Wendy Guerra: "La moda sigue siendo el epicentro del buen gusto"
La autora de las aclamadas 'Todos se van' (2006) o 'Domingo de Revolución' (2016), regresa a la novela con 'La costurera de Chanel' (Lumen)
Lorenzo Silva: “La pandemia nos reconectó con capas olvidadas de nuestra humanidad”

Una historia que parte de un hecho real y que transcurre entre Francia y Cuba con una clara protagonista: la moda. La escritora Wendy Guerra (La Habana, 1970) regresa a la novela con La costurera de Chanel (Lumen), después de las aclamadas Todos se van y Domingo de Revolución. En la obra, la autora despliega la historia de tres mujeres: la modista Simone Leblanc, su confidente Teresa Lenormand y Gabrielle Chanel, con la que comienzan una colaboración que revolucionará la indumentaria femenina. También se sirve de la moda como una excusa para representar un tiempo y una sociedad.
Pregunta.¿Cómo surgió La costurera de Chanel, cómo llegó a esta singular historia?
Respuesta.Fue a través de la pareja que tuve en mi anterior matrimonio, que procedía de una familia cubano/francesa, con conexiones con el Caribe. Existía el rumor de una mujer que colaboró con Chanel, que realizaba patrones de costurera, que hacía vestidos para la firma, y que murió muy joven. Y entonces, a partir de ahí, me inventé la historia, poco a poco, porque la misma familia no sabía nada de lo que había pasado realmente.
P.Es una historia protagonizada por tres mujeres muy fuertes, emprendedoras, e incluso empoderadas para el tiempo que les tocó vivir.
R.Esa palabra… (entre sonrisas). Es una novela sobre tres mujeres muy bravas (Simone Leblanc, Gabrielle Chanel y Teresa Lenormand de Mezy), que no permiten que los hombres las “machuquen”, como dicen en Cuba. A pesar del tiempo que les tocó vivir, estas mujeres fueron capaces de hacerlo. Sin ellas no tendríamos el vuelco tan grande que supuso el cambio de vestuario de la Belle Epoque. Sin mujeres bravas como ellas no existirían ahora las feministas, no se habrían dado los cambios en los puestos de trabajo de las mujeres. Todo eso está en la historia y está en la vida diaria.
P.¿Qué es lo que más le ha sorprendido de toda la información que ha encontrado, especialmente sobre Simone, Teresa y Gabrielle?
R.Lo que más me ha sorprendido es que no hubieran escrito una novela antes sobre este asunto. Entre las dos grandes guerras hubo mucho aislamiento, las mujeres vivían muy solas, y esta historia de tres mujeres a la deriva tendrían que haberla contado hace mucho tiempo, en medio de las guerras, y de la horrorosa deriva fascista en París. Es una historia que yo he escrito porque es lo que deseaba leer como lectora. Como no existía, la he tenido que contar yo.
P. ¿Cuánto hay de ficción y cuánto de realidad en La costurera de Chanel?
R.Eso es muy difícil de saber. El arte no entiende de límites. El arte es sentir y pensar, de forma libre. No podremos saber nunca la realidad de esta historia, porque todas las protagonistas han desaparecido. Estuve casada treinta años con uno de los descendientes, que es de donde surgió esta novela.
P.¿La ha leído su exmarido?
R.Todavía no la ha leído.
P.La moda se convierte en la excusa para representar un tiempo y una sociedad, a pesar de que la moda en ocasiones parece estar muy lejana del conjunto de la población, de ser muy exclusiva.
R.Yo creo que no. La moda siempre está en lo que te pones, en lo que te quitas, te compras, te regalan. No se puede ir al teatro o casarse con alguien sin la moda… No puedes enterrar a nadie sin la moda. No puedes halagar u ofender a alguien sin la moda. La moda está en todas partes. Y también sirve para representar un tiempo y una sociedad.
P.Su novela también se caracteriza por el buen número de cameos que recorren sus páginas, Picasso, Matisse o Joyce.
R.A veces nos asombramos, pero también hoy caminamos entre grandes contemporáneos, con naturalidad. Esos que se han nombrado eran los contemporáneos de Gabrielle, Teresa y Simone, y forman parte del decorado de esa época. Y yo los introduzco de una manera natural.
P.De Francia a Cuba, La costurera de Chanel también es un viaje emocional y geográfico. ¿Cómo ha sido el regreso a su país, aunque sea literariamente hablando?
R.Ha sido un regreso muy hermoso. Cuba y Francia tienen un cordón umbilical en la arquitectura, en la música. El Caribe también los une, porque muchos de aquellos territorios han sido colonias francesas y tienen historias muy duras, pero también las hay muy bellas. Yo he escrito sobre eso, sobre la belleza de ese Caribe, que es el golpeado por el colonialismo por un lado, pero que también es un bello resultado por la fusión de la música y de la cultura más popular.
P.¿La moda hoy sigue cumpliendo con la misma función que en el tiempo que reconstruye en La costurera de Chanel?
R.La moda de hoy tiene muchísimas otras funciones. Se ha diversificado, son negocios multinacionales. Y han aparecido otros roles que antes no existían, como es el de la modelo. La moda sigue siendo el epicentro del buen gusto, de las tendencias, y de lo que una mujer quiere ser. Y lo más importante de todo esto es que se ha conseguido con inteligencia y con pericia. Que la moda sea un concepto que habla de la historia, que habla de la vida, que no solo hable de una tela. El decorado es tan importante como la historia que hay detrás.
P.¿De dónde procede su interés por el mundo de la moda? ¿Qué peso tenía en la Cuba en la que nació y creció?
R.La escasez crea una sed de belleza. Escasez que crea una ansiedad que te empuja a coser, a cortar. Todas hemos hecho de todo para estar bien. Para nosotras, como para las mujeres que aparecen en mi novela, la moda era un acto de resistencia. En Cuba, hasta que llegó el desfile de Chanel en mayo de 2016 (en el Paseo del Prado de La Habana), la moda no había llegado. Así empieza y acaba el libro.
P.¿Ha comenzado a escribir una nueva novela?
R.No, ahora estoy metida de lleno en el mundo del cine, que es mi próxima estación.
También te puede interesar
Lo último