en un punto intermedio, recién entrado en su tercera fase. La diferencia entre estos cuatro turnos es inexistente, pudiendo asistir solo a uno de ellos, “aunque hay muchos que han repetido”, asegura Jesús. Las actividades ocupan toda la mañana de los niños, que ven pasar las horas más rápido, mientras sus padres trabajan, entre balones de fútbol, barro y plastilina.

El centro abre sus puertas a las 7:40, hora a la que empiezan a llegar los primeros niños. A las 9:00 horas, todos los niños matriculados en las actividades se reúnen con su pandilla para comenzar la jornada. Divididos por edades, los tres grupos se van rotando por las diferentes aulas en las que participarán en los diferentes talleres: repaso escolar (actividad voluntaria), baile, teatro y manualidades. Asimismo, el patio dispone de un castillo hinchable y una zona deportiva. “Los niños que ocupan las plazas del tercer taller son 82. Cada monitor hace con ellos una cosa diferente. Se hacen tres teatros, tres bailes... Cada grupo tiene dos tutores para que estén pendientes de su grupo. Hay 7 monitores. Tenemos profesoras, pedagogas, monitores de animación sociocultural, monitores voluntarios...”, matiza Jesús.

A parte de las actividades diarias, muchos días el centro recibe la visita de un mago para animar a los críos, organiza un día de la espuma o una clase maestra sobre cocina sana. La primera vez, como explica el encargado de Animagic, hicieron brochetas de frutas y la segunda “con una pera por la mitad, cacahuetes y pasas hicieron un puerco espín”. También se han organizado visitas magistrales para darles explicaciones sobre seguridad vial.

La escuela Sánchez-Verdú, finalmente y tras mucha controversia, ha conseguido ofertar unas actividades culturales para el verano de los jóvenes algecireños. Los talleres de veranos anteriores ofrecían música y movimiento, dramatización infantil, biodanza, yoga, juegos tradicionales, confección de máscaras y visita a lugares emblemáticos. Este verano, por contra, la iniciativa es diferente, más enfocada al entretenimiento, diversión y el disfrute de las vacaciones.

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