"De donde uno viene pesa mucho en lo que uno es"
XIII festival de música española de cádiz 3 Un cierre flamenco en el Gran Teatro Falla rosario toledo. bailaora y coreógrafa
La intérprete gaditana pone el broche de oro al festival con su montaje 'ADN' El espectáculo se estrenó en febrero en el Festival de Jerez
"Fíjate tú... Pues éste es mi plan hasta el domingo". Hace unos días Rosario Toledo se sentaba en una terraza de la plaza de San Juan de Dios para contarnos "algunas cositas" de la trastienda de ADN, su último espectáculo que hoy cierra la XIII edición del Festival de Música Española de Cádiz. Rosario, todo un portento de naturalidad y creatividad, se ríe, gesticula, habla con los ojos y casi pinta la escena que esta noche veremos en el Gran Teatro Falla mientras se avía un cigarro de liar. La tarde transcurre divertida, entre anécdotas y reflexiones de la bailaora y coreógrafa gaditana... "¿Y Juan? ¿Por qué te canta?". "Por soleá". Plom. Dos lágrimas se le resbalan de los ojos chispeantes. "Fíjate tú... Pues éste es mi plan hasta el domingo". De la alegría a la emoción. De las certezas más absolutas ("estoy muy satisfecha" "sí, muy segura con este trabajo") al asalto de unas poquitas de dudas ("hombre es que venir a Cádiz a explicar qué es la gaditanía..." "ese castillito de ladrillo coloraos es que impone mucho"). Y con la honestidad y el donaire que emana Cádiz, siempre, por bandera. Éste ha sido "el plan" de Rosario Toledo hasta la tarde de hoy donde se desnuda hasta mostrar su yo más íntimo, su yo más auténtico, hasta quedarse en su ADN.
"Este espectáculo viene de una pregunta que creo que todas las personas, sean artistas o no, se hacen alguna vez en la vida. ¿Qué tengo yo?, ¿qué me diferencia de los demás?, ¿cuál es mi marca?, ¿qué me distingue?", se sincera la intérprete que tras casi 20 años de carrera profesional se respondió con este montaje que es "una secuencia en espiral llena de las cosas que me preocupan, que me gustan, que me interesan", define, y que se estrenó el pasado febrero en el Festival de Jerez.
Una secuencia en espiral que contiene su mapa sentimental y profesional ligado, sobre todas las cartografías, a la de un territorio, Cádiz. "Creo que una de las primeras preguntas que te asaltan cuando piensas en qué te diferencia es de dónde vienes porque de donde uno viene pesa mucho en lo que uno es, de donde uno viene te marca". Y Rosario viene de Cádiz. "Soy una flamenca del siglo XXI de Cádiz, eso es lo que me dijo Ana y llevaba toda la razón".
Ana es la actriz y dramaturga Ana López Segovia, otra paisana que se alimenta y alimenta la creación gaditana, que se ocupa de la dirección escénica de ADN. "Nos conocemos desde jovencitas pero nunca habíamos trabajado juntas y ha sido estupendo", se congratula la bailaora que alaba la capacidad de López Segovia "para saber captar y trasladar" al lenguaje escénico la idea original de Rosario y para "potenciar" las dotes interpretativas de la flamenca.
Porque Rosario baila en ADN, claro. Pero también canta y también actúa. "No sé si la palabra es multidisciplinar o polivalente pero ahí nos movemos. David (Palomar) también hace su bailecito y Robe (Roberto Jaén) también canta, además de las palmas y el cajón", se enorgullece la artista "completamente segura" del trabajo de su equipo al que ha visto "volcado, interesado y disfrutando" desde los primeros albores de ADN.
Un equipo que también presume de ADN gaditano -"el maestro Rafael Rodríguez es sevillano pero para mí es uno de los mejores, es mi escudero y tiene un arte que no se puede aguantar", precisa- y que cuenta con el veterano cantaor Juan Villar como artista invitado. "Juan se ha portado increíble conmigo desde el principio, desde que le comenté la idea cuando sólo era un proyecto y me dijo 'yo voy a estar ahí contigo'". "Y Juan, ¿por qué te canta?". "Por soleá". Le vence la emoción y a la vez suelta una carcajada. "Mira, así somos los de Cádiz, ¿verdad? Lloramos y al nada nos reímos... También así es ADN tiene momentos muy alegres, muy divertidos, pero después sin esperártelo viene una escena donde se te planta un nudo en el estómago y luego alegría otra vez", valora.
No en vano, el punto de partida desde donde López Segovia comenzó a idear el hilo argumental fueron algunos extractos de La voz humana, de Jean Cocteau, (irremediablemente nos viene a la cabeza una temperamental Anna Magnani sentada en la cama, colgada al teléfono ...). "Pero sólo es eso, el punto de partida para intentar trasladar la idea de ese momento en el que se te tambalea la vida por algo pero tienes que seguir para adelante. Así que hemos optado por una historia de desamor porque es algo directo y sencillo que todo el mundo puede entender. Estoy en el camerino, antes de salir a actuar y recibo esa llamada terrorífica que me parte la vida pero tengo que salir a escena, tengo que salir a actuar..." .
Porque ADN es la reivindicación de una forma de ser pero, también, de un tipo de mujer. "La que no se rinde, la que se cae pero sabe que se tiene que levantar, que es una de las cosas que he aprendido en estos años, que no hay por qué dramatizar, hay que preocuparse, ser profesional pero no hacer un drama por todo si las cosas van mal. ¿Que hay ruina? Siempre hay ruina, pero mejor enfrentarla con una sonrisa y con una buena actitud", filosofa.
Así, ADN contiene momentos de la soledad del artista, de la explosión compartida sobre un escenario, momentos donde se muerde el polvo y de comerse el mundo recreados sobre el lienzo del flamenco y su "gran variedad" de aires gaditanos. Desde los ya transitados por la artista, como la alegría, la soleá y las bulerías, hasta los palos a los que se acerca por primera vez en un espectáculo como la milonga y la caña. "También bailo una rumba sembrá que me canta el Palomar del Cojo Pavón y que luego termina con una de Chano y ahí me inspiro yo mucho en la que para mí fue la número uno en la rumba, La Terremoto" y "también hacemos la milonga de Pepa de Oro" y "un homenaje a Mariana que me ha gustado mucho porque no se trata de imitarla, que es imposible, sino de hacerle un guiño con muchísimo cariño"... Va detallando la creadora que se ilumina desgranando los secretos de su cadena de ADN.
"¿Y encontraste una sola respuesta, Rosario?, ¿qué te distingue?". "De donde vengo, claro... Pero lo demás... Es que al final lo mejor es ir haciéndose preguntas sobre lo que uno hace. La pregunta es lo importante porque es lo que te empuja a crear, a avanzar, y porque demuestra que lo que haces te importa".
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